Sucedió en Praga

Sobre la tumba donde descansaban Hermann y Julie con su hijo Franz, cayó lentamente una lluvia de cenizas. "Creo que son nuestras hijas Elli, Valli y Ottla, que murieron en campos de exterminio nazis", dijo la madre. "Son ellas", añadió el hijo, a quien le corrían escarabajos por los huesos.
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

49 comentarios :

  1. Enrique nos cuentas lo sucedido a una familia por la sin razón de los nazis y lo haces de una forma bella y fantástica. Esa imagen de la lluvia de cenizas es tan fotográfica y hermosa, y la frase final de los escarabajos es también muy elocuente.
    Con el título no hace falta más, nos pone el relato en el lugar y tiempo preciso dándonos todos los detalles necesarios.
    Enrique un relato que para mí es bellisimo dentro de su tristeza y un relato genial.
    Un abrazo.

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    1. Lo ocurrido en Europa durante el nazismo es difícil a imaginar y mucho más difícil de asimilar, de hecho, creo que aún estamos muy lejos de conseguirlo, como tampoco en España hemos conseguido hacer un relato lo más realista y justo posible sobre nuestra guerra civil. Pero esto del nazismo está unos cuantos círculos por debajo en el infierno de Dante, aunque quizá ni Dante fue capaz de imaginar tales horrores.
      En mi microcuento me he centrado en la familia del escritor praguense Franz Kafka, él fue el primero en morir de todos, lo hizo en 1924, el padre murió en 1931 y la madre en 1934. Los tres están enterrados en el cementerio judío de Praga en una misma tumba. Y los tres se libraron de conocer ese espanto de la Segunda Guerra Mundial, pero no pudieron librarse sus hermanas.
      De ese agujero negro en el que entró Europa y a gran parte del mundo tiene, a mi entender, muchos atisbos y premoniciones la obra de Kafka.
      Muchas gracias, Javier, por tu comentario.

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  2. Y, desde entonces, los escarabajos y las cenizas arropan al débil Franz con el calor que tanto le faltó y, gracias a ellos, se completará la metamorfosis que anheló hacia la felicidad.
    Enorme, Enrique.

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    1. Ojalá, como dices, Patricia, exista en el ultramundo algún tipo de justicia, y el bueno de Franz Kafka esté allí imaginando historias de escarabajos y recomponiendo su alma dolorida, aunque sólo sea por el inmenso legado que ha hecho a la literatura ya merecería la mayor de las compensaciones.
      Muchas gracias por tu comentario, un abrazo.

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  3. A pesar de hacernos recordar la infamia del holocausto, encuentro especialmente mágica y llena de simbolismo esa lluvia de cenizas, que consigue volver a reunir a esta familia judía. La última frase, con los escarabajos corriendo por los huesos del hijo, contrasta sobremanera con la de las cenizas, es como una bofetada que pilla al lector desprevenido, un efecto que no dudo es intencionado. Un micro muy intenso, Enrique. Felicidades y un abrazo.

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    1. “De aquí sólo se sale por la chimenea”, parece que decían los esbirros que estaban en los campos de concentración sirviendo a la muerte industrializada que inventaron los nazis. La frase se le atribuye a uno de los principales monstruos de ese execrable régimen: Himmler.
      En Fuga de la muerte, uno de los poemas más escalofriantes que se han escrito sobre el Holocausto, su autor, Paul Celan, dice: “Cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho”.
      Ese fue el destino que corrieron las hermanas de Franz Kafka, uno de los escritores imprescindibles del siglo XX.
      Yo he intentado restituir esas cenizas al lugar que les corresponde: la tumba donde están enterrados su padre y su hermano. Los escarabajos que corren por los huesos de Franz deben de ser los descendientes de Gregor Samsa.
      Muchas gracias por tu comentario, Juana, un abrazo.

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    2. Quería decir sus padres y su hermano.

