Combinación perfecta
Aunque nunca antes se habían visto, ambas se reconocieron al instante. En la puerta del velatorio, los ojos transitaron curiosos el otro cuerpo, el otro pelo, la otra piel.
—Fuimos su combinación perfecta— sentenció por fin la más veterana.
Después entraron juntas para darle el último adiós a su Juan.
—Fuimos su combinación perfecta— sentenció por fin la más veterana.
Después entraron juntas para darle el último adiós a su Juan.
Tati buena historia, ese encuentro de la mujer y la amante, esas miradas inquisidoras, lo has descrito tan bien. Has hecho una "combinación perfecta" con tus 50 palabras.
ResponderEliminarTati me ha gustado.
Besos.
Muchas gracias Javier por pasarte a comentar.
EliminarBesos.
Solo se me ocurre pensar que Juan merecía de verdad la pena, porque no muchas mujeres aceptarían de buen grado ser solo una pieza de un todo. Muy bien narrado ese encuentro entre "rivales". Un beso, Tati.
ResponderEliminarTienes razón Matrioska, pocas personas lo aceptarían.
EliminarBesos.
En algunas culturas la poligamia se ve como algo normal. Hoy en día los estilos de vida son tan diversos que las normas y patrones de algunas culturas son los tabúes de otras. En este caso, el finado buscó la plenitud en una combinación que resultó ser perfecta para él. Los ojos de los demás, nada importan.
ResponderEliminarAl respecto recomiendo la magnífica novela «Chesil Beach» de Ian McEwan.
Muy buen relato, Tati.
Abrazo.
Muchas gracias por la lectura, el comentario y la recomendación. La tendré en cuenta.
EliminarUn abrazo Vicente.
Un hombre que debía tener un encanto especial para suscitar esas adhesiones, también para ser capaz de satisfacer a dos mujeres a la vez, y que cada una consintiera la existencia de la otra, cuando lo que todo el mundo busca, quizá en un ejercicio de vanidad, es llenar en exclusiva el espacio de otra persona. Quién sabe, quizá, ahora que ambas se conocen, se conviertan en buenas amigas, algo en común han tenido, desde luego.
ResponderEliminarUn saludo, Tati
Quién sabe, tal vez sea el inicio de una buena amistad Angel.
EliminarGracias por tu comentario.
Saludos
El texto me hace pensar que no sabían de la existencia de la otra, pero hay emociones a primera vista diferentes al amor que te unen para siempre.
ResponderEliminarBien contado, Tati.
Un saludo
Así es Margarita. No se conocían pero se intuían.
EliminarGracias por tu comentario.
Beso.
Tati, tu texto me ha recordado una película de François Truffaut, titulada El amante del amor, en el que la escena que describes era llevada hasta la exacerbación, pues a su entierro no asisten dos mujeres como ocurre en tu microcuento, sino una multitud.
ResponderEliminarDe todas formas, creo que es una escena que podría estar sacada perfectamente de la vida real, una situación que se habrá dado muchas veces y en la que las dos mujeres u hombres implicados se habrán mirado con curiosidad, con inquina, o hasta con cierta comprensión.
En tu microcuento hay un reconocimiento final, pues a ambas les une el amor a una misma persona. Ya se sabe, Eros es un dios proteico y malicioso, y suele gastar muchas malas pasadas, tantas que, a veces, sólo nos queda resignarnos ante sus caprichos y sinrazones, eso sí, después de haberle recitado el famoso poema de Góngora que empieza diciendo: “Ciego que apuntas y atinas, / caduco dios, y rapaz...” Y no cesa de repetir aquello de “Déjame en paz, Amor tirano”.
Saludos afectuosos, Tati.
Uno no elige de quien enamorarse, sostienen muchos. En este caso ha sido así Enrique. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Buenísimo Tati!!! Enhorabuena por este micro tan bien contado...
ResponderEliminarGracias Carmen!Un abrazo.
EliminarTati, me ha gustado como nos desgranas la historia contándonos la historia sin decirlo.
ResponderEliminarMuy bien contado Tati.
Enhorabuena!
Besos
Gracias nuevamente Pilar.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho, Tati. El paso de los años ha suavizado el enfrentamiento que, seguramente, existía entre la esposa y la amante. Hasta es posible la amistad entre ellas... En el micro el difunto no es más que un telón de fondo o la pieza fundamental para que estas dos mujeres tengan una relación, según se mire.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Gracias María José. Me alegra que te haya gustado. No se si habrá sido el paso de los años o la resignación de tener que aceptar lo que no se puede cambiar.
EliminarUn abrazo
He dado por hecho que las dos saben la una de la otra, el Juan se lo ha montado muy bien. El final es muy bueno, la muerte nos aclara. Un beso.
ResponderEliminarPues si, se lo ha montado muy bien Juan.
EliminarGracias por tu comentario.
Beso.
Admirable el saber estar de las dos mujeres. Al parecer no hubo lugar para la sorpresa; eran conscientes, y así lo aceptaron, de que Juan era compartido por ambas. ¿Tan estupendo era Juan como para admitir compartirlo, o no era para tanto y no importaba repartirlo? Muy interesante tu micro, Tati. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenas preguntas Juana. Supongo que hay tantas respuestas como personas. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Sin inquina, sin rivalidad... curioso. Te deja pensativo. Pues me ha encantado, Tati.
ResponderEliminarMuchas gracias Luis!
EliminarSaludos.
Sugerente y original planteamiento muy bien narrado a mi parecer, Tati. Esta aceptación por ambas mujeres de las circunstancias de la relación no deja indiferente al lector, y quizá sea uno de sus aspectos más interesantes.
ResponderEliminarMe ha gustado bastante.
Enhorabuena y un abrazo.