Tranquilo, sobre todo tranquilo

Controla la mirada: no mires fijamente, no saltes de un punto a otro. No sudes, por Dios, ¡no sudes! Ahora, con naturalidad, quítate los cascos y déjalos ahí. Eso otro súbelo ahí arriba. Respira y camina.

—Perdón, caballero, ¿esta maleta es suya? ¿Sería tan amable de abrirla?

¡Mierda! La cagaste.
Escrito por Manu Ramírez - Web

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