Las dos caras de enero

Éramos como dos extraños en un tren. Yo tenía una afición peligrosa, amarte. Tú, ese dulce mal de ser un alma a merced del viento. Solo quiero escapar contigo de esta celda de cristal. Ser pájaros a punto de volar. Abandonar este mar de fondo. Y convertirnos en cadáveres exquisitos
Escrito por Pedro Rodríguez

No hay comentarios :

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!