Desde Rusia con amor

Cuando entré por primera vez en el establecimiento, me llamó la atención su soledad. Se lo comenté a mi hija, y fuimos de la mano a rescatarla. La matrioska pasó de estar en la tienda de segunda mano a una abigarrada habitación infantil.

Mi hija dice que allí es feliz.
Escrito por Amelia

9 comentarios :

  1. Las matrioskas tienen ese aire soledad multiplicada que se hace irresistible a nuestra desmedida pasión por los objetos. Una atmósfera bien creada entre melancólica complicidad de madre e hija. Saludos, Amelia.

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  2. ¡Muchas gracias! Me encantan las muñequitas rusas, y esa sigue estando en la habitación infantil.

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  3. Que romantica historia.. Es cierto que las matrioskas despiden un halo de soledad y melancolia,similares,a los del pueblo ruso que las invento...

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    1. Romántica, melancólica y real. Gracias Iñaki!!

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  4. Entre fantasía y realidad, la matrioska, se abre un espacio solitario y con esperanza única. Muy bonito.

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    1. ¡Muchas gracias! La esperanza es lo último que se pierde, como la última matrioska que queda desparejada

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  5. Me parece que la matrioska no está tan sola: dentro de ella esconde toda una multitud.
    Un buen micro, Amelia. Saludos

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    1. Quien sabe lo que puede esconder cada uno dentro de si, ¿ verdad? Muchas gracias

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