La ruleta del infortunio

Cargó las seis balas en los seis orificios del tambor. No aceptaba sorpresas. Esto no era un juego. Él decidía su destino.

Acercó el revólver a la sien y cuando sintió el frío metal apretó el gatillo.

¡CLIC! 

El arma se encasquilló.

Dudó, pero tras aquella señal descargó las balas.
Escrito por La Marca Amarilla

2 comentarios :

  1. Creemos que somos quienes decidimos nuestro destino, pero a veces basta una pequeña señal para decirnos que estábamos equivocados y dar un vuelco al futuro.
    El destino, que es caprichosito, ha querido que se publiquen seguidos dos micros con disparos, aunque muy distintos.
    Es admirable encontrarte en muchos frentes y derrochando calidad.
    Un abrazo

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  2. Ángel, tú si que eres un monstruo!!! Pa calidad la tuya!!!
    (basta ya de peloteo!!! jejejejeje)

    Gracias por tu comentario! La verdad es que el destino es muy caprichoso, sí...

    Un saludo!!! ;)

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