Ni una sola me llevaré

En un traje arcoíris, una flor en el ojal proyecta agua cristalina sobre los sorprendidos niños, que con ojos cansados y cabellera rasurada ríen felices.

Desprendiéndose de peluca y maquillaje, el espejo refleja un rostro deteriorado. Su vida se apaga, pero aún le quedan muchas sonrisas y todas las regalará.
Escrito por Salvador Esteve

24 comentarios :

  1. Me encanta iniciar los comentarios. Así no me dejo influenciar por nadie.
    Chapeau por tu cincuenta Salvador, y por el espíritu generoso del sempiterno payaso que has infundido a tu personaje, dentro la atmósfera circense.
    Mil gracias en nombre de los niños.

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  2. Hay personas que se entregan por entero a los demás y poco les importa lo que reciban a cambio. Por naturaleza son así de generosos. Entre esas personas, Salvador, has elegido, y con derecho propio, a este payaso que visita un hospital para alegrar la estancia a esos niños enfermos de cáncer y hacerles más llevadera esta terrible enfermedad, y ello a pesar incluso de que él mismo padece uno (u otra enfermedad cualquiera) terminal.

    Muy bien narrada esta triste historia. ¡Enhorabuena! Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

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  3. Precioso, Salva. Encontrar una persona que en su dolor decide dedicar lo que le queda de vida a alegrar a niños que pasan por lo mismo es un acto de generosidad sin límites. Ojalá hubiera muchos así y no nos sorprendieran relatos tan hermosos como este.
    Un gran abrazo con remojón de flor incluido.

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  4. Salvador, tu personaje va a entregar hasta su última sonrisa a esos niños que padecen cancer y están ingresados en un hospital, máxima generosidad con tal de hacer felices a otros que sufren y que si además son niños aún tiene más valor su acto. Me ha gustado el lenguaje que empleas ya que nos muestra una fotografía de lo que quieres que veamos. Y un título con el que das a entender la generosidad del protagonista.
    Muy buen relato, Salvador.
    Un abrazo.

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  5. Qué bonito, Salvador. Tu personaje ofrece una generosidad sin límites, que promete mantener hasta sus últimas consecuencias. Qué diferente sería el mundo si cundiera su ejemplo. Me ha emocionado imaginar la escena, tan dura y tierna a la vez. Un abrazo.

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  6. Has descrito los últimos días de un hombre sabio, alguien que ha llegado a la conclusión de que no merece la pena ahorrar sonrisas, que es mejor compartirlas. También sabe que es preferible vivir con intensidad que lamentarse. Es un personaje que recibirá multiplicado todo lo que entrega de forma generosa, que ha elegido el mejor público posible para su último acto.
    Un relato emotivo, que dice mucho desde el título.
    Un abrazo, Salvador

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  7. Bonito relato. ¿Hay algo más relevante en esta vida que haber dado felicidad o esperanza a otro? Si ese no es el verdadero significado de la vida, no sé cuál puede ser.
    Bonito relato Salvador, a mi me ha llegado.
    Un abrazo

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  8. Tu relato es un canto a la esperanza. Aunque se acerque el final, el protagonista decide aprovechar al máximo su tiempo, ¿qué mejor que regalar sonrisas a quienes tanto lo necesitan?
    Un brindis por él, y por ti, Salvador.
    Carme.

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  9. Salvador, precioso y tierno relato. La mejor manera de terminar sus días es regalando sonrisas a los niños hospitalizados que tanto las necesitan.
    Has descrito tan bien al protagonista, que lo he visto, he reído y me he emocionado con él. Enhorabuena.
    Besos.

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  10. ¡Precioso!
    Gracias por compartirlo, Salvador.
    Salut.

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  11. Qué bien has expuesto la vocación auténtica del auténtico clown.
    Además de su imagen alegre por fuera pero que destila una profunda y siempre conmovedora tristeza interior, lo más grande de su vocación, es el deseo de regalar felicidad de forma desinteresada. Quien lo hace por intereses materiales, etc., nunca llega a ser ni tan siquiera un mediocre payaso.
    Precioso.
    Un abrazo.

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  12. Un relato tierno y precioso. Los niños hospitalizados con enfermedades tan graves como el cáncer se merecen todas las alegrías posibles. Sabemos que hay organizaciones que se dedican a ello. Yo quisiera destacar aquí la labor de un grupo de Valencia, PayaSOSpital, que es al que conozco, pero son muchos más quienes se dedican a tan encomiable tarea.
    Un abrazo.