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  4. Una genialidad de micro que tiene detrás una larga historia: la del sufrimiento de un pueblo enlazada con el ingenio de uno de los más brillantes escritores de la historia. Kafkiano relato homenajeando a aquellas inocentes víctimas de un mundo que sigue estropeado. Menos mal que todavía sobreviven el ingenio que nos dejó personas como Frank y el del que escribe el relato que descansa allá arriba.
    Enhorabuena, Enrique.
    Un abrazo.
    Pablo.

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    1. Tienes razón, Pablo, cuando dices que Franz Kafka es uno de los escritores más brillantes de la historia, y eso que no llegó a cumplir los 41 años.
      Puedo haberlos, pero nunca he leído a ningún crítico, poeta, o escritor que le cuestione, por el contrario, alguien tan exigente, literariamente hablando, como Nabokov, decía de él que era el escritor alemán más grande de nuestro tiempo. Y decía que a su lado Rilke o Thomas Mann eran enanos o santos de escayola.
      Y es cierto también que el mundo sigue estropeado, aprendiendo poco de la historia y olvidándose enseguida de lo aprendido; capaz, no ya de volver a tropezar en la misma piedra, sino de tirarse de cabeza encima de ella.
      Muchas gracias por el comentario y por tu generosa alabanza que estoy lejos de merecer, sólo soy un aficionado en esto de las letras, aunque, eso sí, con mucho amor hacia ellas. Un abrazo.

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  5. Kafkiana situación la del relato que nos presentas donde la familia charla plácidamente en sus tumbas sobre la inesperada visita de las hijas muertas. Tan genialmente absurda, como trágicamente cierta.
    Un algo nos recorre los huesos, como a Franz, con esa imagen poderosa de la ceniza lloviendo sobre las tumbas. De gozo, creo, que se habrán removido sus huesos esta vez considerando la remembranza que para su figura supone este micro soberbio.
    Un abrazo y mi enhorabuena, Enrique.

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    1. Ante las descomunales injusticias, ante nuestra impotencia para evitarlas y asimilarlas, a veces, sólo disponemos de la fantasía, es dentro de nuestra cabeza donde metamorfoseamos la realidad, donde intentamos digerirla, pues no hay por dónde hincarle el diente a muchos de los descomunales horrores que suceden en este mundo.
      Así, con la imaginación, he intentado reunir a la familia Kafka: los padres y sus cuatro hijos. Aunque quizá también debería haber incluido a los dos hermanos que nacieron después de Franz y que murieron de niños.
      Ojalá sus cenizas y sus huesos tengan la paz que merecen. En cuanto a Kafka, seguirá viviendo en las mentes de miles de personas a lo largo de los siglos.
      Muchas gracias por tu comentario Manuel y por tu generosidad. Un abrazo de vuelta.

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  6. Recoges los nombres de la familia de Franz Kafka en un relato que parece extraído del realismo mágico de Juan Rulfo en Pedro Páramo, en donde los muertos hablan unos con otros desde sus tumbas.
    Pero aquí los personajes existieron en la vida real y, como judías, sufrieron las hermanas el holocausto nazi.
    La imagen de la lluvia de cenizas es tan dolorosa como poética. A través de esta lluvia vuelve a unirse la familia en el más allá, o en el cementerio judío de Praga.La frase final es el colofón de este maravilloso homenaje al escritor, pues alude al escarabajo en el que se metamorfoseó Gregor Samsa al despertar una mañana.
    Es un relato bellísimo, del que sabemos más de lo que se cuenta literalmente.
    Felicidades, Enrique. Un gran abrazo.

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    1. Carmen, me complace mucho que hayas traído a colación la magistral novela de Juan Rulfo, pues en ella la línea divisoria entre vivos y muertos se difumina, y lo que no parece posible en la realidad se hace real en la fantasía.
      Pero, ciertamente, la familia Kafka, no está formada por personajes de ficción sino por personas reales que pasaron por este mundo y, en el caso de las hermanas de Kafka, tuvieron un final atroz, aunque el autor de La metamorfosis tampoco lo tuvo nada fácil, y cuando encontró el amor y la estabilidad junto a Dora Diamant, la tuberculosis acabó con su vida. Pero lo del Holocausto y las bombas de Hiroshima y Nagasaki son cumbres del horror con las que muy pocas cosas pueden compararse.
      En fin, he tratado de minimizar todo eso, he querido, después de lo inevitable del espanto y de la muerte, reunir a esa familia y homenajear a una persona y a un escritor que me parece imprescindible en todos los sentidos.
      Muchas gracias por tu hermoso comentario, y un abrazo de vuelta.

