Efecto mariposa

Una niña lanza una pelota al aire. En su ascenso golpea a una mariposa que cae sobre un bebé. Este, sorprendido, suelta la canica que estaba llevándose a la boca y que ya no acabará con Smith, el pérfido asesino, cuya primera víctima, una vez, lanzó una pelota al aire.
Escrito por Patricia Richmond - Web

53 comentarios :

  1. ¡Vaya bucle!...Eres maestra en vericuetos existenciales...jaja

    Muy bueno Patricia...


    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tan existenciales, que ese asesino existe y se esconde entre nosotros. Si ves alguna mariposa, ¡a por ella!
      Gracias, Rafa.

      Eliminar
  2. Y se cierra el círculo perverso, que lamentablemente parece que seguirá y seguirá. Mucho te han dado de sí las cincuenta palabras, mucho y bien

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, doña Luisa. Pero el círculo no está cerrado, me temo. Vigila y cuando veas alguna mariposa, zapatazo.

      Eliminar
  3. El efecto mariposa tiene consecuencias insospechadas, o eso dicen. En una ocasión me contaron que una mariposa aleteó y a un niño sobresaltó; el niño, asustado y algo enojado, le tiró una piedra, pero la mariposa, ágil, la esquivó y la piedra fue a parar al agua del mar y rebotó y rebotó y rebotó..., tomando cada vez más impulso, hasta golpear la montaña y romper la Tierra.
    Enhorabuena, Patricia, por tu cincuenta 50palabras, valga la redundancia, jajaja. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Ves? Las mariposas, tan bonitas, tan graciosas, son las culpables de todos los males de la humanidad. Coge la escopeta, y, en cuanto se ponga alguna a tiro, agujero entre los ojos, es lo único que nos puede salvar. Smith, en el fondo, es un buen chico. ¿Ande estará?

      Eliminar
  4. Esto sí que es sacarle partido a tan sólo cincuenta palabras. Enhorabuena, Patricia, por esta esta historia y por haber alcanzado tan significativa cifra.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué cosas, Fina! Ni yo me creo haber llegado a los 50 relatos. Tengo una cosa en el estómago, dándome vueltas... ¿Serán mariposas? Perdona que te deje, que voy a darles lo que se merecen.

      Eliminar
  5. La causalidad concatena los eslabones de la vida y traza sobre ellos el lazo invisible que los liga, del mismo modo en que la narradora nos encadena con su magia a las palabras y provoca en nosotros el efecto de su causa.
    Palma sobre palma, aplaudiéndote, y, a la vez, considerando de qué capullo salió ese Smith que tergiversó tanto el candor que arrastra el vuelo de una mariposa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Déjate de rollos, Manuel, y coge la escopeta. Por culpa de las mariposas se esconde entre nosotros un cruel asesino. Su pérfida sonrisa es su arma más maligna. A nadie mejor podía dedicarle mi cincuenta número cincuenta. Cuando aparezca, tiro al aire y al cuerno las mariposas.

      Eliminar
    2. Es verdad, un escopetazo al aire por tus 50 cincuenta en Cincuenta.¡felicidades!

      Eliminar
  6. Eduardo Martín Zurita23/2/18, 15:59

    Hola, Patricia.
    La inocentes mariposas, quién lo diría, por causa de una de ellas un asesino, pérfido, claro, no va a ser candoroso, aunque quizá, pensándolo mejor pudiera algún asesino serlo, va a este, el del micro cuento, a seguir perpetrando atrocidades. Un texto circular que te ha quedado redondo, buenísimo pese o por virtud del malo. Cincuenta micros no es ninguna tontería. Enhorabuena por partida doble, un beso grande y feliz todo para ti siempre. Amén.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿No conoces al asesino cincuentista? El muy pérfido utiliza varias caretas. Antes solía aparecer con el careto de Cary Grant pero, últimamente, se esconde detrás de un niño. No te digo más. Te animo a quitarte un zapato y a atizar con él a cuanta gazmoña mariposa veas. Que no se diga que somos unos moñas.
      Pero asegúrate bien antes de atizar, no te vayas a cargar a la vecina de abajo, que la tenemos revoloteando por aquí y es inocente de toda culpa.

