Gaveta 12
Cuenta una antigua leyenda mexicana que en la gaveta 12 de La oficina del olvido viven cincuenta demonios. Fraguan historias, urden destinos; querrán subir al paraíso escalando tus piernas. Pero ten cuidado, puedes perder la razón o los ojos. Yo ya no veo; sólo escucho los murmullos de los locos.
Y yo prometo no perderme ninguna de las historias de esos cincuenta demonios.
ResponderEliminarEsa gaveta debe ser de oro y estar custodiada para que no se salgan los demonios.
ResponderEliminarHaré una confesión, me encanta escuchar el murmullo de los locos.
Felicidades Andrés, te mando un beso y te dejó una pregunta, ¿hay algún puesto libre en la oficina del olvido? Porque si es así envío mi CV ahora mismo.
Malu.
Esta oficina del olvido guarda muchos secretos y sorpresas. Demonios seductores que habitan en un gaveta, historias que evocan un infierno. Excelente.
ResponderEliminarMe pregunto de qué se alimentarán esos cincuenta demonios, imagino que de palabras y micros de este otro cincuenta. Haced memoria, quizás hayáis sentido alguno escalando vuestras piernas para llegar al paraíso de vuestra imaginación y darse un buen festín, para luego contárselo a sus vecinos de gaveta.
ResponderEliminarYo soy nueva aquí, pero el otro día vi a uno acechando junto al teclado de mi portátil, espero que la próxima vez se quede a merendar, será señal de que le gusta lo que estoy preparando.
Con el tuyo se tienen que estar chupando los dedos, Andrés.
Muy bueno, Andrés.
ResponderEliminarEsos cincuenta, que no cuarenta y nueve ni cincuenta y uno, ya nos han subido las piernas y han llegado a nuestra cabeza para quedarse. Gran metáfora y gran relato.
Un abrazo.
Pablo
Me gusta. Aquí me quedo a que se metan en mi cabeza. Abrazos!!!
ResponderEliminarSeguro que de esos murmullos salen nuevas historias. Y como yo quiero estar en pleno uso de mis facultades para leerlas, me alejo corriendo de esa gaveta antes de que sea demasiado tarde.
ResponderEliminarUn saludo, Andrés.
Qué buen micro, Andrés. Habrá que dejarles escalar, no queda otra. Un saludo.
ResponderEliminarAmigos queridos, muchísimas gracias a todos por su mirada y sus palabras de aliento. Así se alimentan los ánimos, los 50 demonios y el dependiente de La oficina del olvido.
ResponderEliminarMuy bueno, Andrés. Tiene aires de clásico. La última frase me parece formidable.
ResponderEliminarSaludos.
Enrique.