La protesta

Unas recién estrenadas ojeras retenían sus ojos, ahora ausentes. Masticaba con rítmica desgana una lasaña mal descongelada cuando un hilo de tomate se precipitó sobre su desaliñada barba, como queriendo huir. Los abdominales recularon hasta nuevo aviso y el desodorante del Lidl parecía rendirse.

El eructo le salió de dentro.
Escrito por Álex Garaizar

20 comentarios :

  1. Eres un maestro de lo cotidiano. Gracias por volver.
    Un abrazo Alex

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  2. Y el último relato del mes... el de Álex. Ya está todo en su sitio. Así que no seré yo quien proteste ni juzgue la forma que cada cual asuma para sus protestas, sobre todo cuando parece que la señora Vida no se ha portado muy bien con este buen prota.
    Abracicos, Álex.

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  3. Lo siento, Álex, pero es que no sé cómo te las apañas que a menudo (al menos a mí me pasa) tus protagonistas tienen el rostro de su autor, y en este caso espero por tu bien que solo sean cosas mías, jajaja. En realidad la situación que narras es por desgracia demasiado habitual, aunque tu la has reflejado de un modo excepcional. Hay una gran riqueza de detalles en estas cincuenta palabras. El del eructo es de antología.
    Enhorabuena, maestro.
    Un abrazo.
    (Dime que no hay Lidl en Malasia :-))

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  4. Álex, está claro que a tu protagonista la protesta le ha salido del interior, del fondo de su ser.
    Has hecho una descripción de un individuo en total decrepitud.
    Buen relato, Álex.
    Un abrazo.

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  5. Alex, cuando el ánimo está en lo más profundo del abismo y tu vida es un completo desastre, al menos siempre te queda la rebeldía o la protesta, cuyo grito le ha salido a tu protagonista con la voz más desagradable...
    Feliz regreso a la normalidad, Alex.
    Besos.

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  6. El cuerpo humano es un organismo que, según dicen, roza la perfección a nivel biológico. Si le sometemos a un maltrato voluntario y continuo tiene mecanismos para decir que se han traspasado los límites, otra cosa es que los sepamos o queramos interpretar.
    Al contrario que este protagonista con organismo protestón, tú cuidate mucho, que se te quiere ídem, y si no pregunta, ya verás.
    Un abrazo, Álex

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  7. Querido Álex, has vuelto con mucha fuerza. El micro tiene frases magníficas, de principio a fin. Unas ojeras recién estrenadas que retienen ahora sus ojos ausentes. Así, tan fácil, en solo 9 palabras nos muestras una instantánea del protagonista. Y después ese masticar con rítmica desgana (brillante), ese hilo de tomate, esa barba desaliñada... esa descripción de una rutina de mier#a, de una vida que no sonríe a ese protagonista.
    El eructo le salió de dentro, creo que es un buen comienzo, cuando empiece a escupir lo que no le gusta, comenzará su cura. Tiempo al tiempo.
    Tengo que decir que no me gusta que estés fuera de concurso, este micro es de final.
    Un besazo "capi".
    Malu.

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  8. Espero que la inspiración para el relato no te haya llegado después de una noche de farra en la que te cepillaste lo primero que había en el frigorífico. La situación, que es a la vez retrato de un abandono de sí mismo, puede ser la de un ser al que la vida le ha dado un revés, pero también la de un cualquiera en horas bajas, que pilla el sofá, se dobla y después de pasado, se atiborra de morralla basura y claro, le sale el flato. Que es una protesta desganada, reducida al mínimo, a la mínima expresión de un ser con la guardia baja.
    Paradójicamente, retrato te ha quedado perfectamente aliñado en cincuenta retoques bien aplicados, pero vete arreglando, no te vayan a ver en Malasia con estas pintas, que eres el emblema de esta página.
    Un fuerte abrazo, Álex.

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  9. Querido Álex, un micro brillante de alguien brillante. Has fotografiado en 44 palabras un estado de dejadez a la perfección. Esos ojos ausentes, retenidos por ojeras. Esa rítmica masticación. Esa lasaña sin descongelar del todo. Ese hilo de tomate que nos describe la desaliñada barba, y el aspecto de tu protagonista. Esos abdominales reculando y dejando paso a la grasa (esto de los abdominales me ha parecido espectacular. Qué bien descrito). El detalle del desodorante del Lidl...
    Y para el final, has dejado esas 6 palabras que te bastan para describir la protesta de ese cuerpo maltratado.
    Genial. Y el título, inmejorable, como es normal en tus micros.
    Por último, deseo, al igual que Enrique, que no haya Lidl en Malasia.
    Gran colofón para este gran mes.
    Un abrazo, capitán.
    Pablo.

