Perdón y gracias

He descubierto frutos exóticos, pescados y carnes cuyo nombre y procedencia ignoro e incluso licores que jamás sospeché que existieran; pero mi mayor descubrimiento ha sido el ahorro de tiempo en la compra diaria, pues solo tengo que coger un "despistado" carro cargado con compra y rápidamente dirigirme a cajas.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

59 comentarios :

  1. A menos que sea mas "despistado y agarre un carrito con compras innecesarias o con despensa muy costosa y para un mes...la liada que se llevaría jajajaja...me ha echo la mañana leerte. Un beso Isidro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "Despistado" quise decir

      Eliminar
    2. Al prota le debe gustar el riesgo a lo desconocido.
      Me alegro que te guste.
      Un beso, Nala

      Eliminar
  2. Pues sí que tiene gracia el asunto. Lo malo va a ser pagar, ya que esos productos tienen toda la pinta de ser caros. Me ha gustado. Suerte y saludos, Isidro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las sorpresas hay que pagarlas -dirá.
      Muchas gracias por leer y comentar, Jesús.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. Eso de ir de pícaro por la vida, puede traer consecuencias no deseadas, como pagar, por lo que no le le apetece ni le hace falta.
    Suerte, y un besito virtual

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este, más que pícaro, yo creo que es curioso y aborrece hacer las compras en el súper.
      Muchas gracias por comentar, María Jesús.
      Un abrazo fuerte y virtual.

      Eliminar
  4. Los carros de la compra dicen mucho de las personas. No hay dos iguales y cada uno lo llenamos a nuestra manera. Tu personaje es de lo más curioso, pues tiene un punto de pequeño delincuente, aunque no llega a serlo, pues él paga lo que se lleva; además, según se deduce del título, pide perdón y da las gracias. Otra cosa es que al portador del carro le haga gracia volver a empezar de nuevo. Cada uno tiene sus aficiones y las hay más raras todavía. La verdad es que ya nos extrañan pocas cosas, será que nos hacemos mayores, aunque tu protagonista tiene una combinación de persona entrañable y ligeramente extravagante de los más interesante.
    Te mando un par de abrazacos, artista.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Además también debe aprender bastante psicología cuando, en casa, descubra la compra y gustos del "prójimo"
      Muchas gracias, maestro, por tus siempre acertados comentarios.
      Dos abrazacos de los nuestros, Arcángel Saiz.

      Eliminar
  5. Muy bueno tio, un micro que te saca una sonora carcajada. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado, sobrino.
      A ver si nos vemos algún día, que tampoco estamos tan lejos.
      Un fuerte abrazo, Rubén.

      Eliminar
  6. Pues, mira, yo le comprendo perfectamente. Todo el tiempo que se ahorre en las obligaciones marujiles, lo ganará para escribir micros de 50 palabras, que cuesta lo suyo.
    Abrazotes, Isidro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, el economizar tiempo, además de ser un arte, es el mejor ahorro que se puede tener, además no está sometido a la CNMV y siempre quedarás más tranquilo. jajaja!
      Muchas gracias, amiga Patricia. Un beso.

      Eliminar
  7. ¡Menudo personaje!Seguro que va en pantuflas y, si me apuras, en bata de casa. Para que se va a cambiar, si total, el súper le va a llevar lo que tarde en pagar.
    Divertidísimo. Un abrazo, Isidro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que estamos dando demasiadas ideas. Si mañana en el súper ves a alguien sin carro, oteando el horizonte, con bata y en pantuflas... ¡aférrate a tu carro con esposas! Lo peor que puede pasar es que te lleve a ti también. Lo mejor que puede ocurrir, es que te trate a cuerpo de rey y no tengas que dar palo al agua. jajaja!
      Un fuerte abrazo, Manuel y muchas gracias por pasarte por aqui.

      Eliminar
  8. Pero qué grande eres, Isidro. Otra de tus genialidades. Lo difícil que es hacer un relato humorístico que funcione y tú siempre lo consigues.
    Me has dado una idea la próxima vez que se me olvide la lista de la compra. ;-)
    Un abrazo, crack.
    Pablo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú si que eres grande y además estás en plena feria. ¡Qué más quieres!
      En cuanto a lo de la lista de la compra, soy partidario de tener hechas -incluso plastificadas- seis o siete listas y cada día coger una, al azar. Debe resultar divertido cuando llegues al súper y la leas. "Coño! hoy como lentejas -por ejemplo- pues qué rollo -por ejemplo- o.. qué de P.M.!
      Muchas gracias, Pablo, por tu generoso comentario.

