Mirada perdida

Me mirabas a la cara y te reías feliz. No sabías decir mi nombre, daba igual, yo era tu cariño. Supiste vencer todas las dificultades para lograr mantener el amor por tu marido al que confundías con tu madre, la mejor demostración de amor. Nos dejaste sin saber quién eras.
Escrito por - Javier Velasco Eguizábal

3 comentarios :

  1. Un bonito recuerdo de una realidad que nos llega muy dentro a todos. Solo se me ocurre decirte que Carpe diem, Javi, que tenemos los gozos contados y las penas nos acechan. Hasta el próximo mes.

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  2. Gracias Juan. Contaremos con los gozos y los celebraremos juntos.

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  3. Maria Galerna27/7/18, 15:02

    Se van sin saber siquiera que se van.

    Un saludo, Javier

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