Uno de mi calle

Hace tiempo que no cree en nada. Y mucho menos en nadie. Mira cada tarde el ocaso con las manos en los bolsillos. Sin gusto ni dolor. Sin miedo ni esperanza. Tarareando canciones sin letra. Hurgando con el dedo en el roto por el que un día escaparon sus ilusiones.
Escrito por Enrique Mochón Romera

14 comentarios :

  1. Muy triste. Pero no te preocupes, yo te doy un abrazo de los de verdad y te digo que sí que hay esperanza, siempre la hay...
    Precioso, Enrique.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya!!, un abrazo de esos puede remendar muchos bolsillos.
      Gracias, Patricia. Pienso igual que tú. Ojalá todos, siempre, pudiéramos verlo tan claro.
      Otro abrazo de esos de verdad para ti.

      Eliminar
  2. Bonito, triste, pero ahí te envío un abrazo y un "me gusta".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Isidro. A veces toca comedia y otras, drama. Igual que ahí fuera.
      Saludos

      Eliminar
  3. Condenado agujero por donde escapan las ilusiones, qué difícil es remendarlo, más aún que se vuelva a llenar.
    Le puede pasar a cualquiera, a uno de tu calle o de la mía, título que evoca al genial Serrat.
    Un saludo, Enrique

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ángel. También de Serrat es aquello de "no hay nada más amado que lo que perdí".Todos hemos perdido alguna caníca de nuestras preferidas por aquellos agujeros que, curiosamente, hacían las peonzas.
      Saludos.

      Eliminar
  4. ¿Cuántos hay con rotos en sus bolsillos? Somos quienes tenemos los bolsillos íntegros y hace tiempo que ya dejamos de creer... Y de la esperanza, pues eso, a esperar.

    ¡Gran microrrelato, Enrique! Va un 'Me gusta' y un abrazo. Que algo es algo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al responder a Ángel creo que me he ido un poco del asunto de la historia. Pienso que la ilusión se puede perder por infinidad de motivos. Y las circunstancias que nos rodean están haciendo verdaderos estragos. Me viene a la cabeza eso de aquel que decía: "Señor, concédeme el don de la paciencia, pero ¡¡ya!!
      Un abrazo y muchas gracias, José Antonio.

      Eliminar
  5. Creo reconocer en ese pobre hombre a uno de mi misma calle, talmente descrito por ti. Y sí, seguro que también hurga en los rotos de sus bolsillos buscando, quizás, el fondo de su ilusión perdida. Me ha gustado mucho, Enrique, que también me gustan los relatos tristes, ¡qué le vamos a hacer! Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si te ha gustado se da por bien hecho. Por desgracia, a casi todos nos pilla cerca algún caso parecido. A ver cuando inventan costuras irrompibles o ilusiones renovables. Muchas gracias y un abrazo, M. Jesús. Enrique.

      Eliminar
  6. Notincgas22/9/14, 9:17

    Precioso relato, Enrique. Te deja un nudo en el corazón, como cuando ves un pájaro con una ala rota.
    Felicidades.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias, Notincgas. Sinceramente, no esperaba llegar tan hondo. Creo que has hecho una lectura tan sensible como tu comentario. Un abrazo. Enrique.

    ResponderEliminar
  8. Maria cueto27/9/14, 15:31

    Me parece muy bonito. El título puede convertirle en cualquiera, pero mira sin gusto ni dolor. Ya no espera y ya no sufre. Solo observa y trata de comprender palpando el agujero. Me gusta mucho Enrique. Y deseo q vuelva a esperar. Hay una frase de cortazar que dice algo así como que la esperanza es el único sentimiento que no nos pertenece. Que la esperanza es la vida misma defendiéndose. Saldrá seguro de su quietud para buscar algo. Un abrazo. Maria cueto

    ResponderEliminar
  9. Muy bonito, María; lo de Cotázar y lo tuyo. Y estoy de acuerdo con los dos. La vida nunca deja de sorprendernos, sobre todo cuando parece que no hay salida. Aunque también es verdad que hay gente con una realidad terrible.
    Muchas gracias y un abrazo. Enrique.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!