El deprimido

En la mañana pensó pintar el mundo con colores de lágrimas. Luego fue contra las estacas del precipicio buscando pedazos de cielo prometido, pero se mostraron flores marchitas. La casa quedó cubierta de gemidos poblados con lejanos silencios. Él, hecho cenizas, se enteró de que los suicidas no tienen cielo.
Escrito por Edwin Antonio Gaona Salinas - Web

3 comentarios :

  1. Hola, Edwin. Nos presentas un poético y sugerente texto que, al menos a mí, da para reflexionar; y mucho. Ya sabemos que dependiendo de las "creencias" de cada uno, una misma circunstancia, por terrible que sea, la veremos de diferente forma. Desde luego la depresión, aunque a algunos les parezca una "simple" tristeza o apatía, es algo terrible. Podemos imaginarnos lo que pasa por la cabeza de un deprimido, pero no sabemos con certeza la intensidad de su sufrimiento. Si ese sufrimiento, para muchos,supone vivir en el peor de los infiernos yo puedo llegar a comprender que quieran salir de él, aún a costa de seguramente aumentar el sufrimiento de los que lo rodean. Buen texto. Suerte y saludos.

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  2. Triste ambientación que se ajusta como seda al tema con el delicado y poético menester de tus palabras. Un abrazo, Edwin.

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  3. Creo que has mostrado una de las desgracias personales más completas posibles, y lo has hecho de un modo muy hermoso y poético.
    Enhorabuena y un abrazo, Edwin.

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