La duda
Ese día había sido caluroso y largo. Nadie le vino a ayudar. Tenía que entregar varios encargos la mañana siguiente. Cansado después de trabajar tanto y haber terminado la mesa y otros muebles, Jesús entró a la casa y, mirando a María, sin saludar le preguntó:
—¿José es mi padre?
—¿José es mi padre?
No sé, si a Jesús va a entender la respuesta, si es la misma que nos cuenta la biblia.
ResponderEliminarBuen relato José Luis, y bienvenido a 50palabras.
Saludos.
Gracias! eso es lo que siempre me he preguntado, quien se lo dijo? y que dijo después?
EliminarY seguramente María le respondería que sí, que José era su "Pater Putativus", aunque ella prefería llamarlo, en la intimidad familiar, Pepe.
ResponderEliminarEstá bastante bien tu relato, José Luis. Va mi me gusta y mi enhorabuena por ser el cincuentista número 500. ¡Bienvenido a esta, cada vez más, gran familia!
Saludos cordiales y perdona mi comentario de tono bromista.
no para nada, me encanta el sentido del humor, gracias por la bienvenida! me honra ser el numero 500!
EliminarLa verdad es que después de un día agotador de trabajo lo que menos espera un padre es que el niño le venga con una pregunda de ese calado... Los niños son sorprendentes, pero este Niño de manera especial. Muy imaginativo, José Luis. Bienvenido a este rincón de palabras. Saludos
ResponderEliminargracias!!!!
EliminarBienvenido, José Luis.
ResponderEliminarBuen relato. Muy ingenioso. Me gustaría leer la contestación de María. A ver cómo le explica que su padre es el espíritu santo y que se aparece en forma de paloma. Jesús puede que responda: ¡Que me crucifiquen si lo entiendo! Ten en cuenta que aunque la forma normal de expresarlo es ¡que me ahorquen si lo entiendo!, por aquella época se llevaba más lo de crucificar. Lo vi en la vida de Brian.
Un saludo y enhorabuena por ser el número 500.
gracias! la semana pasada escribí esto se llama Inefable.
EliminarMaría, paro su quehacer, miró a Jesús y bajó la cara. la respuesta a semejante pregunta era mucho más grande que las palabras que podía pronunciar.
JLuisTroconisB.
Se supone que si es Hijo de Dios no tendría esas dudas, pero para eso está la fe, para seguir creyendo, incluso cuando, aparentemente, algún detalle no termina de cuadrar dentro de la lógica, que es precisamente con lo que juega de forma eficaz tu relato.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena también por ese número redondo.
Gracias! ¿tu crees? yo no se, al final de su vida terrenal dudo, pidió que lo liberaran del tormento, era también humano, no se yo creo que en algún momento tuvo que hacerse esa pregunta u otras, eso me inquieta, quisiera saber mas!
EliminarHay ciertas cosas que un hijo debe saber y sobre todo si ya está crecidito, como entiendo que es al venir de trabajar.
ResponderEliminarBienvenido y enhorabuena por ser el 500 en llegar a esta casa.
Besos.
Malu.
Gracias amiga!
Eliminar¡Vaya, que no le gustaba la carpintería! Que no lo llevaba en los genes.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
yo amo trabajar, porque trabajo con lo que me gusta , con arte, pero me canso, aunque yo lo llevo en mis genes.
EliminarBienvenido Jose Luís a esta gran familia cincuentista.
ResponderEliminarTodos tenemos derecho a saber la verdad sobre nuestros orígenes, pero me parece a mi que María lo tuvo muy dificil para explicarle a Jesús la verdad y hacerle saber la responsabilidad que le esperaba y de la que no podía rechazar.
Espero nos cuentes en el futuro cómo lo hizo María.
Buen relato.
Besos
Gracias!!!
EliminarOriginal relato, José Luis.
ResponderEliminarYo también tengo una duda: ¿qué pasó después?
Bienvenido y un saludo.
Gracias!!! Inefable.
ResponderEliminarMaría, paro su quehacer, miró a Jesús y bajó la cara. la respuesta a semejante pregunta era mucho más grande que las palabras que podía pronunciar.
JLuisTroconisB.