      Eliminar
  9. Jajajaja, qué bueno ahijado. Tu personaje es un tipo abierto a nuevas experiencias y que desde luego sabe valorar el tiempo. Me encanta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con las nuevas experiencias se aprende one egg y, si además, te regalan tiempo... honey over hojuelas!
      Muchísimas gracias por comentar, padrino.
      Un fuerte abrazo. (Mejor, dos)

      Eliminar
  10. Jajajaja... Pues me encanta! Una forma de experimentar cosas nuevas sin romperse la cabeza. Algo así como una cita a ciegas con los artículos del super jeje
    Muyy bueno y divertido tu micro!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veo que lo has entendido perfectamente, Galilea.
      Como ampliación al mensaje del relato, te remito a la idea propuesta a nuestro amigo Pablo Núñez (un poco más arriba)
      Me alegro que te guste.
      Saludos.

      Eliminar
  11. Isidro, un relato divertido. Tu protagonista puede encontrarse en alguna ocasión que esa compra le salga demasiado cara y le toque dejarlo en la caja.
    Ahora como método de realizar la compra de forma rápida es genial.
    Buen relato, Isidro.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Javier por leer y comentar.
      Un fuerte abrazo y nos seguimos leyendo.

      Eliminar
  12. Tengo La sospecha de que e al menos lo pagabas,aunque eso si, después de hacer un buen relato, tal vez por eso no te diera tiempo a elegir la compra.
    un abrazo de los odos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hombre, uno es cómodo, pero honrado. jejeje!
      Muchas gracias José María.
      Abrazos para ambos.

      Eliminar
  13. Una original y divertida manera de ganar tiempo en la compra. Ahora bien, puede encontrarse sorpresas en el pago de la caja y en paliar, aunque es bueno experimentar situaciones y sabores nuevos.
    Buen relato, Isidro. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debe se que también le gusta obtener sorpresa en la cuenta. Quizás alguna vez, viendo excesivo el montante, haya extraído alguna vianda de su carro y, disimuladamente, lo haya depositado en el carrito precedente para sorpresa del dueño, que, probablemente, rememorará a familiares y antecesores del autor de "la broma"
      Muchas gracias, amiga Carmen, por pasarte por aquí y comentar.

      Eliminar
  14. Si es que los Kinder sorpresa han hecho mucho daño y hay quien se toma la sorpresas en la vida demasiado al pie de la letra.
    Este 'espabilao' debe tener muy presente la frase de aquel famoso sabio: "mama dice que la vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar..."
    Un relato muy ingenioso Isidro, enhorabuena.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizás sea verdad que hay mucha gente que se toma muy en serio lo de la "sorpresa", (hasta la monja encarcelada que tomó para sí el apelativo, jejeje!)
      Muchas gracias Antonio por leer y comentar.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  15. Tengo una amiga a la que su padre le enseñó desde pequeña esta frase: "más vale pedir perdón que pedir permiso". Y tu protagonista es de esos, además da la gracias, muy educado por cierto.
    Oye, bolo, me has dado una idea, la próxima vez que vaya a hacer la compra, echo el ojo a un carrito lleno que me guste y salgo disparada hacia las cajas. Odio el tiempo que se gasta en el súper...
    Querido Isidro, eres único, tienes un humor especial y muy difícil de conseguir en tan pocas palabras, enhorabuena.
    Un beso grande.
    Malu.

    ·Pregunta: ¿se ha encontrado tu protagonista en algún carrito con palitos de naranja? Oyoyoy...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mis personajes en primera persona, siempre son muy educados. ¡Hasta ahí podríamos llegar! jejeje!
      En cuanto a los palitos de naranja, aún no he llegado al capítulo 30 de la novela de Fernando, pero me tiene intrigado.Ya te diré.
      Muchas gracias, Malu.
      Besos.

