Una fracción de segundo

Despertar era lo peor. O más bien el paso del sueño a la vigilia, cuando tomaba consciencia de lo ocurrido y la magnitud de su desgracia la aplastaba. Después la vida seguía, cada día tenía su propio afán, y hasta la mañana siguiente, el presente hacía más llevadero su pasado.
Escrito por Aurora Baeza

10 comentarios :

  1. Dicen que el tiempo todo lo cura y la vida sigue su curso, aunque hay heridas que no acaban de cicatrizar nunca, que, en algún momento, pinchan de forma irremediable. A poco que nos miremos, difícil será que, los que ya acumulamos algunos años, no tengamos alguna. Como bien cuentas, los momentos en los que nos encontramos con nosotros mismos, lejos del trasiego de lo diario, es cuando más se manifiestan esos pinchazos, una fracción de segundo lacerante, no hace falta más para mantener viva una inquietud que impide la paz completa.
    Un saludo, Aurora.

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    1. Gracias Ángel. Qué bien has entendido la sensación que quería transmitir. Un abrazo.

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  2. Ese acto de aceptación diario es como encender el motor frío de un vehículo varado, cuesta horrores. Una vez puesto en marcha, el resto de mecanismos automáticos, se emplean a su función y, de mejor o peor manera, se aborda cualquier recorrido. Una vez se detenga, costará de nuevo ponerlo a funcionar.
    Una parte de nosotros es mecanismo vital, el meollo es conectar con la verdadera energía que nos da vida.
    Delicado micro que aborda con matices las brumas de un ser dolido.
    Saludos, Aurora.

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    1. Así es, buena metáfora. Somos un poco como un motor que cuesta arrancar pero se beneficia después de una inercia automatizada. Gracias por tu comentario Manuel. Un abrazo.

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  3. Veo una especie de Dr. Jekyll y Mister Hide, una dualidad bestia-humano que forma parte de nuestra naturaleza y que a cada uno se nos manifiesta de distinta manera e intensidad.
    Muy bien expuesto y lo suficientemente abierto para que quepa cualquiera de nuestros demonios interiores.
    Un gran relato, Aurora. Enhorabuena.
    Un saludo

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  4. No se me había ocurrido esta dimensión dual o leve esquizofrenia que todos tenemos (en mayor o menor medida) entre nuestras sensaciones y nuestras expresiones, entre cómo nos sentimos al despertar y cómo nos mostramos a lo largo del día. ¿Quién sabe lo que pesa en el despertar de cada una de las personas que nos cruzamos a diario? Gracias por tu punto de vista y tu comentario Antonio. Un abrazo.

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  5. Y, también, algunas veces el presente es tan malo que hace llevadero cualquier pésimo pasado. Me he sentido identificado con tu texto, Aurora. Saludos

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    1. Siento que así sea Plácido. Espero que al menos el tiempo que te haya llevado leer mi relato hayas podido olvidar presente y pasado. El futuro será mejor, ya verás. Un abrazo y gracias por tu comentario.

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  6. Precioso relato, Aurora. Supongo que ese momento de dolor indescriptible con el tiempo irá perdiendo intensidad, aunque dudo mucho que llegue a desaparecer por completo. Quizá tampoco sería deseable.
    Maravillosamente escrito.
    Un abrazo.

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  7. Encontrarse con uno mismo a veces es doloroso, pero necesario. Lo interesante es que cada día tu protagonista irá avanzando y el paso del tiempo acabará por borrar el dolor del pasado.
    Un beso, Aurora.
    Malu.

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