Promesa imposible
Se fue para no volver, para encontrar su camino. Sus padres clamaron al cielo. No les pidió ayuda. Viajó por el mundo. Aprendió más que en la universidad. Pero la vida le puso zancadillas. Murió la madre y volvió deprimido y sin dinero. Prometió no marcharse más. Ya era tarde...
Hola, Iñaki.
ResponderEliminarEs lastimoso llegar tarde cuando uno estaba dispuesto a cumplir lo que prometió. Pero la vida es así: azarosa. Hace con nosotros su voluntad. Y si se muere una madre se muere casi todo. El único y verdadero amor, tal vez el único amparo posible en este mundo. Buen texto. Un abrazo.
Igual aprendió lo que no necesitaba y buscaba su camino en sitios equivocados. Obviando que ya lo tenía marcado.
ResponderEliminarGran relato que nos habla de las consecuencias y los actos.
Un saludo.
Hay que escoger entre diversas opciones. Si se elige la equivocada, será una lección para emprender una nueva y correcta. Y creo que a tu prota, podría emplear la salud, preparación y fortaleza que le ha dado la vida para volverlo a intentar,sin ser imposible aún sin contar con la presencia materna. Si hubiera una segunda parte de la historia, seguro que así sería
ResponderEliminarRealista tu micro, Iñaki
Un abrazo.
El seno familiar es un escenario para la confrontación de la libertad personal, de sus idas y venidas. Queremos emanciparnos, pero necesitamos sentir los lazos de las raíces y el afecto. Pájaros atados al cordel de la sangre. Cómo nos pesa la libertad.
ResponderEliminarSaludos, Iñaki. Me encantó conocerte.
A mí también me gustó conocerte, Manuel. Gracias, siempre, por tus amables e interesantes relatos. Abrazo
EliminarLa eterna duda sobre si es mejor intentar alcanzar nuestros sueños, aunque salgamos heridos en ese intento, o conformarmos con lo que nos ha venido dado. Y, en demasiadas ocasiones, ¿a costa de qué? Sugerente relato, Iñaki. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarCreo que es irremediable ese tránsito hacia la individualidad vital. Yo, en eso, soy bastante darwinista. O nos lanzamos a "volar" solos, o jamás conseguiremos construir un nuevo "nido"...
ResponderEliminarBonita reflexión, Iñaki.
Un saludo
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un saludo.
ResponderEliminarAprender a volar solo, fuera del nido, es una exigencia vital. El protagonista no ha tenido suerte en su andadura y regresa a él demasiado tarde, pero la vida continúa. Ahora debe aplicar lo aprendido. Y seguir creciendo.
ResponderEliminarBuen micro, Iñaki. Un abrazo.
Necesitamos equivocarnos, o no, para ser nosotros mismos,en todo aprendizaje está lo bueno y lo malo. Un beso.
ResponderEliminarHay promesas que son difíciles de cumplir. La sangre, la familia, la madre que nos dio la vida siempre será un referente, al volver a su casa y darse cuenta de que no había crecido lo suficiente es cuando en realidad empezó su viaje, aunque no se moverá físicamente, pero sí crecerá como persona.
ResponderEliminarMuy interesante, Iñaki.
Un beso.
Malu.