La gota

A su paso, aquella gota de color indescriptible hizo sonrojar a las mismísimas nubes, que reflejaban su poderoso brillo. Crecía implacable en su descenso hasta que, un día, chocó contra el océano, en cuya inmensidad diluyóse pronto su formidable color. Hoy nadie está seguro de que existiera siquiera tal gota.
Escrito por Álex Garaizar

4 comentarios :

  1. Qué bonito, Álex. Sin las pequeñas gotas no existiría el mar...

    ResponderEliminar
  2. Y además no fue la gota que colmó el vaso. Muy bueno, Álex. Gota a gota se hace un mar. Relato a relato crece tu proyecto. ¡Feliz Año Nuevo y en él nos veremos!

    ResponderEliminar
  3. ¡Muchas gracias a los tres! Quería hacer una metáfora de interpretación abierta, aunque en mi paranoia mental pensaba en cómo la sociedad (océano) diluye la personalidad y lo genuino de la naturaleza individual.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!