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  7. Una época donde el desprecio de unos seres humanos hacia otros se materializó en un exterminio programado con eficacia académica. El simbolismo de las cenizas que viajan desde el crematorio es triste aunque también esperanzador, en tanto sugiere que no todo se pierde, que a algún sitio debe ir a parar la buena gente cuando desaparece; el posible destino de los que no son tan buenos no nos interesa tanto. Es lógico que en aquel ambiente convulso, dominado por el miedo y la opresión, un joven sensible y creativo forjara obras que han pasado a la historia de la literatura universal, comenzando por ese escarabajo, fruto de la metamorfosis y de la opresión vital.
    Un buen homenaje a un genio, que en parte puede explicar su génesis y circunstancias, con toques muy acertados de poesía.
    Enrique, eres un manantial de cultura, que sabes compartir con pequeñas píldoras llenas del mejor contenido.
    Un abrazo

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    1. Una idea similar a la que expones en tu comentario, la de que a algún sitio debe ir a parar la buena gente cuando desaparece, la expresaba hace poco en una entrevista el escritor estadounidense Richard Ford, el cual decía: “Para la gente como es debido debería haber un final feliz”. La tuya es más ambiciosa, porque vienes a decir que debería de haber un lugar para la buena gente después de todos los naufragios que se sufren en los océanos de este mundo. Desde luego, me apunto a esa justicia.
      Ciertamente, Kafka vivió en una sociedad en la que ya se estaba cociendo lo peor, de entrada, vivió durante la Primera Guerra Mundial, la cual ha quedado un tanto eclipsada por los horrores gigantescos de la Segunda, pero no fue, ni mucho menos, moco de pavo, pues los millones de muertos, según los cálculos más optimistas, llegaron a los diez millones de personas. Lo que resulta difícil de entender es cómo la humanidad puede tragarse esas ruedas de molino del espanto más absoluto. ¿Tenemos algún mecanismo desajustado dentro de nuestros cerebros? No tengo respuesta.
      Muchas gracias, Ángel, por tu generoso y ponderado comentario. Un abrazo.

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  8. Lástima que no nos permitan más palabras en estos microrrelatos, pues perfectamente podrías haber situado la escena en un castillo, donde el espíritu de K recorriera sus estancias preguntándose el porqué de la estupidez humana, como fue aquella barbarie y otras muchas más.

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    1. No sé qué cócteles se forman dentro de nuestros cráneos para que seamos el bicho viviente más destructivo y criminal de todos cuantos habitan este planeta. Desde luego, lo de la estupidez es un Himalaya que siempre parece interponerse en nuestro camino hacia la meta de conseguir hacer un mundo habitable y justo. Ya lo dijo Schiller: “Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano”.
      No sé lo que andará haciendo el agrimensor K. Quizá aún siga dándole vueltas a ese siniestro e inaccesible castillo interrogándose por el absurdo de todo, por tanta barbarie y tanta sinrazón.
      Muchas gracias por el comentario, Santiago, un saludo afectuoso.

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  9. Si el tiempo pudiera detenerse en el instante preciso en que las cenizas comienzan a caer sobre la ilustre tumba, tendríamos ante nuestros ojos un retrato de nuestra peor cara: la de la violencia.
    El mismo Kafka escribió: «Alemania ha declarado la guerra a Rusia. - Tarde, escuela de natación». Aunque muchos quieran ver falta de sensibilidad en esta frase, otros ven en ella una prueba más de la evidente tendencia a la introversión del autor checo, de su incapacidad de relacionarse con un mundo tan absurdo. Al final, la sepultura es como un último refugio... ¿antiaéreo?
    ¡Magnífico, Enrique! De esos relatos para atesorar

    Ojalá tengas suerte.
    Un abrazo.

