A la hora en punto

Siempre igual, si nos descuidamos no llegamos a tiempo, parece mentira la de veces que te lo digo, que no te despistes, sabes que hay que estar pendiente de él o se para. Y, claro, como no quieres cambiar a uno moderno.

Pues nada, tú sigue dando cuerda al reloj.
Escrito por Leire Frex

7 comentarios :

  1. Leire, ya quedan pocos de esos relojes a los que haya que dar cuerda, pero tienen su encanto, como tú escribes "hay que estar pendiente de él". Pero hoy, como en todo, estamos automatizados, y tal vez por ello no apreciamos esas cosas pequeñas de antes.
    Buen relato, Leire.
    Besos.

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  2. Somos hijos de nuestro tiempo, nos guste o no. Parece lógico que utilicemos los instrumentos propios de los mismos. Hay cosas que han formado parte íntima de nuestras vidas, las recordamos y hasta conservamos, pero cuyo uso ha quedado obsoleto, una máquina de escribir, por ejemplo, lo que no quita para que tenga su encanto, incrementado cuanto más tiempo pasa. Sería curioso analizar por qué algunas personas se aferran a ciertos objetos, más cuando, como es el caso, pueden producir problemas al ser más inexactos, aparte de resultar incómodos, no encontrarse ya piezas de recambio, etc. En el diálogo entre los personajes de tu relato imagino varón al propietario del reloj, mientras que podría ser su mujer, mucho más práctica, quien le interpela.
    Un abrazo, Leire

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  3. La gente, ¡ay!, ya no usa relojes. Ni de cuerda ni modernos. Prefiere mirar cada cinco minutos la pantalla del móvil.
    Un buen micro. Saludos, Leire

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  4. Aún quedan personas que se aferran a los objetos que la mayoría ha dejado de usar, como le ocurre a este personaje con el reloj de cuerda. La voz de quien le interpela es cercana y refleja muy bien el lenguaje oral.
    Un buen micro, Leire. Un beso.

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  5. Leire, qué rápido pasa el tiempo. Los cambios tecnológicos se producen a gran velocidad, dejando los objetos obsoletos. Hay personas que se aferran a lo que mejor conocen, como es el caso de tu protagonista, que prefiere la fiabilidad de su viejo reloj a otros más modernos.
    Buen micro.
    Besos apretados.

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  6. Hay objetos que nos acompañan durante años y nos encariñamos de ellos como si fueran seres vivos. A este viejo reloj hay que darle cuerda para que te informe de la hora. Seguro que para el dueño tiene un valor que no conocemos. A todos nos pasa con algunas cosas. Los objetos no tienen vida, pero algunos de ellos nos traen a la memoria muchas vivencias de la nuestra. Muy interesante, Leire. Besos.

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  7. Personas que se aferran a algo que ya no se suele usar.
    Personas que siguen dando cuerda al tiempo para no llegar a donde deben.
    Muy sugerente, yo leo más allá de un simple y antiguo reloj de cuerda.
    Un beso, Leire.
    Malu.

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