A tiro de piedra (Por amor al Arte III)

La mirada desafiante presagia el combate y su espléndido torso revela firmeza y valor. Su actitud permanece serena, pero su espíritu se agita aprisionado en la solidez del mármol.

—Esperaré a que te acerques lo justo y entonces mi piedra te alcanzará.

David —alma latente en roca—, preparado para estallar.
Escrito por Mª Jesús Rodríguez
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27 comentarios :

  1. Mª Jesús, ¿Qué decirte?, pues que me ha encantado. Desde la primera letra del título hasta el final.
    Me has vuelto a trasladar a Florencia y me has colocado de nuevo delante de esa imponente obra de Miguel Ángel que tanto me gusta.
    Menos mal que cuando estuve delante de él no le dio por tirar la piedra ; )
    Gran micro.
    Besote.
    Pablo

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    1. Pablo….Me alegra haber conseguido transportarte hasta esa fantástica ciudad llena de luz y de arte, Pablo. Y me alegra saber que has vuelto a disfrutar de la belleza y grandiosidad de esta escultura. Su autor inmortalizó en ella la contención, así que si vuelves alguna vez a Florencia y lo visitas, tranquilo, recuerda que tú no eres su objetivo, y que incluso ante el enorme Goliat se contuvo hasta que lo tuvo seguro a tiro de su piedra. Todo un ejemplo de sensatez y paciencia en aquellos tiempos vertiginosos de contiendas.
      Un abrazo, Pablo y muchas gracias por tu amable comentario.

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  2. Solo por la elección de la obra ya te mereces un diez pero es que, además, la has descrito maravillosamente. Felicidades, Mª Jesús. Un saludo.

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    1. Muchas gracias, Matrioska, por tu opinión. Me encanta haber acertado en la descripción, y aunque sólo he contado lo que a mí me sugiere esta escultura, hay que admitir que cada uno la interpreta destacando uno u otro significado o matiz. Aunque, en cualquier caso, hay obras de arte que a casi todos nos hacen rendirnos a sus pies.
      Gracias de nuevo, Matrioska. Un saludo.

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  3. ¡Ay Ma Jesús, me has dado de lleno! Como países, primero España, pero después Italia y si tengo que elegir entre mis ciudades preferidas, elijo Florencia entre las dos o tres primeras. Y como escultura, no lo dudo, el David por encima de todas, por desafiante, por esa firmeza y valor, pero sobre todo por lo que representa, lo pequeño pero valiente, frente a lo grande e invencible. Esa tensión antes de la lucha y esa visualización de la victoria final. Una obra de arte inigualable este David que nos has traído como colofón a esta trilogía con tanto amor al arte.
    Siento si me he excedido y he dejado ver mi debilidad, pero no he podido evitarlo.
    Recibe mis felicitaciones y enhorabuena y un beso grande como esta obra que nos has dejado.
    Malu.

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    1. ¡Ay, mi querida Malu, en cuántas cosas coincidimos! Y qué bien has resumido el significado que transpira David, la contención y la inmovilidad estudiada, a la espera de que el gigante se sitúe en el punto preciso al alcance de su honda. Y esa tensión en su mirada que invita a meternos en la escena y a imaginar el resultado final de los acontecimientos. La exaltación de la fuerza física y espiritual y, en definitiva, el equilibrio de la fuerza en tensión.
      Gracias, amiga, por tu acertadísimo y animoso comentario. Otro beso grande para ti. ;)

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  4. Antonio B.22/5/15, 21:28

    Me ha parecido muy potente tu relato, Mª Jesús. Pero a mí la imagen que me ha sugerido es la del fanatismo envuelto en un burka, con la firmeza y el valor que proporciona el creerse en posesión de la verdad. La serenidad de saberse cercano al paraíso prometido. La frialdad marmórea de esas almas empedradas esperando la proximidad para infligir el castigo merecido.

    Será que me cuesta ver que tanta belleza pueda estallar. No puedo evitar acordarme de la detonación que destruyó las estatuas gigantes de buda por los talibanes

    ¿Que si se me ha ido la olla? pues seguramente.

    Pero una cosa es segura, me ha impactado tu relato y me ha gustado. Es un magnífico colofón a tu trilogía.

    Un abrazo

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    1. Bueno, Antonio, admitiendo de salida que el arte es una experiencia subjetiva, que pasa por el tamiz de nuestro ojo, de nuestro cerebro, de nuestro propio conocimiento, etc, se puede afirmar que todas las interpretaciones son válidas y que puede haber tantas lecturas como miradas haya, es decir, infinitas. Al fin y al cabo la obra de arte es una máquina concebida para producir interpretaciones, y no lo digo yo, creo que es cosa del gran Umberto Eco.
      Muchas gracias, Antonio, por tu comentario, ha sido algo diferente, pero celebro que finalmente te haya gustado.
      Un saludo.