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    1. La cita que haces del Diario de Kafka, a mi entender, no indica en absoluto indiferencia, pues el escritor praguense tenía una sensibilidad extraordinaria para todo lo humano, sólo hace falta leer sus cartas y sus diarios para saberlo.
      A mí hay una anécdota que me emociona especialmente: Un día, Kafka, se encontró con su hermana Elli que iba con sus tres hijos, uno de ellos tropezó y cayó al suelo, sus hermanos iban a reírse de él cuando Kafka dijo: “¡Qué bien te has caído y qué maravillosamente te has levantado!”. Convirtiendo así lo que era un motivo de vergüenza para el niño en una hazaña de la que sentirse orgulloso. Creo que esa sensibilidad sólo la poseen personas muy especiales.
      En cuanto a la incapacidad de Kafka de relacionarse con el mundo, yo le daría la vuelta y diría que la incapacidad era la del mundo para relacionarse con él y con muchos otros similares a él.
      De todas formas, creo que fue evolucionando con los años y alcanzando cierto equilibrio en la lucha contra sus demonios, sobre todo cuando encontró a una mujer que le comprendió y le dio todo su amor, lo cual ocurrió casi al final de su vida.
      Muchas gracias por el comentario, Vicente, un abrazo.

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  10. Enrique, no quiero añadir nada a lo que han dicho los compañeros, salvo lo poetico que me ha parecido y a la vez, estremecedor.
    Soberbio Enrique!
    Besos

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    1. Ante el horror más profundo parece que sólo puede salvarnos la poesía. Decía el filósofo Adorno que escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie, aunque luego rectificó. Porque si después de esos infiernos en la tierra nos quitasen la poesía, apaga y vámonos, como suele decirse.
      Un abrazo, Pilar, y muchas gracias por tu comentario.

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  11. Sin palabras... Magnífico y escalofriante. Este mes hemos recordado una época negra para todos. Enhorabuena

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    1. Esa época negra creo que volverá una y otra vez a nuestra memoria, y que aparecerá en más microcuentos. Y más nos vale no olvidarla para que, a los primeros síntomas de que tomamos un camino que podría llevarnos a tales espantos, retrocedamos como ante el mismísimo diablo.
      Muchas gracias por tu comentario, Carmen, un abrazo.

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  12. Buena mezcla nos dejas, Enrique, la alusión al escarabajo de Franz y esa lluvia de cenizas que nos cala más allá de los huesos. Estremecedor.
    Un abrazo.
    Carme

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    1. Esa lluvia de cenizas desde luego es el horror en estado puro, porque sabemos que viene de los hornos crematorios, porque sabemos cómo murieron esas personas cuyos cadáveres se intentó que desapareciesen de la faz de la tierra como si nunca hubiesen existido. Después de eso, dan ganas de salir corriendo para darle un abrazo al bueno de Gregor Samsa.
      Muchas gracias por el comentario, Carme, un abrazo.

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  13. Brutal, señor Ángulo.
    Trágico, profundamente triste, poético y bello, todo esto en este homenaje particular a Kafka.
    Enhorabuena Enrique, el micro es brillante.
    Un beso grande.
    Malu.

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    1. Ya que he sido incapaz de ir a Praga para dejar unas flores en esa tumba donde Franz Kafka descansa junto a sus padres, más que nada porque padezco aerofobia, al menos lo he hecho con la imaginación, y en ese mundo donde uno es el rey, he reunido a toda la familia.
      Muchas gracias por el comentario, Malu, un beso igualmente.

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  14. Grandísimo micro. Los escarabajos unidos al nombre de Franz te sitúan. El resto de la historia, con esa lluvia de cenizas cayendo sobre la tumba, es sobrecogedora. Felicidades, Enrique, has sabido darle a tu micro un lustre asombroso. Un abrazo.

