La perfección del violinista

Le dijeron que no parara de tocar, o todos los allí presentes fallecerían; empezó a llorar, la gente creía que era por la emoción de la melodía, aplaudían. Cuando llegó al final de la partitura falló, la gente lo notó; decepcionado dejó caer el violín al suelo y todo estalló.
Escrito por Rubén José Huertas Rojo - Web

12 comentarios :

  1. Más que perfección pienso que bajo esa presión es imposible que salga bien cualquier interpretación, aunque también me da la impresión que él sabía que al final iba a cometer ese error.
    Un relato explosivo Rubén.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Javier. Saludos

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  2. Misión imposible. Solo los superhéroes están a la altura de semejante situación. Según se mire, pudo haber sido el concierto de su vida.
    Saludos, Rubén.

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    1. La verdad es que sí. Gracias por tu comentario Manuel. Saludos.

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  3. Me ha gustado mucho, tanto el título, como el relato. Buen remate final, no cabía otro, a no ser que el violín hubiese tomado vida... pero esa sería otra historia.
    Enhorabuena. Muy buen relato.
    Pablo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Pablo. Saludos.

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  4. La perfección no existe, es una quimera a la que con talento y tesón algunos logran acercarse. Quizá quien amenazó a tu protagonista con la destrucción si fallaba pensó que la presión sería el ingrediente que le faltaba para alcanzar la divinidad artística, pero el final sin concesiones de tu relato demuestra que esa teoría extrema tampoco funciona.
    Un saludo, Rubén

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    1. Tienes mucha razón en tus palabras. Muchas gracias por tu comentario Angel. Saludos.

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  5. Actuar o trabajar bajo presión es algo que sirve para pocos. Dicen que puede ser útil para perfeccionarse pero, como dice Ángel, no existe dicha cualidad, en su grado sumo. Me ha gustado tu relato, Rubén.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario María José. Saludos

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  6. Rubén, los músicos suelen ser muy perfeccionistas, y al violinista le ha podido más la decepción por haber fallado que las consecuencias de dejar de tocar, pese a las amenazas.
    Buena historia.
    Besos

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    1. Muchas gracias por tu comentario Pilar. Saludos.

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