Profesión de riesgo

Me gustaba dar patadas a las piedras. Lanzaba chuts de todos los gustos y colores, lateral, de tacón, con efecto, logrando cada vez mayor distancia.

Hasta que ocurrió lo inevitable, acerté al pobre guardia de tráfico, que se tragó el silbato.

Desde entonces suena sin cesar de Cibeles a Neptuno.
Escrito por Pepe Illarguia - Web

6 comentarios :

  1. No estoy nada puesta en temas de fútbol, pero creo que de Cibeles a Neptuno fue un programa especial de fútbol que se retransmitió por la radio con motivo del derbi madrileño en Champions, ¿no?
    ¿Qué te puedo decir del pobre guardia? Pues sí, llevas razón, que tiene una profesión de riesgo...
    Malu.

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  2. Para mí, se asoma un tiempo pasado por las rendijas del relato. Tiempo en que, a falta de balón, chutábamos con todo. Y los guardias tenían su papel. Nos corrían. Ahora, el que corre todo el tiempo y a todas horas es el tráfico.
    Los tiempos cambian. Saludos, Pepe.

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  3. De un tema trivial has hecho un relato genial. IUn abrazo de los dos.

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  4. ¡Por Dios! Esperemos que el protagonista de tu micro no pueda oírlo porque esté, por lo menos, en Soto del Real o en algún centro de menores. Divertida historia. Saludos, Pepe

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  5. Gracias Malu, Manuel, jose maria, Plácido, Alex, y tantos otros que han pasado por mis cincuentas. Ha sido una grata experiencia, pero como dice el ballenato: "Todo tiene su final, nada dura para siempre".
    Ha sido un placer.

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  6. En Burgos le han dedicado una escultura a esos guardias que dirigían el tráfico desde una isleta, con su uniforme y unos cascos como los que llevaban los ingleses en la película de Kartum, por ejemplo, y que daban unos conciertos de pito que me río yo de muchas orquestas sonfónicas.
    Como ha apuntado Manuel, la escena que narras nos retrotrae a otras épocas, a otras situaciones, en las que el fútbol – y apenas si televisaban un par de partidos a la semana, ¿qué habría que decir hoy en día cuando hay hasta hay cadenas que retransmiten partidos de hace años?- era un compañero constante, e íbamos dando patadas a todo que fuera más o menos redondo.
    La alusión a Cibeles y a Neptuno supongo que es un guiño a esos dos lugares tan célebres de Madrid donde celebran sus triunfos los merengues y los colchoneros.
    El que no tiene nada que celebrar es ese pobre guardia que se ha tragado el pito, y es que los balones los carga el diablo, si lo sabré yo que hice más de un estropicio es mis años bárbaros.
    En cuanto a la despedida, pues tienes razón acerca de que nada dura para siempre, sea como fuere, aquí has dejado un buen recuerdo y, mientras esto dure, la puerta estará abierta por si deseas volver.
    Un abrazo y un placer haberte leído.

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