Piel de mar
La tía Yanira vivía muy lejos del mar, pero lo sentía en su piel. Todas las noches llenaba de sales su bañera y, con los ojos cerrados, se sumergía en ella.
Cuando desapareció, nadie reparó en el rutilante reguero de escamas que, detrás de su casa, llegaba hasta el río.
Cuando desapareció, nadie reparó en el rutilante reguero de escamas que, detrás de su casa, llegaba hasta el río.
Precioso relato Juana, ya el título me encanta. Tu protagonista amaba tanto el mar que al final se fue con él.
ResponderEliminarMe ha gustado Juana.
Besos.
Me encantan los relatos originales y este lo es y mucho. Me gusta esa historia de la sirena que escapó.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Juana, precioso micro! Además de la piel tenía el corazón de sirena...
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos
No se puede ir en contra de la propia naturaleza, antes o después terminará por manifestarse y reclamar el espacio que le es propio. Sólo queda desear a esa sirena que el trayecto desde el río hasta el mar transcurra rápido y sin incidentes.
ResponderEliminarUn relato creativo y bien contado.
Un abrazo
Que bonito Juana. Lo has escrito con tanta dulzura que me ha llegado al corazon. Abrazos.
ResponderEliminarAl final, la ninfa se fundió en su elemento. Preciosa historia, Juana.
ResponderEliminarVivir con toda la libertad.
ResponderEliminarBuen relato para cerrar los ojos.
Saludos.
Si para muchos es una proeza resistirse al canto de las sirenas, al menos para una de ellas ha sido imposible ignorar el llamado del mar.
ResponderEliminarPrecioso, Juana.
Abrazos.
No es suficiente con soñar, hay que trazar un camino hacia el mar, cada día, cada noche, en cualquier momento y lugar. Y, si es posible, hacerlo realidad. Invita a soñar tu relato. Gracias.
ResponderEliminarinvita a la esperanza, quiero decir
ResponderEliminarJuana, es un relato de una original belleza. Esa sirena con piel de mar acaba regresando a él.
ResponderEliminarEnhorabuena y un gran abrazo.
Un relato muy bonito. Me encanta el final que le has dado. Tanto le gustaba el mar que se convirtió en sirena. Precioso!! Besos
ResponderEliminarLe espera un largo, largo, viaje. Extraño será hasta que llegue al mar, la meta
ResponderEliminarNo podemos luchar contra lo que somos y al final la llamada de la verdad nos atrae, irremediablemente, hacia nuestro destino. Un micro lleno de magia. Me ha gustado mucho, Juana. Un abrazo.
ResponderEliminarBonita piel la de Yanira...
ResponderEliminarSe fue por el río, imagino que se llevó sus sales de baño para que la acompañaran en el viaje hasta el inmenso mar, donde se sentirá en su elemento.
Precioso micro, Juana.
Un abrazo.
Carme.
Cuando la naturaleza llama no hay obstáculo que impida sumergirse en ella.
ResponderEliminarUn titulo que me encanta, poesía pura.
Un 50 con unas escamas preciosas.
Un beso Juana.
Está bueno, escamosamente bueno. Una lectura agradable sobre como a veces no estamos donde deseamos o debemos.
ResponderEliminarUn abrazo, Juana.
Ya solo el título me parece una delicia.
ResponderEliminarEs justo que cada uno vaya donde está su razón de ser.
Precioso Juana, te mando besos.
Malu.
No se debería luchar contra lo que se es ni esconderse de donde uno proviene. Una bonita fábula sobre la aceptación y la perseverancia.
ResponderEliminarMuy chulo, Juana.
Un abrazo.
Realmente deliciosa y delicada la historia que nos traes de la tía Yanira. Precioso, me ha encantado, Juana. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarUn relato fantástico. Suerte
ResponderEliminarMe encanta, como el mar, bonita historia y muy visual. Un beso.
ResponderEliminarExtraordinario Juana. Saludos.
ResponderEliminarMuy hermoso, Juana. Que grato es siempre que alguien nos despierte ese sentido de lo fantástico que la realidad se encarga de adormecer a diario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mil gracias a todos por vuestros amables comentarios. Un abrazo.
ResponderEliminarPreciosa historia, Juana. Me encanta ese "río" final que muere en el mar.
ResponderEliminarBesos