El amante de mi mujer
Llamé a casa desde la oficina. Estaba seguro de que me engañaba.
—¿Dígame?
No podía ser. Esa voz tan familiar... ¿Pero cómo podía ser posible? No daba crédito. Estaba confuso. Era mi propia voz. Al fondo escuchaba reír a mi mujer. Maldita...
—¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
"¡Clack!", me colgué ofendido.
—¿Dígame?
No podía ser. Esa voz tan familiar... ¿Pero cómo podía ser posible? No daba crédito. Estaba confuso. Era mi propia voz. Al fondo escuchaba reír a mi mujer. Maldita...
—¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
"¡Clack!", me colgué ofendido.
Infinita imaginación para un micro que arranca sonrisas.
ResponderEliminarBravo, Raquel.
Pablo.
Gracias Pablo, eres un amor.
EliminarUn abrazo, y nos seguimos leyendo.
El celoso ve amantes escondidos donde no los hay y es capaz, el muy truhán, de desdoblarse por afirmarse en su sospecha. Paradójica y divertida esta situación que presagia un enredo monumental. Saludos, Raquel.
ResponderEliminarGracias por tu comentario M. Bocanegra.
EliminarUn abrazo.
Si es que hay algunos que, con tal de tener la razón, son capaces de engañarse a sí mismos.
ResponderEliminarBesos, Raquel.
Jajaja Di que si, Patricia. Toda la razón.
EliminarUn besazo guapo.
Con mucha imaginación, en la fantasía de la creación de otros personajes y otros yo.
ResponderEliminarGracias Ricardo.
EliminarLa mente puede ser nuestro mejor aliado y también el peor enemigo. La obsesión de ese hombre riza el rizo. Por suerte para él, su mujer se lo toma a risa, al tratarse de una situación disparatada, pero también divertida y con el problema de una preocupante patología de fondo.
ResponderEliminarUn abrazo, Raquel
La mujer es que no los termina de diferenciar y yo tampoco. De hecho me gusta la idea de las películas de culto de blanco y negro, de invasores de cuerpos extraterrestres. Jajaja Soy de una generación muy freak Jajaja
EliminarUn abrazo Ángel.
Interesante micro que, tras la sonrisa espontánea que provoca su lectura, lleva a una reflexión más profunda y sería. Enhorabuena, Raquel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Maria José Viz.
EliminarUn abrazo enorme bonita.
Mala cosa los celos, nos hacen perder la cordura y bajo sus efectos somos capaces de cualquier disparate. Hasta del simpático episodio que tú nos cuentas.
ResponderEliminarDivertido micro, Raquel.
Un abrazo.
Si, enajenación total y desdoblamiento Jajaja. Me alegro que os haya parecido divertido. No sólo de miedo vive el escritor amateur Jajaja
EliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho Raquel. Entre las varias interpretaciones que le doy, hay una que seguro te parecerá descabellada, y es que pueda tratarse de un sueño del protagonista. Lo dicho, genial micro. Un beso.
ResponderEliminarNo me parece descabellada, pero es un desorden mental, una paranoia, un delirio... Jejeje Últimamente me tiene atrapada el mundo surrealista dónde cualquiera locura puede darse con visos de realidad, y por otro lado, hay una película de ciencia ficción antigua "la invasión de los ladrones de cuerpos",que me rondaba constantemente en la cabeza.
EliminarUn abrazo
Ha pasado algo raro en mi comentario. El cuerpo del texto se ha desprendido del encabezamiento.
ResponderEliminarMil disculpas
Lo copio a continuación, que descuadraba:
Eliminar"Celos a la máxima potencia. A tu personaje está claro, le han hecho perder el coco. Los tiene hasta de sí mismo.
Me ha gustado como lo has expuesto, Raquel.
Besito virtual."
Gracias, Alex. Siempre atento al mínimo detalle, para lograr la perfección.
EliminarUn saludo
Gracias. Besitos virtuales a Alex y a ti María Jesús.
