Orgullo herido

La ilusión hecha unos zorros le devolvía su imagen ajada, con una mueca de desdén, mientras su boca repetía sin convicción: "Seguro que lo conseguiré la próxima vez".

Regresó a casa cabizbaja, lamiendo su orgullo herido, mientras rememoraba el desastroso examen y, pesarosa, recordaba al estricto examinador de la DGT.
Escrito por Gloria Arcos Lado

34 comentarios :

  1. Y lo malo es que no solo es el orgullo, sino el bolsillo. No se si sigue siendo así, pero cuando yo saqué el carné se decía que los examinadores te suspendían para que tuvieras que pagar otra vez la matrícula. Ese fue mi caso. Buen relato, Gloria, y apegado a la actualidad, con esa huelga de los susodichos. Aunque, por otra parte, también comprendo que, tal como esta el mundo, la suya es una profesión de riesgo; supongo que, lamentablemente, deben ser bastante habituales las amenazas, insultos y agresiones. Suerte y un abrazo.

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    1. Lo malo Jesús es cuando vuelves a suspender otra vez y cada vez tu convicción de que puedes conseguirlo se va debilitando al mismo tiempo que tu economía. O peor, cuando vas convencida de que está es la definitiva, y después de esperar mientras domesticas tus nervios, finalmente te dicen que tu examinador está en huelga, y regresas a casa cabizbaja y con un cabreo de narices. Muchas gracias, Jesús. Un abrazo

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  2. La convicción en nosotros mismos queda dañada por los fracasos. Pero en este caso hay muchos elementos externos que pueden decantar la suerte, entre ellos un examinador demasiado riguroso. Muy buen relato, Gloria. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Salvador. Tienes razón. Lo malo es que, aunque lo sabes, eso no te consuela de esa sensación tan agria que es el fracaso, que hace que te replantees la idea que tienes de ti mismo, para mal, claro. Yo creo que si supieran que es más que un examen lo que te juegas, algunos no serían tan estrictos. Un abrazo, Gloria

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  3. Los obstáculos que, a cada paso, surgen en la vida, siempre resulta difícil superarlos, pero uno puede sobreponerse a ese "orgullo herido" al que aludes, Gloria. Buen relato. Un abrazo.

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    1. Lo malo es que este es un relato que está basado en la realidad, la mía. Ya voy a la DGT sin ninguna esperanza. Y aunque el profesor me dice que con que realice en el examen la cuarta parte de lo que hago en una clase, cuando llego al examen me bloqueo e inevitable mente meto la pata. A ver si consigo dominar mis nervios la próxima vez. Un besazo, María José. A ver si nos vemos en enero.

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  4. Entiendo perfectamente a la protagonista del micro, yo también lo pasé fatal. Mis hijas tienen peor recuerdo del examen de conducir que de los exámenes de la universidad.
    Este es solo un ejemplo de las muchas situaciones que nos hacen volver a casa cabizbajos y con el "orgullo herido", como acertadamente titulas. Buen tema para la reflexión, Gloria. Un abrazo.

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    1. Tienes razón, Juana. Yo también lo paso fatal. En una ocasión creí que acabaría vomitando o que me iba a dar un ataque de ansiedad. Por mucho que que me planteo que sólo es un examen más no consigo creérmelo. Y eso a pesar de los innumerables exámenes a los que me he sometido en el colegio, instituto y universidad, e incluso en alguna oposición a la administración o en trabajos. Intentaré no tirar la toalla, a ver si lo consigo. Y os contaré. Un beso enorme, Juana

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  5. Tropezones y caídas son parte de la vida, unidos a algo tan básico como el aprendizaje. No obstante, estamos hechos de sentimientos y sensaciones, por eso no siempre somos lo fuertes de ánimo que nos gustaría, lo admitamos o no, todo nos afecta. El desánimo y el orgullo herido pueden hacer mucho daño en un momento dado, pero ahí está la grandeza, en levantarse. Tu protagonista tiene un poco de las dos cosas, frustración y una esperanza no del todo perdida.
    Gracias por este nuevo relato impregnado de tu estilo inconfundible: cercano a la realidad cotidiana y con mensaje.
    Un abrazo, Gloria

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    1. De nada Ángel. Como digo arriba la protagonista soy yo. Y esa sensación de reiterado fracaso, de orgullo herido y de desconfianza en mi misma lo estoy mascando ahora mismo. Esta miércoles pasado lo he vuelto en sentir. Estoy lamiéndome las heridas para coger fuerzas y volver a hacer clases para examinaré en enero, después de que me alojen de nuevo mi "escuálida bolsa". Un beso muy grande, Ángel. A ver si nos vemos pronto

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  6. Perdona, Ángel. El editor me ha cambiado el género de algunas palabras. Un abrazo.

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  7. Todos los que nos hemos examinado del carné de conducir, y no hemos sido bendecidos con el aprobado a la primera, sabemos bien cual es esa sensación que relatas.
    Buen micro Gloria, un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Raquel. Eso me repito cada vez que me examino, que todos han sentido lo mismo. Y también que si otros lo han conseguido, yo también puedo hacerlo. Un fuerte abrazo. Gloria

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    2. Claro que si, tu puedes Gloria. 💪💪💪

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    3. Ojalá la suerte, "Dios", el karma o cualquiera que tenga algo de poder me ayuden a conseguirlo. Muchas gracias, Raquel

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  8. El examen del carné de conducir es uno de los más temidos a los que nos enfrentamos. De nada parece servir la experiencia de tantos exámenes académicos. Aquí es difícil controlar los nervios. El examinador es frío y distante. Pero no hay que dejarse vencer, Gloria. Piensa en la cantidad de conductores que lo pasaron, muchos con gran dificultad. Un masaje relajante, una tila y con la cabeza bien alta en enero. Te aconsejo visualizar un capricho que te vas a permitir, porque tú vales mucho.
    Un micro con el que nos identificamos muchos lectores. Mucho ánimo y un beso.

