Un día diferente

7.00h: Despertador.
7.15h: Café
7.30h: Ducha
7.45h: ¿Qué me pongo?
8.00h: Atasco
9.00h: Trabajo.

Y así un día, otro... Haría algo diferente, volvería a casa andando, así podría pensar. Debería dejar el trabajo y viajar por fin. Vivir. Cuando una rama de un árbol cayó en su cabeza.

20.07h: RIP.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

4 comentarios :

  1. ¡Qué lastima tener la agenda tan llena y la ilusión tan vacía!
    Siempre viene bien leer un relato como el tuyo para acordarnos de que tenemos que parar.
    Un saludo, Raquel.

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    Respuestas
    1. Gracias Margarita,
      Esa era la idea, hay que dejar de procrastinar tanto y vivir más aquí y aahora, y sobretodo ser feliz.
      Saludos,

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  2. Hola Raquel.
    Tu relato nos hace ver que los sueños hay que realizarlos cuando estamos a tiempo.
    Lo malo es que las obligaciones y la rutina acaban ganando la partida más veces de la cuenta.
    Interesante tu micro. De los que hacen pensar.
    Un beso.
    Pablo

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  3. Un micro genial, Raquel. La rutina se impone en nuestro día a día; ¿dónde está el espacio que tenemos que reservar para nuestros sueños?. Cuando nos demos todo se acabó y no los hemos podido realizar.

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