EliminarMuy divertido este desdoblamiento del marido celoso en amante. El juego que se crea entre ellos entra en el terreno de lo fantástico. Me recuerda mucho al estilo de Juan José Millás, que narra patologías, desdoblamientos y fantasías como si de hechos cotidianos se tratara.
ResponderEliminarEnhorabuena, Raquel. Un beso.
Menudo halago Carmen. En realidad no merezco tal comparación, sólo estaba jugando con las identidades y las letras, porque escribir es eso jugar a inventar mundos.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen
Me ha gustado mucho, Raquel. Un micro ocurrente, imaginativo y divertido. El protagonista se lo toma de ese modo, no entiende que se esté desdoblando como sor Mª Jesús de Ágreda, pero no me queda duda que se lo pasaba mejor que ella en su otro yo, y me llega una frase final pronunciada con irónica resignación que diga: ¡Bueno, si soy yo ...!. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado Cristina.
EliminarUn saludo
El rey de los celos... Tan obsesionado que es capaz de desdoblarse para tener celos de sí mismo. El caso es que mientras él sufre deade la oficina... su otro yo, disfruta plåcidamente con su mujer. Ejerce de amante perfecto y la hace feliz.
ResponderEliminarUno de los dos debe morir! Está claro, no? 😂😂😂
Me ha encantado, Raquel!
Tienes toda la razón. Mataré a uno de los dos, voy a pensar a cual jejeje
EliminarUn abrazo Galilea
Excelente micro, Raquel. Yo siempre he sospechado que existe Otro Yo que no trabaja, que se pasa todo el día viendo la tele, que disfruta de la vida, mientras que a mí me deja lo peor. Al protagonista de tu historia le ha tocado la parte más dolorosa. Saludos
ResponderEliminarGracias Plácido. Menuda jeta tu otro yo... En fin tendremos que matarlo también. Jijiji :)
EliminarUn abrazo
Raquel, el protagonista eleva los celos hasta la máxima potencia, tener celos de sí mismo. Y encima se ofende...
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Gracias Pilar Besos
EliminarRaquel,a tu protagonista con esos celos le veo un futuro muy complicado. Ese desdoblamiento de personalidad y tener celos hasta de si mismo puede ser peligroso para su salud mental.
ResponderEliminarTu relato, aunque escrito en un tono desenfadado, dice mucho más y esconde una realidad que mucha gente sufre y hace sufrir a los que conviven con ellos.
Me ha gustado, Raquel.
Un beso.
La verdad es que yo me lo había tomado por el rollo surrealista, inspirada en películas (como siempre) de ciencia ficción de principios del siglo anterior como la invasión de los ladrones de cuerpos. Pero resulta ser una interesante alegoría sobre los celos.
EliminarUn abrazo.
Fantástico y surrealista. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo, Raquel.
Gracias Asun. Estaba jugando con lo surrealista y el desconcierto que eso puede generar. Dejó este tema, pero lo retomare porque lo encuentro fascinante. Ahora estoy con el género de fantasía Orcos, enanos, hombres lagarto... Me encanta la oportunidad que nos da esta web para jugar con distintos géneros. Desde luego, algunas se adaptan mejor que otros a la escasez de palabras.
EliminarUn saludo
No se puede fiar uno ni de sí mismo, jajaja. En cualquier caso creo que la mujer, ya puesta, podía aprovechar para variar un poco…
ResponderEliminarSimpático y con aire irreal de pesadilla.
Un abrazo, Raquel.
Gracias Enrique, me hubiera gustado que hubiera sido más angustioso, pero es complicado cuando no puedes cebar la atmósfera. Con 50 palabras hay que ir al grano, eso me está ayudando mucho a seleccionar lo importante en cada narración.
EliminarUn abrazo.
Guau, lo encontré de terror el relato, mira que llamar y encontrarse a si mismo... Me recordó un poco a la Carretera Perdida de David Lynch, quizás por eso lo asocie con algo terrorífico.
ResponderEliminarGran relato Raquel!!
Un besote.
Gracias Jean, justo una amiga a la que se lo enseñé me dijo lo mismo que tú.
EliminarUn abrazo Jean.