Sweet Lolita

La observé a hurtadillas, como quien mira de reojo el escaparate de la pastelería mientras la mente le advierte del peligro inminente. Esa falda escocesa, esas trenzas, esa sonrisa inocente...

En cuanto marchó pude respirar. Cerré la persiana y me propuse crear el mejor pastel del mundo. Lo llamaría nínfula.
Escrito por Fernando da Casa - Web

10 comentarios :

  1. Joder, ¡Qué bueno, Fernando! Perfecto micro jugando con el personaje más famoso de Nabokov . Me ha encantado, sí señor. Muy ingenioso y muy bien escrito.
    Que los Reyes te traigan carros de éxito rellenos de lentejas.
    Un abrazo.
    Pablo

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    1. Muchas gracias, Pablo, me alegro que te guste. Respecto a las lentejas, en ello estamos, ya he empezado a darme un atracón... Y lo que me queda.
      Un abrazo.

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  2. Peligroso mundo en el que te adentras...
    Muy buen relato, y muy actual también. Ahora están de moda las Lolitas japonesas. La gente llega a gastarse un montón de dinero en sus vestidos. Menos mal que tu prefieres hacer pasteles, jajaja.
    Muy bueno, Fernando.
    Feliz 2019. Besotes.

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    1. Peligroso y escabroso, no sé yo si homenajear a Nabokov en 2019 es políticamente correcto o no... Aunque, la verdad, me da igual. Yo lo considero uno de los mejores escritores del siglo veinte.
      Un besazo muy grande, Olga.

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  3. Enrique Angulo13/1/19, 12:03

    Un gran homenaje a la estupenda y polémica novela de Nabokov, la cual trata un tema tan escabroso y lábil como el deseo sexual de un hombre maduro hacia una preadolescente, a que el novelista ruso exiliado a los Estados Unidos llamó nínfula.
    La novela le costó muchos malentendidos y críticas a su autor, aun hoy en día se le sigue escarneciendo –aunque ya no creo que le importe mucho al genial cazador de mariposas que fue Vladimir- desde ideologías de ambos extremos, por aquello de que los extremos se tocan; pero, en mi opinión, no tiene nada de censurable –dentro de los parámetros en los que debe y puede moverse la literatura- y sí mucho de admirable.
    En este mundo existen toda clase de personas, algunas parecen salidas del mismo infierno, pero el creador puede apropiarse de ellas y convertirlas en personajes de sus historias, otra cuestión sería que las alabase y homenajeara-, lo que importa es el resultado, y Nabokov escribió una novela que figura al lado de las mejores del siglo XX.
    Tu Humbert Humbert es un pastelero y quizá no sea tan perverso como el protagonista de la novela de Nabokov, sino alguien afiebrado por una pasión insana, como él mismo reconoce, que sufre sus embates, pero que la sublima haciendo pasteles y quizá de otras maneras, pero que nunca llegará, ni de lejos, a cometer las iniquidades del pérfido Humbert Humbert, quizá se limite a un erotismo platónico, si es que eso existe.
    Sea como fuere, me ha gustado mucho tu microrrelato, inspirado en ese personaje literario que creo que ha pasado a formar parte de la galería de los principales personajes de la literatura universal de todos los tiempos.
    Un abrazo, Fernando.

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    1. Qué te digo yo ahora, Enrique... Excelente disertación sobre una de las mejores novelas del siglo veinte, coincido plenamente con todo lo que expones.
      Echaré de menos tus comentarios, maestro.
      Un abrazo.

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  4. Nadie está libre de tentaciones. Es lo que le ocurrió a tu pastelero, que encontró la golosina fuera de su pastelería, y al que supo bajar la persiana a tiempo para no devorarla.
    Bueno el ritmo, las imágenes y tu novedosa presentación de uno de los grandes mitos literarios.
    Un saludo

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras, María José. No sé yo si el pastelero es de fiar, en cualquier caso. Yo de ella no volvía por allí.
      Besos.

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  5. El amor y la fascinación absoluta de un hombre en el otoño de su vida, difícilmente correspondidos por alguien que despierta a esa misma vida, que lo tiene todo abierto, que no es consciente del magnetismo que genera. Ya sabes aquello de "Agua que no has de beber...", mejor, hacer un pastel, eso sí, como tu relato y todo lo que escribes con tanto oficio, lleno de inspiración.
    No te comenté en su momento convencido de que me tocaba ser jurado este mes. Como ya no, lo hago ahora y encantado, con tristeza por Cincuenta, pero contento de que te seguiré leyendo y que coincidiremos para constatar que seguimos siendo jóvenes, aunque seguro que no tan seductores como esta Lolita.
    Un abrazo, Fernando

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  6. Fernando, buen relato nos traes, con conocimiento del origen, donde no te hace falta explicar mucho para que se entienda todo.
    Y mejor que respire hondo y haga pasteles, sí.
    Tú sigue escribiendo, en corto y en largo, que queremos seguir leyéndote.
    Un beso.

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