¿Ya no me quieres, hijo?

Estaba de espaldas al borde del acantilado, pero no pude… Entonces me preguntó por qué estaba tan raro.

—¿Ya no me quieres, hijo?

¿En qué clase de monstruo me había convertido? Habían sido unos meses infernales, estaba senil, pero era mi madre.

Fui a abrazarla, tropecé y cayó al vacío.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

2 comentarios :

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!