El canto de los pájaros
Cuentan que en una lejana aldea, entre frondosos montes y ríos bravos, un artesano desperdició la vida obcecado en fabricar una caja de música que imitara el sin par canto de los pájaros, sin comprender que para escuchar el canto de los pájaros le bastaba sólo con abrir la ventana.
Me temo que los seres humanos caemos en errores de ese tipo, un día sí y otro también. Qué tontos somos!!!
ResponderEliminarBuen texto, felicidades.
Muchas gracias, Luisa. Sí, a veces nos preocupamos por problemas que nosotros mismos nos creamos. Un saludo.
EliminarMe gusta este tipo de textos por las posibilidades de interpretación que ofrecen; cada cual aplicamos a ellos nuestras pequeñas reflexiones en función de nuestro propio contexto. Muy sugerente, Luis. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Es curioso cómo un mismo relato puede significar distintas cosas según sea quien lo lea. Un saludo.
EliminarTal vez el rugido de las aguas bravas le daba miedo y no se atrevía a abrir la ventana. A los demás nos pasan cosas parecidas, por lo menos a mí, y nos perdemos la magia.
ResponderEliminarMuy bonito, Luis.
...jajaja, sí, puede ser, pero es preferible ser valiente, aún con miedo, y asomarse al bosque, y respirar hondo, y descubrir las maravillas del mundo, que permanecer encerrado en casa construyendo marionetas sintéticas que nunca satisfagan nuestros caprichos. Para alcanzar lo que de verdad es importante para nuestra felicidad basta con "abrir la ventana".
EliminarMe alegra que te guste. Besos y algún trino de pájaro.
El artesano, todo artista, imita o trata de imitar a la naturaleza. El músico a los pájaros (como bien narras), al mar... El poeta se inspira en el ritmo de las olas y en el tic-tac de su corazón, especialmente cantarín cuando ama. Y así los demás artistas.
ResponderEliminarEn tu bello micro se muestra, eso creo, la eterna contraposición naturaleza-cultura y viceversa.
Con todo, personalmente entiendo la maniobra de tu artesano...
Muchas gracias, Carmelo. Lo malo no es tener como ejemplo a imitar a la naturaleza, sino no disfrutar de ella por preferir sólo una mala copia, unaque sea artesanal.
EliminarEl canto de los pájaros es un regalo inigualable y hay que saber valorarlo. Esa puesta en valor es, precisamente, lo que hace que hombres inquietos quieran imitarlo, ser capaces de crear algo parecido a esa belleza, disponer de ella cuando les apetezca, como un día intentaron hacer con el vuelo de los pájaros y con tantas cosas. El ser humano es así, creativo y diferente, también, a veces, algo obsesivo y hasta endiosado. Aunque se sabe limitado todo quiere abarcarlo, lo que no debe obcecarle para que, a la vez, sepa disfrutar de lo que tiene a su alcance.
ResponderEliminarInteresante relato, con un buen tema como trasfondo.
Un saludo, Luis
Muchas gracias, Ángel. La humanidad avanzamos cuando copiamos a la naturaleza, o incluso la superamos, pero corremos el riesgo de no disfrutar del bosque por centrar nuestra antención en copiar una hoja. Un saludo.
EliminarLos seres humanos pretendemos, vanidosos, apropiarnos de la belleza de lo natural con todo tipo de artefactos. Bien está la creatividad del artesano o del artista, pero no debemos olvidar que la naturaleza está ahí mismo. Solo hace falta abrir alguna ventana, la real o la metafórica de la mente.
ResponderEliminarUn micro muy interesante, Luis. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Carmen. Sí, tienes razón. Bien está imitar a la naturaleza, pero no suplantarla; nada suplanta a la naturaleza: no podemos y, sobre todo, no debemos. Un fuerte abrazo, Carmen.
EliminarLuis, es verdad que no hay nada como los pájaros de verdad, pero no hay forma de que dejen de piar. (Te lo dice alguien que vive en un pueblo.)
ResponderEliminarEn cualquier caso, un buen micro.
Saludos
jajaja..., ya me lo imagino, Plácido. Pero imagina si no se oyera cantar a ningún pájaro, nunca; si todo fuera silencio, siempre; ni se oyeran a ningún animal... Si todo fuese mecánico, sintético..., si no hubiera nada natural... No se tú, pero a mi no me gustaría vivir en un mundo así.
EliminarSaludos.
Sucede que a veces, cuando nos marcamos un objetivo, nos obcecamos tanto con él que no somos capaces de ver diferentes posibilidades para conseguirlo.
ResponderEliminarMe parece fantástico tu micro, Luis.
Un beso grande, enhorabuena.
Malu.
Muchas gracias, Malu. A veces hace falta levantar la mirada y observar lo que nos rodea con más perspetiva, nada más. Me alegro que te guste mi relato. Besos.
EliminarMuchas gracias, Malu. A veces hace falta levantar la mirada y observar lo que nos rodea con más perspetiva, nada más. Me alegro que te guste mi relato. Besos.
ResponderEliminar