      Eliminar
  7. Antes de hacer cualquier cosa, hasta la que nos parece más nimia, deberíamos pensar que todo tiene consecuencias. Algunas podemos preverlas, si me arreo con un martillo en la frente me haré un chichón, por ejemplo, pero otras son imprevisibles, como si el destino o, vete a saber qué o quien, nos utilizara para jugar con nosotros según le venga en gana.
    A partir de ahora tendré cuidado con las mariposas, que según parece a veces las carga el diablo.
    Como en esta imaginativa historia, en la que principio y final se enlazan, quiero felicitarte por las cincuenta que nos has regalado, la última tan buena como la primera y todas las comprendidas entre ambas.
    Abrazos grandes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ángel. Es una alegría muy grande llegar a cincuentona. En la realidad ya sabes que soy veintiañera y cuentista... Esto de las mariposas es un asunto serio. No sé si las carga el demonio, el perverso azar o un mimo con nariz roja y aficionado a la filosofía peliculera.
      En cualquier caso, te digo como a los demás: no salgas de casa sin la escopeta. El Frente de Liberación Cincuentista te agradecerá que liquides cuantas mariposas puedas.
      Abracico fuerte.

      Eliminar
  8. Ando con el tiempo desbordado, pero no quiero dejar pasar tu increíble relato, Patricia.
    Es inteligente, vibrante, es fascinante. Es una auténtica gozada.
    El efecto de tu historia consigue un aleteo final: el que provocan en el estómago de cada imaginación las mariposas de la excelencia, demostrándonos hasta dónde se puede llegar con pocas palabras y mucho talento.
    ¡Que buena pareja hacen tu gallina y la mariposa!
    Felicidades por esta obra maestra.
    Un abracico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hala, Antonio, qué bonito lo que me dices! La gallina acaba de poner un huevo de satisfacción. Pero centrémonos. Aunque tengas poco tiempo, no pierdas de vista el horizonte, vigila y, al menor indicio de aleteo, plaf, que, como dicen por arriba, a las mariposas las carga el diablo.
      Abrazote y ánimo con ese desbordamiento temporal.

      Eliminar
  9. Felicitaciones Patricia, por esos 50 relatos. Tambien le digo que ese “Efecto mariposa” es un micro muy bueno, el cual me ha encantado.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Beto. Es que llegar a cincuentona cincuentista es una gran responsabilidad y puse a la gallina a incubar un huevo que fuera especial y que, por una vez, se entendiera. Y parece que lo he conseguido.
      No pierdas de vista a las ingenuas mariposas.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Ya lo decía yo, esos colores hipnóticos escondían macabros efectos, y si las llamamos con su verdadero nombre, "Lepidoptera", el antifaz se desprende definitivamente. Inquietante y muy divertido, Patricia. Enhorabuena por los cincuenta y un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú si que sabes, Salva. Lobos disfrazados con piel de cordero, eso son las dañinas mariposas. No permitamos que cambien el destino a su antojo con la excusa de teorías del caos ni efectos bobos.
      Muchas gracias y abrazo fuerte.

      Eliminar
  11. Y una presumiendo por ahí que me he metamorfoseado en una gigante y hermosa mariposa negra...!Me van a matar!
    Gracias por avisar...iré al psicólogo.
    Eres una pasada, mi querida hada. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Cómo? ¿Que te has pasado al enemigo? Sólo me falta que confieses que fuiste tú la que se cayó encima del pequeño Smith y lo trastocó todo. Aprovecha las alas y, ya que son negras, ¿por qué no te metamorfoseas en cuervo? Tienen mala fama, pero nada que ver con las traidoras mariposas.
      Muchas gracias, Maite, y un abrazo sideral.

      Eliminar
    2. ¿Mala fama?...son los reyes de la ficción, además se lo pasan pipa siempre en pandilla, y son inteligentes. He visto a Matri con la escopeta...!Abracadabra pata de cabra !zas!, ya no estoy.
      Bicos grandes.

      Eliminar
  12. ¿Entonces la bella señora Spencer, aquella adorable viudita con la que se me fue la mano con el opio, la que murió entre mis brazos mientras maldecía mi mala cabeza era mi salvadora? ¿El único crimen que cometí de forma accidental tuvo como víctima a la niña que me salvó la vida? ¡Qué caprichoso es el destino!
    Aparezco esta noche en que las nubes cubren de terciopelo la luna, para darle mi enhorabuena, señorita Vanessa Ives. Me ha desenmascarado y tan solo me queda huir, si no quiero acabar en la horca. ¿Desde cuándo sabía que era yo el asesino de viudas? ¿Quizá tiene la capacidad de hablar con las mariposas? ¿O era quien tiraba de mi carrito? ¡Qué iluso! Usted es vidente y puede ver mi pasado.
    Me quito el sombrero ante sus poderes y, al igual que mi colega, el gran Kaspar, desaparezco del escenario no sin antes darle mi más sincero agradecimiento por dedicarme esta precuela, aunque me haya atrapado; pero no importa: es muy grato ser atrapado, si es por usted.

