Inocencia de masas

Un señor desconocido para mí (pero muy famoso porque la gente lo seguía y gritaba fuerte no me acuerdo qué nombre), nos regalo una pequeña muñequita. No era tan linda. A mí me dolía la panza, tenía mucha hambre, pero me olvidaba porque solo pensaba en jugar con mi regalito.
Escrito por Nicolás Libardoni

1 comentario :

  1. Nicolás, ya el principio es una declaración de intenciones. Las masas y sus borregos son muy peligrosos para una sociedad que quiera evolucionar.
    Me ha gustado.
    Un abrazo.
    Pablo

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