El clon despertó. Superada la confusión inicial, comprendió su condición y se fue al bar con Ricardo, su creador.
—Es increíble que ganaran las elecciones, ¿verdad?
—Bueno, en realidad lo merecían.
—¡Qué dices, nos llevarán a la bancarrota!
La discusión fue a mayores y hubo que separarlos. El clon desapareció.
Escrito por Álex Garaizar