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  13. Qué emotividad consigues darle al relato presentando primero a los espectadores como enfermos risueños con ganas de vivir y, luego, al payaso enfermo con ganas de seguir dando vida a pesar de la enfermedad. Tocas la fibra esencial de la emoción con tus palabras y me haces saborear ese agua feliz que surge del ojal y cae, serena, por mi mejilla.
    Mil aplausos. Un abrazo, Salvador.

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  14. Salvador, esta historia me ha llegado especialmente porque he conocido y convivido con estos payasos vocacionales que dan hasta la última gota de su vida a cambio de arrancar una sonrisa a los seres más bellos que existen.
    Un pedazo de relato.
    Un saludo.
    Pablo.

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  15. Para qué las quiere a donde le lleve su destino. Hace bien en repartirlas con esos chavales a los que su sino les ha jugado una mala pasada. Enhorabuena, Salvador. Un saludo y suerte.

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  16. Ese payaso estará deteriorado por su enfermedad, pero recibe la recompensa de dar alegría a unos niños enfermos.
    Un abrazo, Salvador.

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  17. Con una cuidada adjetivación, has hecho un muy buen microrrelato, Salvador. En la línea de tu manera de escribir. Te felicito por el tema y por el traslado en palabras del mismo.
    Un abrazo.

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  18. Personajes entrañables donde los haya los payasos. De niño, por encima de todo, su actuación era la que esperaba con mayor deseo y excitación.
    Y si uno lo piensa, en un mundo tan absurdo, loco y cruel, casi la mejor profesión de todas es la de payaso, antaño bufón, como el que acompaña al rey Lear en su descendente periplo hacia el desengaño y la lucidez, poniendo el contrapunto a la estupidez y maldad de los humanos.
    Hacer reír a los niños –también a los mayores, pero sobre todo a los niños- es el más nobles de los oficios, el que a mí me daría la mayor de las satisfacciones si el destino me hubiese concedido ese don.
    Por eso, el personajes de tu microcuento, a pesar de su cansancio, a pesar de que siente que el tiempo que le queda por delante no es mucho, está decidido a dedicárselo por entero a esos niños que le han dado sentido a su vida.
    Así que la historia deja un sabor agridulce por todo lo que contiene, porque los niños se harán mayores y, muchos de ellos, se convertirán en algo que estará a años luz de lo que eran en su infancia; porque el payaso, con su visión del mundo y de la vida, es como una enmienda a la totalidad a lo que las sociedades son. Porque la risa, a veces, linda con las lágrimas, y la alegría con la nostalgia y la tristeza.
    Mi enhorabuena, Salvador, por tan emotivo y evocador microcuento. Un abrazo.

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  19. Un relato que regala esperanza y cuyo tema es la generosidad sólo puede provenir de un autor generoso.

    Muchas gracias, Salvador y Saludos cordiales.

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  20. Un micro muy emotivo, el altruismo de algunas personas es lo que todavía da esperanzas a esta desorientada humanidad. Felicidades, Salvador. Un beso.

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  21. Has encontrado, con éxito, una veta nueva al trillado tema del payaso triste. Regalar sonrisas desde la antesala de la muerte, a quienes conviven demasiado pronto con el sufrimiento, es marcharse por la puerta grande, por la misma que mereces salir tú, Salvador, a hombros, por tan buen relato.
    Fantástico. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  22. Precioso, Salvador. Regalar sonrisas es un acto muy generoso y vocacional, por supuesto. Eso me hace pensar que no debemos perder la esperanza y podemos seguir confiando en algunos seres humanos.
    Besos.
    Malu.

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  23. Muchas gracias a todos por vuestras palabras y comentarios, con ellos me habéis ayudado a homenajear a esos seres especiales que entregan su vida a los demás. En el relato, un payaso al que nada le impedirá, ni siquiera la muerte, regalar hasta la última de sus sonrisas, pero se podría extrapolar a misioneros, cooperantes... Creo que estaréis de acuerdo conmigo en que si existe un paraíso es sin duda de ellos. Os reitero mi agradecimiento y cariño. Abrazos.

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  24. Muy tierno y bello tu relato, Salvador. Hay una faceta humana que la realidad a menudo nos hace olvidar, pero que está ahí, quizá dentro de todos nosotros, por muy malos que podamos ser, y que contiene rescatar y potenciar. Recordarlo con relatos como este, pienso que es un paso muy importante.
    Enhorabuena y un abrazo.

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