Liberación
Por fin, después de más de dos mil kilómetros de sufrimiento, humillación y calamidad, logra traspasar la última frontera ya exhausto. Al momento se siente libre, feliz, ligero, como levitando. Detrás ha quedado su cuerpo, pegado al enrejado de afiladas concertinas al que, desesperado, se ha arrojado hace un momento.
Escrito por Rafa Olivares - Web
Otra escena terrible que tiene como escenario una frontera, línea divisoria entre los que nacieron con suerte y los que siempre lo tuvieron todo en contra.
ResponderEliminarSaludos
Al final siempre una esperanza de liberación.
EliminarGracias por comentar, Ángel.
Te doy las gracias por dos cosas: hacerme buscar el significado de concertinas (ya sé que a además de la alambrada con púas también es un tipo de acordeón) lo que ayuda a enriquecer mi vocabulario y por un reelecto que te deja pensado en esa esclavitud en la que viven los q que escapan y que sólo los liberan la muerte, como es el casi de tu protagonista si no he entendido mal.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo
Conocí este segundo significado de concertinas hace poco, precisamente por noticias relacionadas con el tema del relato, y siempre trato de incorporar los nuevos hallazgos al vocabulario de uso. Lo has entendido perfectamente. Un saludo, Pablo.
EliminarLa muerte a veces es la liberación del infierno. El hombre, con sus rutas de sufrimiento e injusticia, en demasiadas ocasiones hace bueno al diablo.
ResponderEliminarBuen relato, desconocid@ 24.1
Así es, Antonio, y eso es lo que he querido reflejar en cincuenta palabras.
EliminarUn abrazo.
Me gusta mucho,me hubiera gustado escribirlo yo. Curiosidad por conocer al autor/a.
ResponderEliminarSaludos
Jajajaja. Nadie de quien puedas aprender mucho. Por estas páginas sí que hay buenos maestros en los que fijarse.
EliminarUn beso (por darte una pista).
No sé, no sé... Esa pista me despista. Jajaja
EliminarUna vez llegado a la última frontera y después de tanto sufrimiento ya les da igual lo que les pueda pasar.
ResponderEliminarBuen relato y muy actual.
Saludos
Dicho por un gran campeón no puede más que llenarme de complacencia.
EliminarGracias, Javier. Un saludo.
Este terrible microrrelato me recuerda los versos de Paul Celan: “Cavamos una fosa en el aire donde no hay estrechez”, del poema La fuga de la muerte, en los que el poeta evoca la terrible experiencia de los campos de exterminio nazi, donde, ante la desesperación absoluta, la única liberación posible parecía ser la de la muerte. La fosa en el aire a la que se refiere es la del cadáver convertido en cenizas tras haber sido gaseado en un horno crematorio.
ResponderEliminarSi bien la situación de quienes recorren cientos de kilómetros, y pasan todo tipo de penalidades para intentar conseguir una vida digna, algo que se les niega en sus países de origen, no es tan espantosa como ese agujero negro del horror que fue el Holocausto, sí es lo suficientemente cruel y estremecedora como para que los inmensos recursos con los que cuentan los grandes países del mundo, las grandes multinacionales, y las grandísimas fortunas, hiciesen mucho más para evitar esas injusticias atroces que le llevan a un ser humano a desgarrarse las carnes y morir ante una alambrada. Pero parece que hay mucho ‘autismo’ y demasiada codicia e intereses para que se haga lo que se debería.
El microrrelato pone el dedo en muchas llagas, incluidas las de la propia conciencia de cada uno. ¡Enhorabuena!
Así es, Enrique. En la historia existen demasiadas situaciones que degradan al género humano, y no me refiero a las víctimas sino a los que pudiendo evitarlo no lo hacen.
EliminarGracias por tus comentarios.
Un abrazo.
Terrible el drama que se vive cada día en nuestra frontera sur. Se ve la desesperación que sufren los que cada día intentan cruzarla a costa de lo que sea, incluso de su vida.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Enhoranuena.
Besos
Gracias, Pilar. Celebro que te guste a pesar de la tragedia que transmite.
EliminarBesos.
«Tanto nadar para morir en la orilla».
ResponderEliminarLa tristeza de esta historia es, sin embargo, inspiradora. El ansia de alcanzar un sueño o, más bien, de salir de una pesadilla de este personaje nos hace valorar lo que tenemos y replantear muchas preguntas.
Muy bueno.
Saludos, anónim@.
Hay una plegaria que dice "Señor, no me mandes todo lo que pueda resistir", porque los sufrimientos de las personas llegan a ser inimaginables, y la esperanza por sobrevivir dignamente, toavía mayor.
EliminarGracias, Vicente. Saludos.
Liberación de ese sufrimiento diario. Crudo, desgarrador relato con excelente título.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Celebro que te haya gustado, Malu. Conviene no olvidar las penalidades por las que actualmente pasan muchos de nuestros semejantes.
EliminarBesos.
Muy duro. No ha conseguido una vida mejor por las muchas barreras a las que se ha tenido que enfrentar en su desesperada huida, y sin embrago, ha sido con la muerte con la que ha encontrado la libertad. Me atrevería a decir que no son pocos los seres humanos que viven esta terrible experiencia tal y como la cuentas. Muy buen micro. Un saludo.
ResponderEliminarLa realidad es sin duda mucho peor de lo es capaz de mostrar cualquier relato. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Un final feliz de no ser por ese "pequeño" detalle. Al menos ahora no necesitará esos malditos papeles. Muy bello relato lleno de una tristeza serena.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Serena y aliviada.
EliminarFelicidades por la final ReC. Llegar ahí ya es mucho.
Abrazo.
El personaje ha conocido lo que hay más allá de la barrera de esta vida.
ResponderEliminarLa muerte, que como diría Hamlet en su monólogo... "Esa región ignorada de cuyas fronteras ningún viajero retorna"
Gran relato amig@ anónimo, que además te has puesto la careta para responder a los comentarios y me dan ganas de levantarte el antifaz. jejeje! ya te pillaré!
Un abrazo fuerte.
Gracias, amigo Castellano. El anonimato permite evitar los comentarios de "coba", así que doble agradecimiento.
EliminarAbrazo.