Unidad bloqueadora

Tras muchos años, se produjo el desastre; mi MP3 murió. No tardé mucho en volver a escuchar voces extrañas, diálogos en alto sin interlocutor aparente, lamentos, carcajadas y toda suerte de improperios.
Nada tenía que ver conmigo. Autobuses y metro convertidos en avasalladoras cajas de resonancia, mostrándome individuos autoparlantes, desquiciados.
Escrito por Manuel López Muñoz

8 comentarios :

  1. Las calles, el metro y los medios de transporte están llenos de individuos autoparlantes. Lo que antes se consideraba síntoma de locura, el hablar solo en un lugar público, hoy es la norma.
    Aún recuerdo a una joven de mi barrio que hablaba con una botella de agua pegada a la oreja. Merecía la pena escucharla, en varios idiomas y soltando verdades como puños. Algún día le dedicaré un micro.
    Un fuerte abrazo, Manuel.

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    1. Muchas gracias por tus comentarios, en especial por ilusionarme con ese inspirador de personajes que conociste.
      Un abrazo fortísimo, Carmen.

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  2. La imagen distópica que nos presenta tu micro, nos remite a la incomunicación de seres operando individualmente, ajenos a lo que los rodea de tal forma, que cuando un accidente les sitúa de nuevo en contexto se sienten parte de un mundo extraño.
    Es una poderosa y sugerente imagen que recrea futuros hostiles que, sin embargo, son presentes que podemos constatar en las rutinas de nuestra vida cotidiana.
    Me gusta mucho la atmósfera inquietante que transmite. Saludos, Manuel.

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    1. Nuevamente agradezco tus comentarios, Manuel, siempre es un placer recibir tus opiniones.
      Es una manera fantástica de narrar el recurso al pasado o al futuro desde el anclaje que nos ofrece el presente, y si bien no serán necesariamente así las cosas, la literatura siempre nos permitirá viajar en el tiempo.
      Un saludo afectuoso, Manuel

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  3. Resulta una triste paradoja que la era de la comunicación haya generado individuos como islas vivientes que se creen autosuficientes, con relaciones mínimas, convencidos de que la tecnología satisfará todas sus necesidades, sin pensar que tienen déficit de sociabilidad.
    Cuando perdemos algo a lo que estamos acostumbrados nos damos cuenta de la dependencia que teníamos, también, de que fuera puede haber otros mundos.
    Interesante relato, Manuel, sobre una sociedad tal vez más enferma que sana, en la que no parece haber vuelta atrás.
    Un saludo

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  4. Gracias Ángel por tu análisis, suscribo cada palabra de lo que señalas. Es evidente que el uso de las tecnologías habrá de mejorar mucho o tendremos que bloquearnos al exterior para poder incluso pensar con algo menos de ruido externo.
    Un saludo afectuoso.

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  5. Tan comunicados que estamos y tan aislados!
    Mal, muy mal... "malamente" vamos.
    Saludos Manuel.
    Carme.

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  6. Gracias, M. Carme. Estoy muy de acuerdo. Nos hemos convertido en una especie que deambula cabizbaja y habla a gritos.

    Un fuerte abrazo.

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