La sin nombre
—Si no me nombras es como si no existiera. Deja de llamarme con todos esos apelativos cariñosos y di mi nombre.
—Cariño, bombón, ricura…
— ¡Basta! ¡Dilo!
—Lo siento, es que ya no lo recuerdo.
Y de este modo se desvaneció frente a sus ojos, como el humo de su cigarrillo.
—Cariño, bombón, ricura…
— ¡Basta! ¡Dilo!
—Lo siento, es que ya no lo recuerdo.
Y de este modo se desvaneció frente a sus ojos, como el humo de su cigarrillo.
Los halagos vacíos a menudo se amplifican en la caja del ego: no importa que no seas sincero, ya se encargará mi ego de filtrar los matices del engaño para mostrarme la realidad como yo la quiera percibir.
ResponderEliminarBien por tu protagonista que no dejó que esas palabras vacías llegarán a espesar el muro de niebla que iban conformando y que con el tiempo se vuelve infranqueable.
Y bien por ti, Esther, por esta forma tan poética de presentarnos el valor de la lucidez.
Un saludo
Se cumplió la amenaza,dejo de existir, por muchos apelativos cariñosos que le dijera, necesitaba oír su nombre, tal vez todo provocado por la rutina de la relación, por la acomodación de ambos, hasta que ella dijo basta, pero a lo mejor era demasiado tarde.
ResponderEliminarBuen relato Esther, un dialogo bien escrito de la no relación.
Me ha gustado.
Besos.
Gracias Antonio y Javier, gracias por compartir vuestras reflexiones conmigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
La costumbre introduce los apelativos huecos en muchas parejas. En cambio el nombre nos identifica. Muy bien contado el deterioro de esta pareja y el arrojó de ella.
ResponderEliminarUn abrazo, Esther.
Esther, nuestro nombre nos personaliza. Cuando solo hay apelativos cariñosos entre ellos a ella le duele. El desgaste en la pareja y la rutina hace que uno olvide lo que nos enamoró en su día. Al final todo se desvanece entre ellos cuando comprueban la dura realidad.
ResponderEliminarLo has contado de una manera original.
Buen relato.
Besos
Gracias Pilar y Carmen. Me alegra poder haber transmitido bien la perdida de identidad que sentía la personaje.
ResponderEliminarUn abrazo!