Acelerando

La mesa camilla, la noche inmensa, la infancia perdida, La ciudad y los perros de Vargas Llosa, los ojos insólitos, la habitación contigua de los abuelos, la enfermedad última y delgada de la abuela, una noche inmensa de vigilia hospitalaria en aquella casa y el miedo, fiel compañero desde entonces.
Escrito por Miguel Manrique

4 comentarios :

  1. Hermoso y poético, Miguel.
    Saludos cordiales.

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  2. Me gusta mucho, Miguel. Intuyo alguna historia tras todos estos recuerdos, pero su hermetismo, acentuado por el título, me impide verla. Muy bello en cualquier caso, con un final grande.
    Saludos.

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  3. Gracias, Vicente. El título y un poco el esquema derivan de un poema de José Hierro.
    Saludos cordiales.

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  4. Muchas gracias, Enrique. Tu intuición es certera, porque esa escena de la mesa camilla durante la enfermedad terminal de la abuela en una noche interminable con La ciudad y los perros en las manos y el miedo a que pase lo inevitable, esa sensación se te graba para toda la vida.
    Un saludo.

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