El adiós

Cómo roncaba la abuela. Ella, entretenida, cogía su mano mientras paseaba la mirada entre las luces y sombras que dibujaban los camiones en el techo, uno tras otro.

Y la vida pasó.

En el hospital, los recuerdos se condensaron fulminantes en sus ojos. Premeditadamente besó su mano y se durmió.
Escrito por Emilia Tuc

3 comentarios :

  1. Tu relato y el de Ángel se complementan de tal forma que deberían aparecer en la misma página. Los dos tienen la misma bella y tranquila expresión de la muerte.
    Un abrazo para los dos.

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  2. El mes pasado (y el año anterior), Emilia, comenté que me había gustado la sensibilidad de tu relato y te anime a seguir escribiendo. Me alegro de que lo hayas hecho y de que, como dice Patricia, de alguna, forma, sin ponernos de acuerdo, nos hayamos complementado. Un saludo.

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  3. Es curioso como se trata el último momento antes de la muerte, coincide con el relato anterior de Ángel Saiz y no solo coincide en el tema sino en la calidad.

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