Quebrados
Anna Wheeler (X) y Alexander Pell (Y), reputados matemáticos e incansables trabajadores, se pasaron años intentando resolver la ecuación —en apariencia— más sencilla, sin llegar a conseguirlo. Descubrirían, demasiado tarde, que llegar juntos al invierno de sus vidas consistía, únicamente, en sumar los otoños de X a los de Y.
La ecuación vital del equilibrio, incluso la de la felicidad, puede ser tan sencilla como nos la hace parecer tan esclarecedor e inspirado micro, ¿por qué, entonces, nos obstinamos en calcular y sopesar la vida con intrincadas y complejas formas que nos alejan de la sencilla exactitud del Ser? Pura entelequia. Saludos, José Ramón.
ResponderEliminarAunque triste, muy bonito micro, José Ramón. Me gusta mucho el título y esa inutilidad para la vida práctica, inherente a la gente de ciencias, entrañables, por otra parte.
ResponderEliminarExisten sentimientos y sensaciones para los que parece no haberse inventado palabras ni combinaciones precisas, la historia de la Literatura es la de una suma de intentos por acercarse a expresar lo que quizá es imposible, pues solo se puede sentir, menos aún pretender encerrar lo irrepetible e inexpresable en una fórmula de letras y números. Tus protagonistas se han dado cuenta de que están quebrados, pero unidos. Más vale tarde que nunca.
ResponderEliminarUn relato interesante en fondo y planteamiento.
Un saludo
Un título triste y hermoso para estos dos seres que no saben resolver a tiempo la ecuación de sus vidas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, José Ramón. Un abrazo.