Detrás de la puerta
Perdí mi felicidad; yo aseguro que la había dejado junto a todos los recuerdos, pero no está. Volé rumbo a Las Vegas para obtener algo temporal y empecé a buscar sin tener resultados, porque los dichos no son en vano.
Casi me daba por vencida. Pero abriste esa puerta y...
Casi me daba por vencida. Pero abriste esa puerta y...
Aunque hay quien asegura que ayuda mucho, el dinero no da la felicidad. Los recuerdos pueden ser felices, pero si han quedado en el pasado y no van a volver rememorarlos se vuelve doloroso.
ResponderEliminarTu relato enseña lo que de verdad es importante y que nunca hay que darse por vencido, siempre hay una puerta que se abre.
Un saludo, Geyna
Geyna, un micro de desamor lleno de esperanza. Nadie sabe donde puede encontrar el amor...
ResponderEliminarBesos.
Qué misterios guardan las puertas.... Nos cuesta abrirlas tanto como cerrarlas y, a veces, el miedo hace que nos conformemos con mirar por la cerradura. Ahora que tu protagonista la ha abierto, vamos a dejar que respire y se llene del aire de la alegría de descubrir lo que quiere entrar.
ResponderEliminarMuy bonito y sugerente, Geyna.
Como dicen Patricia, Pilar y Ángel; cuánto nos cuesta en ocasiones abrir una puerta!!!!!!! Tu relato nos invita a eso, a abrirlas!!!! Saludos.
ResponderEliminarNos dejas con la miel en los labios para saber que ocurrirá después de esa apertura de puerta. Puede dar entrada de nuevo al amor, a la felicidad y a una nueva etapa en la vida.
ResponderEliminarSuerte, Gyna
No te puedes imaginar lo que me gustan las puertas, Geyna, de hecho tengo muchísimas fotos de puertas en mi cuenta de Instagram. Me llaman, me atraen y algunas me atrapan, siento curiosidad por ellas y por lo que encierran detrás... así que te puedes imaginar lo que me ha gustado tu relato, ¡muchísimo!
ResponderEliminarEnhorabuena, un beso.
Malu.