    Mis respetos.

    Smith**

    **Nombre falso. Realmente soy Cary Grant*.

    *¡Qué más quisiera!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cary Grant, Woody Allen, Smith, Kaspar, Pablo Núñez... Nombres, disfraces, para un mismo criminal. Me ha llevado tiempo descubrir la verdadera personalidad que se oculta detrás de las cincuenta palabras que cada mes me dejan sin respiración. Y en este cincuenta de cincuenta mío tan especial he querido rendir homenaje a uno de los culpables de que siga por aquí, jugando a juntar palabricas, con la sana envidia de intentar llegar a un nivel que nunca alcanzaré: el de un vil asesino que, bajo su disfraz de malote, esconde a un escritor brillante y generoso que, para mí, representa lo mejor de nuestra comunidad.
      Déjame que te dedique mi micro 50, Pablo.
      ¡Y a por las mariposas!

      Eliminar
    2. Nunca me habían dedicado nada. Nunca había ganado nada escribiendo microrrelatos (si no cuento vuestros comentarios y, sobre todo, la amistad de algunos cincuentistas que pululan por aquí, algo muy preciado para mí), porque que elijan uno de mis textos en los concursos que los presento es una anécdota muy agradable, pero no lo considero un triunfo, mas bien un empuje para seguir escribiendo y convencerme de que no lo hago tan mal como yo creo. Pero ahora sí que he tenido un premio, y de los gordos. El mejor que podría tener. Es lo más hermoso que me ha pasado en esta página, y me han pasado muchas cosas buenas, pero, amiga, esto se lleva la palma.
      Me alegra muchísimo que sea uno de los culpables de que sigas por aquí. A tu vecina de abajo, a la que sé que los dos le tenemos un cariño muy especial porque es otro regalo de los grandes de esta página, le digo que es el alma de cincuenta, porque lo es, no tengo la más mínima duda. A ti te digo que eres el corazón (ya te lo dijimos en una ocasión. Esa cadena que empezó otro de los grandes regalos de esta página y al que sé que también aprecias, Enrique Mochón, lo demuestra) y la chispa. La que de un golpe de ingenio da vida a esta comunidad cuando la travesía entra en una calma chicha y hace que el oleaje nos llene de espuma salina el rostro, y de fantasía nuestros ojos.

      Rich, espero que nunca faltes. Creo que todos perderíamos mucho. Cuando se te pase por la cabeza, vete a leer la cadena de la que te hablé antes y mira los nombres de los que sabemos que tienes un ❤️ que no te cabe en el pecho. Y si alguna vez, de todas formas, abandonaras el barco, yo me iré contigo a seguir navegando a tu lado, empujado por el cierzo, en el Callejón de las 11 esquinas.

      Y ahora te dejo, que tengo que evitar los escopetazos y quiero buscar un buen cazamariposas para acabar con ellas, aunque a fin de cuentas una me salvó la vida.

      El beso más grande que he mandado por aquí. 😘

      El sastre vagabundo

      Eliminar
  13. Y ahora que pongo yo después de todos estos comentarios... gran relato que me ha gustado mucho, muy simple, pero total, no iba a ni siquiera a igualar a los comentarios de arriba.

    Gracias y enhorabuena por tus 50 relatos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No disimules, José Antonio. Coge el cazamariposas y a trabajar, que se acerca la primavera y nos van a invadir, con sus alas multicolores y sus tropezones.
      Muchas gracias y espero leerte pronto.
      Un abrazo.

      Eliminar
  14. Muy bien contado, ese efecto mariposa.
    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Olga. Ten cuidado con las pelotas...
      Abracico.

      Eliminar
  15. Un efecto mariposa que subyuga, Patricia. Aletea con sus palabras de colores y nos envuelve en su circularidad. No importa si es la gallina o son las mariposas. El resultado es un micro magnífico por el que te doy la enhorabuena. Y muchas felicidades por alcanzar la hermosa cifra de cincuenta cincuentas.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Carmen. Quise celebrar un número tan redondo con un relato que se diera la vuelta sobre sí mismo y sobre algo que fuera de marca cincuentista. No pierdas de vista a esos bichejos alados, que a ti no te concibo asesina.
      Abrazo fuerte.