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    1. La lluvia de cenizas, el olor a carne quemada, los trenes abarrotados de judíos camino del exterminio, espantos todos que unos propiciaron y otros ignoraron, pensar en ello sólo unos instantes te sobrecoge hasta lo más íntimo.
      Muchas gracias, Matrioska por el comentario, un abrazo.

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  15. Cuando la imaginación se une a la cultura surgen relatos tan espectaculares como éste. Engalanado de surrealismo, engarza la obra inmortal sobre la ignominia que asoló a la familia del autor. Es un homenaje y una denuncia, una hermosa elegía y una terrible consideración.
    Es magnifica la relación que consigues entre genocidio y genio, entre inmortalidad y mortandad, entre creación y devastación.
    Un grandísimo relato, Enrique. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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    1. De entrada, muchas gracias, Antonio, por tu extraordinario comentario, no diré como Unamuno, en aquella anécdota famosa en la que el rey Alfonso XIII le dio un premio y dijo que se lo merecía; entonces, el rey le contestó que la mayoría de los premiados solían decir que no se lo merecían, y Unamuno añadió que tenían razón.
      Por otra parte, qué curioso que genocidio y genio empiecen por las mismas letras, caprichos del lenguaje.
      Lo milagroso es que tras ese tsunami del nazismo se salvase la mayor parte de la obra de Kafka, y eso se lo debemos a su amigo y albacea Max Brod, judío también él, que consiguió huir a Israel. Seguro que millones de lectores de todos los siglos le estaremos eternamente agradecidos, si es que existe la eternidad, y si no, le estaremos agradecidos mientras no nos fallen las capacidades intelectivas.
      Un abrazo.

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  16. Maravilla don Enrique esa última frase donde esos pequeños animalillos aseguran con su transformación la inmortalidad. K nunca logrará llegar al Castillo, Joseph K sabe que es inútil resistirse, todos somos culpables en el proceso interminable, esa memoria histórica de la sinrazón humana. Te dejo este poema que escribí en otra época.
    Se dice de Kafka que creó a Praga
    abrió todas las puertas como una pesadilla
    maldijo en las mil lenguas del Danubio
    Se dice de Kafka que perdió a Praga.
    Un abrazo.

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    1. Pepe, de entrada, decir que te agradezco mucho que hayas incluido ese poema tuyo en el comentario. Kafka, efectivamente, creó y perdió a Praga, y cualquier viajero que haya leído al autor de El proceso y visite esa ciudad seguro que no la ve como el resto de los viajeros.
      Yo, por desgracia, y por la razón que he comentado, no he estado en esa ciudad que imagino como una de las más misteriosas del mundo.
      Seguramente, al ver alguna de sus torres me imaginaría ese castillo siniestro habitado por inaccesibles señores, tanto o más que los ejecutivos de las compañías de telefonía de hoy en día; también es probable que me sintiese vigilado y perseguido como Joseph K, y puede que, al acostarme en la cama del hotel, temiese despertarme convertido en un monstruoso insecto.
      Muchas gracias por tu comentario, un abrazo.

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  17. Me has hecho revivir mi visita a Praga hace unos años, el Callejón del Oro, en concreto. Kafka se percibe en todos los rincones y tu relato, Enrique, trata un tema de la biografía del autor, con gran maestría. ¡Felicidades!
    Un fuerte abrazo.
    María José

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    1. Enrique Angulo27/7/16, 23:46

      Pues estupendo, María, si te he hecho revivir esa visita a Praga, supongo, porque yo no he estado, que es de esas ciudades que incorporas para siempre a tu bagaje cultural, y más si Kafka se percibe por todos los lados, quizá pase algo parecido a lo que pasa al visitar Lisboa, o más en concreto, en lo que nos pasa a algunos al visitar Lisboa: que percibimos a Pessoa por todas partes.
      Muchas gracias por el comentario y un fuerte abrazo de vuelta.

