Cara a cara
Siempre tuviste un arte, una grasia y un salero que desbordaba mi recatada introversión.
Admiraba, desde pequeño, tu taconeo, tus sonrisas, tus castañuelas... ¡Ooole!
Combatí mi timidez con flamenco; años de clase en secreto para sorprenderte y conquistarte esta noche en el escenario. Bailaremos a mi compás:
—Maestro... ¡la primera!
Admiraba, desde pequeño, tu taconeo, tus sonrisas, tus castañuelas... ¡Ooole!
Combatí mi timidez con flamenco; años de clase en secreto para sorprenderte y conquistarte esta noche en el escenario. Bailaremos a mi compás:
—Maestro... ¡la primera!
¡Ole, que ole!¡Viva Sevilla! No se pué tené más h´arte, siendo el mes que es y estando la feria en tu su pompa.
ResponderEliminarSuerte con la muchacha, en el remate de la cuarta la tienes en el bote.
Mucho salero en tu relato, Enrique. Un abrazo.
Gracias Manuel. Esperemos que los años de clase y de baile den al protagonista la conquista de su chica o, al menos, el instante mágico en el escenario de poder mirar cara a cara y sin ruborizarse a la que fue el amor de sus sueños.
EliminarAy, qué bonito... Nada puede salir mal, Enrique, excepto que sea ella la que te lleve a su compás, que para eso te lleva ventaja y las chicas no somos tontas, no, ni cuando nos hacemos las rubias. Así que, preparado y a mantener el embrujo. ¡Ya nos contarás!
ResponderEliminarAbrazote.
Nada puede salir mal, eso es Patricia, ese es el espíritu y la idea con la que se ha lanzado nuestro tímido protagonista. La verdad que puede ser ella la que con sus años de experiencia termine llevando el compás, pero poco importará quién lleve la iniciativa del baile, ¡que le quiten lo "bailao"!
EliminarEl bailarín introvertido podrá disfrutar de poder mirar a su chica cara a cara, sin enrojecer y sin esquivar la mirada. Simplemente con eso, ya ha tocado el cielo. Así que, como bien apuntas: a mantener el embrujo.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
¿Por qué ella? ¿Por el arte, la grasia, los taconeos, las castañuelas? Todo eso es unisex. Pues nada, a bailar. Míralo cara a cara que es la primera... Me ha gustado, Enrique. Saludos y suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús por tu comentario. ¡A bailar y a mirarla cara a cara que es la primera! Un fuerte abrazo.
EliminarEnrique, espero que esas clases de sevillanas surjan su efecto.
ResponderEliminarTal vez necesitemos una continuación para saber que compás de los dos gana, quien se lo lleva a su terreno, él o ella.
Buen relato, Enrique.
Un abrazo.
¡Gracias Javier por tu comentario! Esperemos que el esfuerzo que ha hecho el bailarín pueda tener su efecto. Será un momento mágico para él y para ella, que seguro que no dará crédito al verle encima del escenario con aires desinhibidos, manteniendo la mirada y sin una pizca de rubor en su rostro.
EliminarUn abrazo y seguimos leyéndonos.
Alegría andaluza en este microrrelato a modo de sevillana. ¡¡Oleeeee, Enrique!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Ja,ja,ja...seguro que el que hoy tendrá un color muy especial será nuestro bailarín que se subirá al escenario repleto de felicidad. Un abrazo María José.
EliminarEnrique, por amor el protagonista es capaz de salir de su introversión y aprende flamenco para poder bailar con ella.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Exacto, por amor nuestro bailarín ha trabajado su introversión y ha decidido dejar de ver la vida a través de la ventana. Se ha puesto manos a la obra y dispuesto a quitarse todos los complejos.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Pilar.
Besos
La timidez espera que bajemos la cabeza derrotados, pero hay que mirarla "cara a cara" y darle duro. Sus armas son la cobardía y el miedo ajeno, pero nunca cuenta conque el contrario también puede contrarrestar con superación, que se alimenta de motivaciones, y ninguna es tan efectiva como el amor. Tu protagonista, además, es un buen estratega, pues juega con el elemento sorpresa.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique
¡Que gran comentario Ángel! Has definido a la perfección la timidez. La superación, las motivaciones y, por supuesto, el amor son grandes herramientas para contrarrestarla. Añadiría, incluso, la aceptación. Es decir, sentirse orgulloso de la timidez y rendirse alegremente a lo que uno es.