      Eliminar
  16. Jajaja, Isidro, para mí tu protagonista es un jetas, en toda regla. ¡Con el esfuerzo que supone llenar el carro! Y que venga un tipo y se lo lleve, tan tranquilo... Muy bueno.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Él dirá que son normas de la naturaleza, le echará la culpa al despistado diciendo que no siempre hay segunda oportunidad, y te contará historias de la selección de las especies, la capacidad de adaptación, que si la abuela fuma... etecé, etecé...
      Al final, déjalo por imposible!
      Gracias por leer y comentar, amiga Mariajo.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  17. Me divertí con tu simpático relato que demuestra mucha imaginación.
    Cuando vaya al super voy a tener que controlarme para no llevarme un carro ajeno. Aunque pensándolo bien, mejor no. No es que no tenga espíritu aventurero, pero no con la comida. No, teniendo en cuenta las bazofias que compra la gente.
    Excelente micro, Isidro. Enhorabuena.
    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te voy a confesar que, yo nunca haría eso de tomar un carro de comida. Yo no digo que sea bazofia lo de los otros, pero sí soy muy "soso" con mis gustos de comidas y son pocas cosas las que me gustan. No encuentro placer en la comida y me encantan los bocadillos.
      No nos conocemos personalmente y me acabo de confesar contándote un rollo... Disculpa, muchas gracias por tu gentil comentario.
      un fuerte abrazo.

      Eliminar
  18. Una idea muy original y divertida, Isidro, pero no exenta de riesgos. Al margen de que te cueste la broma demasiado cara, como ya han comentado los compañeros, imagino la carrera hacia la caja para evitar al dueño/dueña del carro ante la mirada sorprendida de los demás compradores... Igual alguno de ellos se echa también a correr pensando que ocurre algo y se lía una buena. En fin, podría ser un experimento interesante. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Isidro, por lo que veo a tu protagonista le gusta el riesgo. Por un lado, se evita la engorrosa tarea de hacer la compra y por la otra, es una buena estrategia para probar alimentos y bebidas desconocidos. La integración en nuestro país, de personas procedentes de todo el mundo, se nota en la amplia oferta de alimentos de otras culturas en los supermercados.
    Nos lo has contado de una forma divertida, pero con un gran mensaje.
    Besos apretados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con cincuenta palabras, es suficiente con sugerir ideas, sensaciones, posibilidades... luego, allá cada cual si prefiere probar o aplicar lo sugerido.
      Muchas gracias por comentar.
      Besos.

      Eliminar
  20. Me encanta este relato, Isidro. Qué gran idea y que bien la has contado. Aunque el primer efecto que produce es una sonrisa, hay mucho más en él. El título es estupendo también.
    Enhorabuena!!
    Un abrazaco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo Enrique. Una alegría y un honor que te pases por aquí y si además te ha gustado, pues,mejor.
      Un abrazaco fuerte.

      Eliminar
  21. De entrada, Isidro, te diré que los supermercados e hipermercados pueden ser un buen lugar para inspirarse, pues suceden muchas pequeñas historias a las que se les puede sacar su jugo, o con las que, dando una vuelta de tuerca más a los hechos, se puede hacer un relato que puede tomar los más diversos caminos.
    El que has elegido tú, con su toque de humor final, es de lo más imaginativo y, quizás, alguien habrá puesto ya en práctica esa manera rápida de hacer la compra que describes de forma tan magistral con esos descubrimientos de los gustos alimenticios de los demás.
    Lo que sí puedo decir que ocurre y ocurrirá es que te birlen el carrito si te descuidas, o, incluso, algo que has comprado y que, casualmente, le interesa también a otra persona. Los caraduras son legión aunque no hayan pisado África.
    Por no entrar en aquello de “pasen por caja en el orden en el que están”. Y antes de que des un paso ya tienes tres o cuatro, salidos de no se sabe dónde, delante de ti en la caja recién abierta.
    Lo que no saben esos jetas es que pueden ser carne de microrrelato.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo en cuanto a las mil posibilidades de inspiración en los super e hipermercados. En marzo también publiqué en 50 palabras otro ambientado en el super (Añoranza: sobre el atracador que añoraba su vida en prisión) y creo que en mi blog tengo alguno más (Rebelión en el hiper). Es verdad, no me había dado cuenta de la fuente de inspiración. Seguiré indagando!
      Muchas gracias por comentar, amigo Enrique, nos seguimos leyendo.