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  18. Dolor sosegado y resignado (qué remedio) el que se percibe en las palabras de unos personajes universales a los que tú has otorgado la virtud de asistir al horror que ya se gestaba cuando ellos murieron, y que acabó también, entre otros muchos millones, con las vidas de sus hijas. Tu relato posee una gran belleza, si bien, dadas las circunstancias de la situación en él mostrada, sus frases están cargadas de dramatismo, dando como resultado una lectura sobrecogedora. Una propuesta de gran altura a mi entender, estimado Enrique.
    Un abrazo y suerte.

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    1. Enrique Angulo28/7/16, 0:14

      Seguramente, ciertas obras sólo pueden nacer en ciertas circunstancias, son hijas de su tiempo, en definitiva, todos somos hijos de nuestro tiempo, esa era la tesis del filósofo Dilthey, si es que entendí algo cuando leí alguno de sus libros.
      Creo que si Kafka profundizó tanto en la psique humana y nos dejó esas obras tan inquietantes, que dan lugar a tantas interpretaciones y que hasta han creado un adjetivo nuevo para referirnos a algunas pesadillas que a veces vivimos con los ojos abiertos, aparte de por su gran inteligencia, fue porque tuvo que soportar unas enormes presiones laborales, familiares, políticas, religiosas y sentimentales. Hay mucho de premonitorio en su obra. Como decía Serrat de Antonio Machado: “profeta ni mártir quiso Antonio ser y un poco de todo lo fue sin querer”. Con Kafka esa observación se acentúa aún más, creo.
      Por tanto, su vida y la de su familia resumen muchas cosas, y pensar en ello deja un estremecimiento que uno no sabe muy bien cómo explicarse. Yo sólo he podido hacerlo rindiéndoles este pequeño homenaje.
      Muchas gracias, Enrique, por tu gran comentario, en cuanto a la suerte, ya la tengo por el hecho de participar en esta página. Un abrazo.

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  19. Hace poco estuve un par de días por Praga. Tu relato me ha recordado la ciudad y lo que sucedió en ella durante la terrible guerra que creo nunca se olvidará. Magistral tu relato. Saludos, Antonio Ortuño

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    1. Enrique Angulo28/7/16, 0:21

      Bien está lo de recordar Praga, experiencia que debe de ser maravillosa, lo de recordar la terrible guerra, las gigantescas ignominias, los crímenes terroríficos y otras muchas infamias ante las que cualquier diccionario se queda mudo de horror, ya es otro cantar, pero nunca ha sido buena táctica la estrategia del avestruz y hay que conocer también esos infiernos, más que nada para estar alerta y cuando parezca que alguno quiere renacer de sus cenizas echarle encima mares enteros.
      Muchas gracias por tu comentario, Antonio, un abrazo.

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  20. Eso sucedió en Praga, y en la web de 50 palabras ha vuelto a suceder que usted escribe y yo me quedo encandilada con su historia y con todos los comentarios y respuestas que genera la misma.
    Su estilo no deja indiferente, señor Angulo, y puede gustar más o menos, pero sus vastos conocimientos no pueden ponerse en tela de juicio; perdóneme la expresión pero es usted como "una enciclopedia con patas" (lo de patas por aquello de ¡qué bestia!, y no sé si con esto lo arreglo o lo empeoro).
    Soy muy repetitiva, lo sé, pero es que aprendo y disfruto, y cuando se disfruta pues... qué le voy a contar que no sepa. Vamos, que dan ganas de tutearle.
    Solo puedo felicitarle por esta magistral lección y callar ya, pero no sin antes enviarle un cordial abrazo.