      Eliminar
  16. Carmelo Carrascal24/2/18, 17:31

    Patricia, bucle es una de las palabras que más me han gustado entre tus comentaristas. E inspirado planteamiento.
    Pero tengo que protestar formalmente por todo lo que de denigratorio hacia las mariposas vas soltando en las respuestas a los comentarios. Pobrecillas, bellísimas criaturas, la delicadeza volante,como flores de pronto vitalizadas, ese su coqueto vuelo zigzagueante, seductoramente danzante,merodeador...
    Smith fue tb., como todos los peques que tragan lo que no deben,un niño muy rico, a pesar de su fijación con lo esférico, bote o no. Esa intrigante S de su nombre: s y s montadas, le marcaron al pobre. Así que no sé si él tb. fue víctima del azar, ¿y del destino? Ahí lo dejo caer, yo tb., imitando a la mariposa de tu bello relato.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú di lo que quieras, pero coge la escopeta y hazme caso. Esos bichejos tienen la osadía de producir huracanes con su aleteo y de cambiar el destino. ¿Han pedido perdón alguna vez? Pues eso, cuidadito con ellas que causan muchos males y mucha tontería, hombre. Y como este cincuenta es mi cincuenta de cincuenta, mando yo y se hace lo que yo diga. ¿Estamos? Carga la escopeta y vigila.
      Muchos besos, Carmelo, y muchas gracias.

      Eliminar
  17. Carmen Hinojal24/2/18, 19:39

    Tengo que aplaudirte de nuevo, Patricia. Nada mas y nada menos que 50 fantasticos y fantasiosos relatos, que a todos/as nos dejan con la boca abierta, pidiendo otro mas. Enhorabuena, un gran abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Carmen, no seas loca. Cierra la boca, que son capaces de meterse dentro y hacer nido en tu estómago. Y eso, es lo peor.
      Muchas gracias y un beso fuerte.

      Eliminar
  18. ¡Vaya círculo que describes! No sé si se trata de un círculo mágico, de un círculo vicioso, de un círculo de tiza o de un un círculo con su cuadratura. A mí me ha resultado un círculo un poco espeluznante.
    Nada tiene que ver con el de Bergerac. Que conste. Jejeje!
    Muy buen relato y mis felicitaciones por esa "meta volante" de cincuenta cincuentas.
    Un fuerte abrazo, amiga Patri.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ves, Isidro, un círculo mariposero. Muchas gracias por el maillot amarillo. Me lo acabo de poner.
      Otro abrazote para ti.

      Eliminar
  19. Enrique Angulo25/2/18, 23:36

    Aparte del efecto mariposa en el que te basas, tu microcuento es también la historia de nunca acabar, el eterno retorno de lo mismo, la multiplicidad de historias que están ocurriendo a la vez en nuestro universo o en otros universos, no sé si paralelos o para lelos, pues seguro que en esas inmensidades espaciales habrá de todo, y algunas cosas no precisamente buenas.
    Así que sumergirse en tal multiplicidad es como para volverse majareta, y hasta le hace a uno pensar si no fue un sabio Onetti cuando decidió no salir de la cama, aunque incluso ahí se corre el peligro de hacer una nimiedad que ponga en marcha un mecanismo infernal que acabe trayendo tragedias incluso en mundos que nos son desconocidos.
    Yo, como no soy de armas de fuego, iré a buscar al trastero el matamoscas, y si veo a alguno de esos endiablados bichitos que fascinaban a Nabokov, lo dejaré estampado en el lugar donde haya osado posarse. “Ya te voy a dar yo a ti efecto mariposa”, le diré.
    Y es probable que hasta a la niña le diga aquello de la canción de Serrat: “Niña, deja ya de joder con la pelota”. Y al bebé que no se le ocurra berrear que lo dejo sin chupete. Qué mundo este en el que uno está rodeado de tantos peligros, en el que lo ignora casi todo de las leyes que lo rigen.
    En cuanto al pérfido de Smith no sé cómo lograré inmovilizarlo, pues es de lo más escurridizo, y hasta he oído que se pasea impunemente por estas páginas bajo los más variopintos disfraces, y aunque, a veces, esté con la muerte en los talones, siempre se sale con la suya y abre nuevos capítulos a su dilatada historia.
    En fin, Patricia, mi más cariñosa enhorabuena por estos cincuenta cincuenta, por este homenaje a uno de los grandes de esta página y por tu desbordante imaginación.
    Recibe un abrazo que te envío en brazos del cierzo burgalés.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mariposas en el estómago, pájaros en la cabeza, gallinas escribiendo relatos... Hay una conspiración, amigo Enrique. El reino animal alado maquina su venganza y, poco a poco, cambian el orden de los sucesos en contra de los humanos. Si no acabamos con ellos conseguirán que nos matemos los unos a los otros. ¿Por qué tanta violencia, tanta guerra? No lo has pensado nunca. Tenemos los días contados. Si no espabilamos, los bichos negros ganarán la partida y gobernarán el mundo. Porque, ya están preparadas, ya han empezado a imponer su orden, ellas, que también tienen alas y vuelan... Las cucarachas nos vigilan y esperan.

