Días de vida

Desde que se lo comunicaron desayuna churros en el Áfrika, ha vuelto a la plazuela con las vecinas y come fuera. Los miércoles se acicala en la peluquería. Cada tarde vuelve a casa feliz. Tras revisar el calendario se acuesta pensando si don Emiliano tenía razones ocultas para no acertar.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter

13 comentarios :

  1. Maravilloso, Ignacio. Un micro que inyecta energía vital y reivindica la alegría de vivir. Y escrito como manda la teoría: título que encierra un misterio que muestra todo su mensaje con un final total.
    Para ti, la tinta que destilan las violetas que crecen en el jardín secreto que plantó un príncipe valiente antes de partir a la batalla de la que dicen que nunca volvió.

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    1. Viniendo el comentario de la persona que lleva en el corazón la tan buscada fuente de la energía vital y la reivindicación de la alegría de vivir no puedo más que agradecerlo como lo agradecen los vasallos de los cuentos, rodilla en tierra, Miss Richmond, a sus pies.
      Pd. Un comentario de este tipo ensombrece cualquier cuento, mujer. Trátame un poquito pero. Un abrazo.

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    2. *peor, quería decir.

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  2. Cuánta razón, Ignacio. Hay que aprovechar cada minuto con la mayor intensidad posible. Un día vas a la consulta de Don Emiliano y te da una noticia que puede cambiarte la vida o la perspectiva. Un fuerte abrazo.

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  3. Pues aplicando el deseo que tan insigne ilustrador, en su postdata, ha manifestado a su primera comentarista, ahí va el mío:

    Te habrás quedado a gusto, colega. Para churro, el que nos has contado. No sé yo el tal Emiliano, pero a saber las razones ocultas que has tenido para soltarnos semejante despropósito.

    Venga, a copiar 50 veces: "No volveré a mandar ladrillos a Álex"

    Nota: lo mismo me he pasado.

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    1. Fuera de bromas, insigne ilustrador. Me parece un relato delicioso, como los churros de ese desayuno de tu protagonista. Has creado una historia de una profunda humanidad, conseguida sin sensiblerías ni golpes de efecto, con la información dosificada con inteligencia y sentido del tiempo.
      Como ha dicho la gran Patricia, es un relato maravilloso de principio a fin.
      Enhorabuena, Ignacio.
      Un fuerte abrazo.

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    2. Deja, deja, que, aprovechando que lo tenía a mis pies, le he atizado 50 latigazos y ha prometido seguir escribiendo maravillas como este relato. Las violetas se las he quitado, eso sí.

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    3. Pues muy bien hecho, no nos vaya a mandar solamente un relato cada nueve de noviembre.

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    4. Se agradece el comentario realista, al médico debí llamarle Antonio, jaja. La próxima será mejor.
      Con la Dama del Callejón, tras la ración de latigazos y siendo hoy el día que es, no me ha quedado más remedio que pasar de 50 al 11 y satisfacer sus ansias dejándole unas nubes en el buzón.

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  4. Don Emiliano pudo equivocarse en su diagnóstico, quien acierta de pleno es tu protagonista, saboreando lo mejor que puede esos días de vida. Una gran lección de actitud vital y un espléndido micro, Ignacio. Un fuerte abrazo.

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  5. Dios, el anterior comentario era mi yo cincuentista embutido en mi yo yo, que te daba las gracias y te mandaba un abrazo.
    Apunto el "Gran Hermano Google" como tema para mi próximo relato.

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    1. He borrado todo rastro para mantener a salvo tu verdadera identidad.

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  6. D. Emiliano creo que es un tipo extraordinaio y un médico excelente.
    Bravo, Nacho! Genial micro.
    Un abrazaco.

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