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    1. Enrique Angulo28/7/16, 0:41

      No puedo irme a la cama, aunque ya tengo ganas, sobre todo para leer un poco antes de planchar la oreja, que repite mucho un compañero mío de trabajo para referirse a conciliar el sueño, sin contestar tu generoso y amable comentario, Margarita.
      Lo de los vastos conocimientos, al lado de quienes saben de verdad, son cuatro cosillas mal aprendidas en muchas horas de lectura desordenadas y caprichosas, pero como no tenía que dar cuentas a nadie acerca de ellas, pues fui haciendo lo que me placía.
      Alguien que sí es una enciclopedia con patas, plumas y aletas, Georges Steiner, decía hace poco que lo importante es la creación, erudición –no es mi caso ni mucho menos- puede haber mucha, pero saber crear a gran nivel sólo está al alcance de muy pocos: hacer música como Bach, Mozart, o Beethoven, escribir como Shakespeare, Cervantes o Dickens, pintar como Velázquez, Rembrandt o Goya, o jugar al fútbol como Messi, por poner un ejemplo más pedestre, es un don que da la naturaleza, luego se puede malograr, eso ya depende de muchas circunstancias.
      Para acabar, decir que, por supuesto, puedes y debes tutearme, que tu creatividad está a un gran nivel y puedes hacer grandes cosas en el mundo de la escritura, y que me siento muy halagado si mis comentarios aportan y sirven para algo a algunos de quienes participan en esta página.
      Saludos calurosos –cosas del estío- y cordiales abrazos.

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  21. Que no callen nunca las voces de la memoria y que resuenen siempre en los oídos de los asesinos. ¡Bestias!

    Abrazo, Enrique.

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    1. Enrique Angulo29/7/16, 0:58

      Aunque resulta duro recordar episodios tan negros y tan terribles, no debemos olvidarlos en absoluto, no debemos creer tampoco que las personas que hicieron tales atrocidades eran muy diferentes de nosotros, que hoy en día sería imposible que sucediesen tales horrores, de hecho, siguen sucediendo cosas muy terribles en este infausto mundo.
      Muchas gracias por tu comentario, Carles, un abrazo.

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  22. Terrorífico episodio de la Historia, que esperemos no se vuelva a repetir, aunque los humanos somos tan "humanos", que podemos hasta superarlos.
    Es importante recordarlo para hacernos pensar.
    Un saludo, Enrique.

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  23. Enrique Angulo30/7/16, 0:28

    Primo Levi que pasó por ese infierno y, a pesar de sus grandes esfuerzos, no pudo superarlo, pues, tras muchos años, volvió hasta él como un mortífero bumerán y le llevó al suicidio, decía que eso tan terrible había pasado y podía volver a pasar.
    Somos humanos, demasiados humanos, que decía Nietzsche, y yo creo que unos cuantos ajustes sí que nos hacen falta, lo que no sé es quién puede dárnoslos. Por si acaso, cada uno debería estar muy vigilante de sí mismo.
    Muchas gracias, María Jesús por tu comentario, un saludo vuelta.

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  24. Enrique tu relato deja sin palabras por lo bellamente relatado y lo doloroso de la situación. Y luego de leer que lo basas en la familia de Kafka, le da una profundidad aun mayor que difícilmente uno puede hacer justicia con los comentarios.
    Me atrevo a decir que seras el ganador de este mes.
    Saludos y enhorabuena-

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    1. Desde luego, estremece pensar que parte de la familia de Kafka fue víctima de la barbarie nazi, que, de haber vivido, puede que lo hubiesen sido también él y sus padres.
      El desasosiego y la claustrofobia que producen leer algunas de sus obras más importantes son ya quizá un aviso de lo que se estaba fraguando, de la infernal noche que se le venía encima a Europa y a gran parte del mundo.
      Muchas gracias por tu comentario y tus deseos, Jean, un abrazo.

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  25. Coincido con Jean, Enrique. Tu micro, tan intenso, tan hermoso se merece estar entre los ganadores. Enrique con tan solo cincuenta palabras haces un compendio de historia y literatura, además de una denuncia política para que el terror, que ya asoma, jamás vuelva a repetirse. Un fuerte abrazo, maestro.

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  26. Si estas cincuenta palabras tienen algún mérito se deberá, sin duda, al hecho de haber traído a colación la figura de Franz Kafka, en mi modesta, o molesta, no lo sé muy bien, opinión, uno de los imprescindibles de la literatura universal de todas las épocas y países.
    Muchas gracias por tan generoso comentario, amigo. Un abrazo.

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