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  5. Imaginamos a ese David mientras aguarda, concentrado y firme, la llegada del gigante Goliath, que se relame ante la que cree segura victoria, sin imaginar que va a convertirse en símbolo de que todo puede vencerse.
    Visto lo visto, María Jesús, me atrevo a proponerte que tu homenaje al arte y arquitectura universales, que son patrimonio de todos, tuviese algún tipo de continuidad, claro está que sería bien recibida, aunque también está claro que la decisión es tuya.
    Un saludo

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    1. Así es, Ángel, el símbolo de la victoria del pequeño sobre el grande, y ello protagonizado por la paciencia y la pericia de un impetuoso joven. De sobra sabía David que si se aproximaba al gigante estaba perdido. Y de todo esto podríamos sacar una conclusión: que el pez grande no siempre se come al chico.
      En cuanto a la continuidad, sí, entra dentro de lo posible, pero no soy capaz de asegurar nada en estos momentos. Bien sabrás tú, (o no) que la inspiración es ese amigo caprichoso que aparece y desaparece sin dar explicaciones.
      Agradezco tu sugerencia así como atinado comentario, Ángel. Un abrazo grande.

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  6. Por un momento, María Jesús, me he sentido transportado hasta Florencia, viéndome delante de la imponente escultura del David (de Miguel Ángel, que siempre aquí el autor acompaña a su obra). Aún recuerdo cuando tuve ocasión de poder contemplar en vivo tan impresionante obra, uno que estaba acostumbrado a verla por fotografías en los libros de historia del arte. Y me impactó, como si el propio David me hubiera apedreado en toda la frente.
    Coincido con Ángel que la obra elegida para tu tercera entrega es el reflejo de que todo es vencible, sobre todo si se pone... a tiro de piedra.
    Y para terminar mi comentario, te lanzo un guante retador: He visto que has tratado en dos ocasiones la escultura y una vez la arquitectura. Te faltan algunas artes por tocar (no sé si son de tu gusto, pero supongo que sí), por lo que me gustaría (y espero que haya otros lectores más que coincidan conmigo) que, a tu ritmo creativo, nos deleitaras con otros "por amor al arte" que nos dieran tu visión de esas otras disciplinas artísticas que ahora, por lo que sea, no han salido a la palestra (palabra por cierto muy relacionado con las artes).
    No obstante todo lo anterior, tengo que darte mi "Me gusta" porque es bien merecido. Y con él, un cariñoso abrazo de un amigo que sabes bien que lo soy.

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    1. Mi querido José Antonio, qué gráfica tu explicación de la impresión recibida al contemplar la famosa escultura; me ha encantado. Efectivamente, casi todo es superable, y por muy gigante que parezca nuestro contrincante, siempre hay un punto débil por donde atacar, pero hay que saber buscarlo. Quizás esta pueda ser otra lectura del micro, como antes ya se ha comentado.
      En cuanto a la elección de escultura y arquitectura te diré que ha sido casual, se me vinieron a la cabeza esas ideas… Aunque ya hice un micro hace meses dedicado a la pintura, ¿recuerdas? Pero sí, ahí lo tengo, dándole vueltas a ver si sale algo. Y te digo lo mismo que a Ángel, en cuanto a la inspiración.
      Muchas gracias, José Antonio, yo también te mando un “me gusta” por tus comentarios siempre tan completos y sustanciosos. Y otro fuerte abrazo para ti, amigo. ;)

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  7. Un micro impactante, como no podía ser de otro modo. Enhorabuena y suerte, María Jesús.
    Un abrazo.

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    1. Celebro que te haya llamado la atención de alguna manera, Fina. Gracias por tu comentario y tus buenos deseos.
      Un abrazo.

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  8. Me encanta el título de tu serie, "Por amor al arte"; y, a partir de ahí, emocionada y expectante, consigues que no me extrañe de que las piedras hablen.
    Me uno a las voces de los compañeros y te nombro guía oficial. Yo ya tengo puesto mi atuendo de turista.
    Un cordial saludo, María Jesús.

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  9. Yo creo que el mérito se lo lleva íntegramente el joven David, al que todos tenemos en mente, que nos ha permitido leer en la profundidad de su mirada y apreciar la suavidad de su piel de mármol. Muchas gracias, Margarita, por ese nombramiento espontáneo, ahora mismo me pongo de codos a repasar mis libros de texto; tendré que ponerme al día… je, je, je.
    Un fuerte abrazo.

