Sueños de primavera

Era mi día de suerte. Aquel excremento canino que se cruzó en mi camino había surtido el efecto esperado. No sólo llevaba mejor mi sempiterna alergia de inicios de primavera, sino que estaba convencido de que, cuando volviera a casa, alguien estaría aguardando mi llegada, con pasión. Y desperté vigoroso.
Escrito por Rafael Domingo Sánchez

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