      Eliminar
  20. ¡Madredelamorhermoso, Richmond! Además de los de mariposa, lo tuyo son los efectos especiales y geniales. Enhorabuena por esta pequeña maravilla. Un beso grande al aire para ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, Matri! Estoy muy liada estos días y no doy abasto. Si ves alguna mariposa, ya sabes, balazo entre los ojos. No falles.
      Abracicos para ti.

      Eliminar
  21. Relato circular, tan redondo como esos cincuenta de cincuenta que te marcas con este efecto mariposa.
    ¿Qué te digo después de tantos halagos, querida Rich? Y, ¿cómo miro yo ahora a las mariposas? A mí que me encantan estos lepidópteros...
    Sé que Smith, después de esto, está feliz y eso ya vale mucho.
    Muchísimas felicidades, maestra, mil besos, mil gracias.
    Malu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sólo te digo: gracias.
      ¡Que estoy muy liada y lo sabes!
      Besicos.

      Eliminar
  22. Excelente relato, Patricia. Nos dejas una imagen con dos críos que en un futuro, algo lejano aún, volverán a encontrarse. Terrible ironía la que reina en ambos encuentros, teniendo en cuenta el modo fatal en que lo ocurrido en el primero condiciona lo del segundo.
    Enhorabuena y un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como no sé escribir relatos redondos, he intentado hacer uno circular, a ver si da el pego.
      Abrazotes.

      Eliminar
  23. Has hilvanado un relato circular con una pelota, una mariposa y una canica. Tienes una imaginación maravillosa, Patricia.
    Besos para ti y saludos a Enriqueta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Y un asesino! No te lo olvides y vigila, que lo tienes cerca.
      Gracias, Asun. Besos de las dos.

      Eliminar
  24. ¿¡Cincuenta!? ¡¡Pues no lo aparentas, miss Richmond, mi queridísima Patricia?

    ¡Magnífica cifra la que alcanzas con este excelente relato de historia en bucle! Pero es que todas las historias que nos has ido dejando en estas cincuenta apariciones por este rincón literario han sido igualmente magníficas. ¡Claro, tenían a quien salirle: a su magnífica autora! Porque lo eres (así lo creo y lo defiendo a capa y espada), y no solo en estas cortas producciones, sino en esos otros esquemas literarios más extensos en los que he tenido también ocasión de leerte.

    Te felicito, Patricia, con todo mi corazón abierto en canal (no ha tenido nada que ver el tal Smith, que conste). Y termino diciéndote que nos seguimos leyendo. En mi caso, con total pasión por tu literatura.

    Un abrazo y enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Has visto, J.A.? Cincuentona y ni me han echado, ni me han pedido que pague los desperfectos ni ná. Tus 74 relatos son el referente que admiro y lo sabes. Y encima, finalista contigo.
      Muchas gracias por tusbonitas palabras que me tienen volando por toda la casa.
      Un abrazo fortísimo.

      Eliminar
  25. Felicidades Patricia por tus 50 50!!
    Y por este relato circular, mancantao - y ojito con el Smith este, que no pinta nada bien (aunque de bebé sería monísimo como todos, no?)
    Un beso!

    ResponderEliminar
  26. Felicidades por los cincuenta, pero eres toda una chavala. Tus historias cada vez están más frescas. Creo que es eso lo que te rejuvenece. Ya me contarás tu secreto, o no, mejor déjalo bien guardado y no se lo digas a nadie. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!