Escondido

Me asaltó un enorme temor cuando atravesé la galería que permanecía en penumbra. Estaba amaneciendo y las sombras iban ocupando el espacio acortándose a medida que el sol ascendía por el horizonte. De pronto lo vi, allí estaba Él como siempre, agazapado detrás de un matojo esperando la nueva presa.
Escrito por Mª Luisa Pérez Rodríguez

11 comentarios :

  1. ¡Qué atmósfera! ¿Por qué tiene que atravesar la galería? ¿Quién es ese Él con mayúscula que está ahí siempre? ¿Por qué hay matojos en la galería? ¿Dónde nos has metido? ¿Realidad o metáfora? Da mucho miedo.
    Aplausos y corro a esconderme.

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  2. Ja, ja... eso quisiera saber yo, quién el Él. Puede ser desde un depredador con garras, real, hasta un pasado, un recuerdo, tu otro"yo", o cualquier cosa que te miedo...
    Gracias Patricia por tu comentario. Y si te he asustado... bien. Un abrazo.

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  3. Siempre hay algo escondido y acechante a lo que tememos y cuyo control se nos escapa. Son tantas y tan variadas las maneras en las que el infortunio puede afectarnos que solo pensarlo ya nos llena de terror; en el fondo lo tenemos dentro y nunca podremos escapar de él (o de Él). Tu relato viene a materializar en palabras todos los miedos posibles.
    Un abrazo, María Luisa

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  4. Hola María Luisa. Ya sabemos que la noche nos confunde, pero tú nos hablas de unos instantes cuando amanece y la penumbra no nos permite ver con claridad esas sombras que ocultan alguien escondido que nos presentas como un misterioso personaje. Sugerente relato. Abrazos.

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  5. Sí, es cierto. El miedo parece que es congénito. Dicen "los entendidos" que lo seguimos arrastrando desde las cavernas. Como la oscuridad.
    Y es tan sugerente... no aclarar las cosas...
    Gracias Ángel y Pepe por vuestros comentarios. Poniéndonos las pilas después del largo y cálido verano ¿no?
    Abrazos

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  6. Miedo en estado puro, atávico, con doble o triple significado, recurrente, real o ilusorio, no sé, la fotografía del terror con diversas interpretaciones. Magistral, sin duda es un ejercicio, un juego opresivo, muy bien elaborado. Un saludo, María Luisa.

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  7. de Cristina Aguas. Miedo en estado puro, atávico, con doble o triple significado, recurrente, real o ilusorio, no sé, la fotografía del terror con diversas interpretaciones. Magistral, sin duda es un ejercicio, un juego opresivo, muy bien elaborado. Un saludo, María Luisa.

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  8. Gracias Cristina. Supongo que has salido como anónimo (porque no estás dada de alta), pero supongo que eres Cristina.
    Muy gratificante tu comentario. Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Que soy yo, que no soy un robot, pero llevo unos días que mi cuenta me hace cosas extrañas desde según qué dispositivo. Ahora sí ¡ay señor!, agazapado está Él (el señor Google esperando su presa, que he sido yo)

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  9. Entre dos luces permanece aún al acecho ese habitante de las tinieblas, tal vez su rey implacable, ejerciendo una atracción insoslayable sobre la perpleja protagonista. Una contenida atmósfera entre el misterio y el terror, muy lograda.
    Saludos, Mª Luisa.

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  10. Un relato donde encajan varias presas con sus correspondientes depredadores, humanos o animales, aunque a veces estos términos confluyan. El escenario de tu historia es turbador, con esas sombras que se recogen cuando el sol se eleva pidiendo paso.
    Buen relato Mª Luisa.
    Un abrazo.

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