Tarde de película
Llegué al cine, mi esposa esperaba en la entrada; por la prisa, no pasé al sanitario pero, una vez iniciada la función, me escapé a hurtadillas de la sala.
Al regresar, no recordaba mi asiento, ¿en dónde estaba mi mujer?
Me senté junto a otra. Compungido, inicié una nueva vida.
Me senté junto a otra. Compungido, inicié una nueva vida.
Me ha encantado tu originalísima propuesta de este mes, Christopher. Me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Su vida si que va a ser de película, aunque pienso que a tu protagonista la nueva vida le duró hasta que encendieron las luces.
ResponderEliminarBuen relato Christopher.
Un abrazo
Fresco, divertido, original, me encanta Christopher.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Perfecto; eso es el cine, la bella posibilidad de vivir otra vida mientras dura la vida de ficción de la pantalla.
ResponderEliminarTierno e indefenso personaje el que creas, resignado pero vividor, al tanto del quite y de la ocasión.
Saludos, Chistofer.
¡Qué bueno, C.J.!
ResponderEliminar¡Genial escena, Cristopher! Ese final dramático y resignado ante una simple contrariedad, me encanta.
ResponderEliminar¡¡Aplausos!! Un saludo.
Menuda historia, enhorabuena por el relato.
ResponderEliminarEl guión de la vida de tu protagonista ha dado un vuelco en cuestión de minutos, como también el de su mujer hasta entonces y el de la nueva. No sabemos si él y ellas habrán ganado con el cambio, pero se trata de un giro inesperado que deja buenas sensaciones en el lector.
ResponderEliminarUn saludo
Fundido en negro y a otra cosa, mariposa.
ResponderEliminarOcurrente historia, Cristopher.
Un saludo.
¿Seguro que compungido? Muy bueno. Saludos y suerte.
ResponderEliminarChristopher, me parece que el protagonista se ha montado su propia película y ha aprovechado la ocasión para cambiar de vida. ¿No lo tendría planeado de antemano?
ResponderEliminarOriginal propuesta.
Besos
Me ha encantado tu micro, Christopher, por la fantasía que contiene... ¿realmente, entre tanto individualismo y tanta incomunicación, es posible creer que se comience una relación, por el simple hecho de sentarse en el sitio equivocado? ¡Pues sí! En tu micro lo dices con una originalidad e ingenio enormes. ¡Muchas felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.
Nuestra vida puede cambiar en cuestión de minutos como bien demuestra tu espléndido micro, Cristopher. Te felicido.
ResponderEliminarEstupendo, de un ingenio que sorprende por su aparente sencillez. Yo creo que tu historia no es metafórica, es puro realismo fantástico, y que compungido no está en absoluto el protagonista. Veo esa palabra en concreto como un acertado adorno para dar en la diana. Saludos.
ResponderEliminarDiversas interpretaciones para este original relato.
ResponderEliminar¿La vida nueva fue viendo la película durante dos horas o porque en este lapso se prendó de su compañera de asiento?
Mi pregunta es la misma de Garabato: ¿Por qué compungido?
Saludos.
Hola, les agradezco sus comentarios. Son motivación pura para escribir más cuentos de 50 palabras.
ResponderEliminarY creo que el personaje está compungido porque cualquier cambio, por mínimo que sea, causa estragos en nuestra zona de confort, ¿o no?
Les dejo un cordial saludo y reitero mi agradecimiento.
Abrazo.
Original micro en el que el protagonista cambia de vida por una nimiedad azarosa. Resulta divertido y desconcertante.
ResponderEliminarUn abrazo, Christopher.
¡Muy bueno! Como decía mi madre, esas necesidades hay llevarlas hechas de casa.
ResponderEliminarBesicos
Así, sin más?
ResponderEliminarJaaaa...
Muy divertido😂😂😂
Muy bueno y ocurrente tu micro, Cristopher, me gustan mucho tus historias. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarBuena historia, Cristopher. Y que no se apene tu protagonista, siempre puede ir a comprar palomitas y sentarse luego en otra butaca.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Gran final, con tintes surrealistas, que hace grande una historia simpática y cotidiana.
ResponderEliminarEnhorabuena, Crístopher
Me ha encantado tu sorprendente final. Quizá la pareja de esta nueva compañera esté ahora intimando con la mujer del protagonista. Quien sabe si habrá ganado con el cambio.
ResponderEliminarSaludos.