      Eliminar
  22. Y ya puestos, al tipo del relato al igual también le da por irse acompañado de una parienta "despistada" y mudarse a un chalecito "despistado".
    Buena historia, Isidro, llena de ese toque sonriente tan tuyo.
    Abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como sigas dando ideas, vamos a convertir los "súper" en auténticos centro de atracción, jejeje!
      Muchas gracias por tu comentario, amigo Carles. Nos leemos en "El Camarote". Abrazaco y abraçada.

      Eliminar
  23. Tu cleptómano del carrito del supermercado, Isidro, es más raro que un perro verde, porque coge según topa. Sacar provecho de su propensión morbosa al hurto (definición académica para la cleptomanía) parece que no saca mucho, al menos en el aspecto económico (paga religiosamente lo que de manera artera se lleva, con lo que, desde el punto de vista jurídico, hurtar o robar no roba). Ahora bien, hay que reconocerle que ahorrando tiempo es un genio. ¿Para qué me voy a molestar en elegir los productos del súper? Lo hace otra persona y yo.. ¡zas! me llevo su carro. Y aprender también está aprendiendo, por lo que se ve. ¡Ah, y otra cosa! No se le puede recriminar que no sea educado: pide perdón y da las gracias (¡Ja, ja, ja, ja! El título es el apropiado).
    Divertido cincuenta el que nos dejas este mes, amigo Isidro. Un placer leerte y espero que nos sigamos leyendo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que en el fondo es sólo un educado romántico y buscador de nuevas sensaciones que aprecia el tiempo como lo hacían los románticos franceses.
      Muchas gracias, Barrio, por tu generoso comentario.
      Nos seguimos leyendo. Un fuerte abrazo

      Eliminar
  24. No sé si ese método de compra resulta ventajoso: imagina que coges el carro de un celiaco, de un abstemio, de un vegano.
    De todas maneras, sólo puedo decir de tu microrrelato, Isidro, que es estupendo, genial. Queda incluido en mi selección de mayo.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para gustar es menester probar. ¡Hay que probarlo todo!.
      Eso siempre lo digo yo a la gente, pero reconozco que yo no lo hago y menos en tema de comida. Reconozco mi defecto.
      Mil gracias por pasarte por aquí y comentar.
      Un abrazo, Plácido

      Eliminar
  25. Original, divertida y gamberra propuesta, Isidro. Me ha gustado mucho, y me ha dado ideas para poner en práctica... Felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que esta es una idea que se me ocurrió hace bastantes años, pues no me gusta mucho hacer la compra en el super y cuando veía los carros llenos, me daban ganas de hacer lo que el prota del relato. Nunca lo he hecho, jejeje!
      Un fuerte abrazo, amigo Fernando.
      Nos seguimos leyendo.

      Eliminar
  26. !Qué idea!
    Buen micro y además original y te roba una sonrisa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro del robo de la sonrisa. Eso es lo que me hace no enfadarme cuando no gano los concursos. Jejeje!
      Un abrazo y otra sonrisa.

      Eliminar
  27. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  28. La compra a tontas y a locas debe ser un acto fascinante ¡Estoy por probarlo!. Claro, que se corre el riesgo, no voy a entrar en el tema culinario, de llevarte un saco de comida para perros o dos bolsas de pañales, cuando ni tienes perro ni hijos. Siempre está el recurso de dejarlo aduciendo "¿quién ha metido ésto en mi carro". No obstante, creo que compensa. Tu micro me ha recordado dos cosas 1) un vídeo por las redes de una señora llamada Hortensia Vidal -Hortensia en el super- que empieza a sacar productos y luego se lleva lo que se lleva únicamente y 2) un conocido que se metía jamones en las maletas cuando regresaba a Nueva York (muy, pero que muy prohibido hace años, ahora no sé), y cuándo se las abrían les decía "Mi madre, que lo habrá metido, yo que sé". Perdón por la extensión del comentario, y Gracias ¡Que me he reído mucho con tu cincuenta!. Un saludo. Suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya divertido. Muchas gracias por tu generoso comentario, Cristina.
      Saludos.

      Eliminar
  29. Eso solucionaría mis problemas de tiempo, y sobretodo ya no me podría quejar:"siempre comemos lo mismo". Creo que lo pondré en práctica porque es muy práctico Jajaja.
    Enhorabuena finalista.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!