EliminarComo has mencionado, el factor sorpresa será el as que nuestro bailarín esconda bajo su manga.
Un abrazo y seguimos leyéndonos.
La historia de la perseverancia por alcanzar el corazón que se ama, no puede acabar mal y menos al compás de la música.
ResponderEliminarUn relato que empieza donde acaba, pero que no acaba porque continúa en el 'tablao' de la imaginación del lector.
Un relato con duende, Enrique. Enhorabuena.
Un abrazo.
La música siempre puede ser un aliado excelente para alcanzar cualquier objetivo. El tímido protagonista ha usado la perseverancia para trabajarse a sí mismo. Nada puede salir mal con los ingredientes que hay.
EliminarMuchas gracias por tu comentario Antonio.
Un abrazo.
Pisando fuerte, así es como se consiguen las cosas, sí señor.
ResponderEliminarBuena historia, y con ritmo, Enrique... y un, dos; un, dos, tres; cuatro, cinco, seis...
Gracias Carles, no le quedaba otro remedio a nuestro protagonista que pisar fuerte y con ritmo para conseguir a su amor.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo y nos seguimos leyendo.
El arte del flamenco (mejor, en este caso, el del baile por sevillanas) al servicio de otro arte: el de la seducción. ¡Así cualquiera! De todas formas, en los cuatro movimientos de las sevillanas, quien seduce siempre es la mujer... Pero está bien si nuestro apocado protagonista es capaz de mirar a su amada «cara a cara» (bien elegido ese título). ¡Esa noche será la suya!
ResponderEliminarBuena historia, con ritmo por sevillanas, las que nos dejas, Enrique. Enhorabuena y te aplaudo a ritmo y dando olés por doquier.
Un placer leerte. Nos seguimos leyendo...
Saludos.
Gracias José Antonio por tus palabras tan positivas. Esa noche nuestro apocado protagonista intentará mirar cara a cara a su amor platónico. El público seguro que le aplaudirá, ya no sólo por lo más o menos acertado que esté desempeñando el baile, sino por el reconocimiento al cambio interior que ha realizado de sí mismo.
EliminarNos seguimos leyendo. Un abrazo
Un microrrelato que homenajea la feria de abril. El problema es que no soporto las sevillanas, sus letras. Aunque, claro, me gusta ver el aleteo de los volantes (o más bien, me gustaba).
ResponderEliminarPor lo menos, al protagonista de tu micro, Enrique, las sevillanas le van a servir para ligar.
Saludos
Sin duda alguna, la verdadera motivación de nuestro protagonista no radica en el baile de las sevillanas sino en conquistar a su amor.
EliminarMuchas gracias, Plácido, por tus palabras.
Un saludo.
¡Ole y ole! Muy apropiado este relato que salió justo la semana en la que se celebraba este año la feria de Abril.
ResponderEliminarBonito, simpático, con ritmo, romántico... ¡me encanta!
Yo creo que tu protagonista está listo para mirar cara a cara a su chica y sacarla a bailar unas sevillanas, seducirla en la primera, cogerla por el talle en la segunda, zapatear juntos en la tercera y lanzarse definitivamente en la cuarta.
Enhorabuena Enrique, toda un alarde de valentía, para un chico tímido que hace lo que sea por conquistar a la chica de la que lleva enamorado desde pequeño.
Besos.
Malu.
¡Gracias Malu! Seguro que al tímido protagonista le ha llegado tus buenas expectativas sobre él y le has transmitido esas buenas vibraciones para lanzarse en la cuarta. La verdad que para un chico tímido ya sólo con subirse al escenario es todo un alarde de valentía. ¡Tiene que estar bastante enamorado para llegar a tomar esa decisión!
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Besos.
Hace bien tu protagonista, a pisar fuerte, taconear y bailar lo que haga falta para tenerla cara a cara. Lo que los tímidos pueden llegar a hacer por amor...
ResponderEliminarUn relato fresco y romántico, Enrique. Besos.
Gracias Carmen por tu comentario. Tienes razón: ¡lo que los tímidos pueden llegar a hacer por amor! Ye agradezco tus palabras. Besos.
ResponderEliminarDeseo el mayor de los éxitos a este tímido bailarín. Se merece la conquista, ya que ha sabido combatir sus carencias con tenacidad, arte e inteligencia. Muy aleccionador tu micro, Enrique.
ResponderEliminar¡Gracias Juana! Esperemos que le vaya bien en esa conquista. Todo esfuerzo tiene sus resultados. Te agradezco tu comentario. Besos
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