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  9. Muchas gracias, Carmen. Es cierto todo lo que me dices. Intentaré acordarme de tu consejo la próxima vez. Un beso muy grande. Gloria

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  10. Una sorpresa final. Estos examinadores... Ánimo. Yo tampoco lo conseguí a la primera.
    Un buen micro. Saludos, Gloria

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  11. Muchas gracias, Plácido por tus ánimos. Un abrazo muy fuerte. Gloria ��

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  12. Real como la vida misma, Gloria.
    Me gusta bastante tu micro porque un hecho cotidiano lo has sabido contar de una forma muy literaria, hasta poética, diría yo.
    Ese comienzo es impecable. Y el resto también.

    Un besote, recuerdos a tu chavalote y nos vemos pronto.

    Pablo

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  13. Sí, espero que nos veamos en enero. Muchas gracias por tus comentarios tan amables. Como digo por ahí arriba yo soy muy apegada a vida cotidiana y de ahí suele mi inspiración. Un abrazo enorme. Gloria

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  14. Algo cotidiano muy bien narrado. Un saludo, Gloria.

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    1. Me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo. Gloria

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  15. Enrique Caño10/12/17, 16:31

    Muy buen micro, Gloria. Has logrado captar muy bien la atención del lector que, hasta el mismo final, no encuentra el motivo del orgullo herido de la protagonista.

    A la próxima vez saldrá, ese es el espíritu. Cada vez está más cerca de su objetivo.

    Besos. Enrique.

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  16. Muchas gracias, Enrique. Es un relato muy real, tanto que soy yo la protagonista y la que no pierde la esperanza de aprobar algún día. Un abrazo muy fuerte. Gloria ��

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  18. La vida misma, aunque no es mi caso. No he pasado por el trance del examen de conducir, con lo que no puedo aconsejarte, pero sí voy a comentar tus cincuenta: hay quien parece estar más predispuesta a la pluma que al volante, pero no desesperes. En enero mira de frente al examinador y nada de tenerle miedo, él también pasó por eso. Si tu vecino del segundo, que es un ceporro, conduce, tú no vas a ser menos, ¡faltaría más!. Ánimo. Un abrazo

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    1. Muchas gracias por los ánimos, Cristina. Así lo haré. Quiero que me vea segura de mi misma, deseo que sepa que puedo con eso y con mucho más, y sobre todo, que ningún examinador va a hacer que los diez años de trabajo nocturno que me quedan por hacer, lo deba hacer a pie, tiritando en pleno invierno, pudiendo ir calentita en mi coche si consigo el dichoso carnet. ¡Hasta ahí podíamos llegar¡ Uff, perdona, pero como digo, tengo bastante herido mi orgullo. Un beso y muchas gracias por tus amables comentarios. Gloria

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  19. Eduardo Martín Zurita12/12/17, 22:11

    Realismo trágico el de tu texto. La impericia al volante, aliada con los ojos excesivamente rigurosos del examinador de turno, propician que la débil esperanza que anida en el personaje se vea paliada, anulada diría más bien por completo por la conciencia de haber fallado estrepitosamente. Es el típico personaje que quiere pero que no puede. Mas nunca es tarde si la dicha es buena. Al final escampan hasta las tempestades. Y siempre queda la bici, aunque no sirva de consuelo. Que no, que lo va a conseguir, faltaría más, como casi cualquier hijo de vecino. Es un buen texto muy bien escrito. Un beso.

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    1. Muchas gracias Eduardo, sobre todo viniendo de ti. Mi personaje, es decir yo misma, muchas veces se plantea que quizás no tenga las cualidades necesarias para hacerlo. Sin embargo el profesor me alienta, me dice que estoy preparada, pero que me bloqueo los días de examen, en cuanto se sube el examinador al coche. Me anima diciéndome que si logro controlar los primeros cinco minutos, el examen está aprobado. Por eso continuo, además claro por mi tozudez y mi negativa a abandonar. Un abrazo muy fuerte. Gloria

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  20. La vida pone a prueba nuestro carácter con cada situación. No es fácil, cuando las circunstancias se recrudecen, salir airoso. A veces, un examen se convierte en la piedra de toque, en un hito en el camino que tenemos que superar para seguir creciendo. Un interesante relato que contrapone deseo y realidad. Saludos, Gloria.

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    1. Sí, Manuel tienes razón. Pero la realidad se empeña en torcerse mientras el deseo continúa aunque cada día que es golpeado por un nuevo suspenso se debilita. Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo. Gloria

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  21. ¡Ay, Gloria, te entiendo perfectamente! Te lo dice una que aprobó a la tercera el práctico... ¡qué mal se pasa! Pero estoy segura de que lo conseguirás.
    Perfectamente descritos los sentimientos, enhorabuena.
    Besos y nos vemos pronto.
    Malu.

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    1. Estoy deseando veros a todos. Muchas gracias por tus palabras de aliento. La verdad es que ya me estoy cansado de intentarlo sin éxito. A ver si la próxima es la definitiva. Un abrazo enorme. Gloria �� ��

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