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  10. Notincgas24/5/15, 7:15

    Ah, mi admirada Mª Jesús, tu pluma tiene una cualidad muy singular: la capacidad de retratar la eternidad.
    Y luego está tu mirada, minuciosa y precisa, como una suerte de cámara fotográfica mágica que capta el alma de los objetos.
    ¡Brava!
    Saludos cordiales

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  11. La verdad es que ni yo misma pensé que me iba a salir un relato tan serio, después de los dos anteriores de esta trilogía, hechos en un tono mucho más informal.
    He procurado hacer una descripción “limpia” de esta escultura, aun a sabiendas de que el “ojo inocente” no existe y que siempre aportamos algo de lo que llevamos dentro, de nuestra propia experiencia… Indudablemente ese componente orgánico es lo que nos hace diferentes y seguramente más amenos.
    Muchas gracias, Notincgas, por tu amable y generoso comentario.
    Un abrazo cordial.

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  12. Cada vez que lo leo me gusta más este relato. Creo que tu gran amor al arte cobra en esta obra mayor dimensión si cabe, y que, ante la gran dificultad de transmitir lo que sientes con solo 50 palabras, has utilizado tu "alma" como un alambique. El resultado es pura esencia de tu reacción ante ella y un verdadero estímulo para que todos la miremos con la profundidad que se merece. Por cierto, ¿escribes poesía? Y otro por cierto, me uno a esa "petición" de José Antonio de que toques más "artes" con tu pluma.
    Enhorabuena, María Jesús, y un abrazo.
    Enrique.

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Enrique, qué comentario tan bonito, me ha emocionado. Se nota esa sensibilidad de artística que llevas dentro. Ahora que ya lo sabemos, no puedes disimularlo. ;)
      Sí, he hecho algún tanteo en poesía, pero breve, muy breve: micropoemas. Y con algún resultado bastante favorable…ejem.
      Bueno, también te digo lo mismo que a Ángel y a José Antonio, que estoy en ello, pero ya veremos si las musas me acompañan…
      Muchas gracias de nuevo, Enrique, por tu análisis tan bello que has hecho del proceso creador de este micro.
      Un fuerte abrazo.

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    2. Era de suponer esa faceta tuya como poetisa, no solo después de leer este relato, sino todos los que llevas publicados en 50, rebosantes uno por uno de sensibilidad y, como te he dicho otras veces, de meticulosidad en el uso del lenguaje. A ver cuándo tenemos ocasión de disfrutar de tus poemas.
      En cuanto a mi sensibilidad artística siento discrepar. Casi todo lo que he hecho hasta ahora se acerca más a la artesanía que al arte.
      Un fuerte abrazo.

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    3. Enrique, perdona, creo que me he pasado de frenada. Yo lo único que he hecho son pequeños y breves escarceos poéticos, sin ánimo de lucro, ja, ja, ja. Que quede claro, ante todo vamos a llamar a las cosas por su nombre. Así que de poetisa nada, me sonrojo solo de pensarlo. Pero gracias, amigo, es halagador que te digan que tienes sensibilidad y más según quién.
      ¡Ah!, y cuando se pone cariño y sensibilidad en el oficio, la artesanía es un arte.
      Un fuerte abrazo.

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    4. Me temo que por mucho que digas ya no me quitas las idea de que eres una buena poetisa.
      Un fuerte abrazo.

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  13. Mª Jesús, gracias por adentrarnos en el alma de ese David, yo que sólo lo he visto en ilustraciones, supongo que debe ser impactante acercarse a ese hombre de piedra. Muy buen microrrelato, original historia.
    Saludos.

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    1. Te aseguro que lo es, Beto. Yo que he estado a sus pies, (tremendos, por cierto, al igual que sus manos) te hace perder la noción de las proporciones por su grandiosidad. En cuanto a la mirada... poco se puede decir con palabras. Verlo es disfrutarlo.
      Gracias, Beto, por tu comentario. Un saludo.

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  14. Puedo decirte que tu micro está escrito con mucha solemnidad? Una túnica blanca, una cinta en la frente dorada y un pergamino en las manos, así te imagino incluso si lo lees... ya sabes, esto es tan subjetivo!
    Me ha gustado que nos traigas esa joyita, con tanto arte...
    Un abrazo

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    1. Por supuesto, Rosy, y me lo tomaré como un cumplido, porque es cierto que he intentado dar al relato ese tono serio y formal, como forma de manifestar mi admiración por esta escultura. En cuanto al atuendo, (no sé si te he entendido bien) si la túnica es fresquita... y por lo del pergamino, por un motivo o por otro, siempre estoy con papeles entre las manos.
      Muchas gracias por tu comentario, Rosy.
      Un abrazo.

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