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  10. Álex, has retratado muy bien el estado de abandono del protagonista, sus ojeras, su mirada vacía, la barba desaliñada, la comida basura... y la protesta final.
    Espero que no te identifiques con él en lo más mínimo y vuelvas con nosotros con un aspecto tan saludable como el de tu micro.
    Un fuerte abrazo.

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  11. ¡¡Menos mal que los expulsó en un único golpe!! Estos gases, cuando se mantienen dentro en contra de su voluntad, comienzan a circular libremente por el cuerpo y son capaces de llegar a zonas vitales y...
    Describes perfectamente el día a día de alguien que ha entrado en una espiral de total abandono de su existencia. Yo diría más: de su propia vida.

    Con tu relato, amigo Álex, el último del mes, todo vuelve a su ser. Ya podemos respirar tranquilos porque todo encaja como Dios manda (o como prefiere Él que se diga: como «el Máximo Hacedor de Todas las Cosas ordena que se haga»).

    Un abrazo desde la lejanía y mi enhorabuena por tu realista, pero no vitalista, cincuenta. Nos seguimos leyendo.

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  12. Prosaico y escatológico, te ha salido un relato redondo, Álex. A mi parecer, dice mucho más del hastío psicológico que del físico, que ya es decir... Enhorabuena.

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  13. Cotidiano, y refleja muy bien ese abandono total tanto corporal como psicológico. Me ha sorprendido.

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  14. El eructo, junto con el pedo (con perdón), son los grandes incomprendidos de la expresión corporal, denostados paladines del bienestar. En el caso de nuestro abandonado antihéroe, además, un reducto de resistencia de su salud asediada por lo cuatro flancos: los michelines, comida basura, la falta de higiene y el exceso de fiesta.
    Excelente, Álex. Uno de tus mejores relatos. Sarcasmo Garaizariano en estado puro.
    Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo, Capi.

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  15. ¡Salud, Álex! Ya te echaba de menos. Este estilo tan tuyo, tan ácido e irreverente, y al mismo tiempo, tan lúcido, puesto al servicio esta vez de la procastinación interior, le sienta fenomenal al relato.

    Abrazo.

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  16. Sorprendente y muy original, Alex
    Besico desde este lado

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  17. Has hecho una descripción tan detallada del estado del protagonista que me ha parecido oir nítidamente la estridente protesta del eructo. Muy gráfico y original, Álex.

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  18. Genial, pero ¡has olvidado tomar una cerveza Argus!
    Saludos, Álex

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  19. La situación cotidiana y pedestre que nos presentas podría ajustarse a cualquier protagonista, desde un sufrido rodríguez –aunque el DRAE recoge la palabra, no sé si hoy en día sigue utilizándose- hasta un soltero devorado por la molicie, o incluso un detective privado de esos tipo Colombo, que parecen unos pobres hombres y hasta unos ignorantes, y acaban resolviendo los casos más complicados. Y hasta puede verse reflejado uno mismo en algunas épocas de su vida de las que no quiere acordarse, y aun así, se acuerda.
    Desde luego, esas cincuenta palabras parecen el inicio de un cuento, o, incluso, de una novela, pues a partir de la escena que nos pintas con tan coloristas pinceladas, y que se degusta, no con la desgana con la que el personaje mastica la lasaña, sino con el placer del que disfruta de un bocado exquisito, podría suceder cualquier cosa, y la historia podría tomar mil caminos distintos. El abanico de posibilidades se me antoja enorme.
    Con muy buena y sugerente prosa nos dejas una pequeña joya, mis felicitaciones, Álex, un abrazo.

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  20. ¡Muchas gracias a todos! Esperaba sacar tiempo para contestaros individualmente, pero no sé cómo lo hago que se me escapa cada vez que lo quiero atrapar.

    Me alegro mucho de que os haya gustado; personalmente se ha convertido en uno de mis favoritos (de los propios, quiero decir). Por suerte no es autobiográfico, no. En realidad se trata de un relato optimista en el que quiero pensar que por muy separada de su "verdadero ser" que esté una persona, algo en su interior seguirá siendo capaz de rebelarse y tratar de abrirse paso.

    ¡Un abrazo a todos!

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