La bailarina y el tramoyista

Levita rodeada de las miradas de sus pretendientes que se agolpan en las primeras filas. Mientras, mi corazón danza sobre la orilla de su boca.

El silencio detiene sus pies, saluda y vuela hacia su camerino. Entonces bajo el telón, al tiempo que mis sueños funambulistas van perdiendo el equilibrio.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

53 comentarios :

  1. Qué palabras tan bonitas y etéreas usas. Levitar, danzar, volar. Lo malo es cuando la cruda realidad te hace caer bruscamente del desmoronado alambre de los sueños. Me ha gustado mucho. Enhorabuena y saludos.

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    1. Gracias, Jesús.
      Esas palabras etéreas se la debemos al arte de esa bailarina que más que danzar, flota el aire.
      Un abrazo.
      Pablo.

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    2. Jesús, qué bonito "el desmoronado alambre de los sueños". Es muy visual pensar en los sueños desmoronados como alambres. Entiendo esa imagen surgida de las bellas palabras de Pablo "sueños funambulistas van perdiendo el equilibrio".
      Ay, cuánta poesía en estos textos!

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  2. Uno de los admiradores, que observan a la funambulista, sueña con estar a su "altura", aunque no llegue a ser una realidad. Belleza en las palabras y el sentido del texto. Te felicito, nuevamente, Pablo.

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    1. Anda, María José, y tú dices que yo soy generoso en mis comentarios. Tú sí que lo eres. Me encanta que me comentes y si, además, me regalas esas palabras, pues me quedo levitando como la bailarina.
      Un besazo.
      Pablo.

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  3. Pablo una preciosa historia de amor entre bambalinas, pero creo que no correspondido por parte de ella, que tan solo lo vive como tal el tramoyista mientras dura la actuación de ella.
    Me encanta ese "danzar sobre la orilla de su boca",o ese "silencio que detiene sus pies" y en realidad todo el lenguaje que has utilizado en todo tu relato.
    Buen relato Pablo, me ha gustado.
    Un abrazo.

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    1. Javier, tan amable como siempre, es una alegría ver con qué delicadeza has leído el relato, sacando frases que te han gustado.
      Es una suerte para todos tenerte aquí en cincuenta.
      Me alegra mucho que te haya gustado.
      Un abrazo.
      Pablo.

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  4. Un furtivo desamor sobre el fino filo de una cobardía que busca la seguridad de las sombras para aumentar la oscuridad.
    Es mejor caerse y romperse el alma, que apenas mantener el desequilibrio sobre la afilada cuerda del desasosiego. Alguien debería acercarse al tramoyista y decírselo.
    Un gran relato de lírica tristeza que transmite con intensidad la suerte de su protagonista.
    Grande Pablo. Es un enorme placer leerte.
    Un abrazo.

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    1. Antonio, repito siempre que me comentas algo que es evidente: tus comentarios son obras de arte que ensalzan mis relatos. Me quedo con la boca abierta cada vez que leo lo que escribes.
      Me reconforta mucho que hayas sacado ese comentario de esa bailarina que, cuando nadie la ve, mira de reojo al tramoyista sin atreverse a hablarle porque en los momentos que no reina en el escenario, le embriaga la timidez.
      Es un placer sentir lo que siento cada vez que te leo, Antonio. Tu escritura es sublime. Tienes un don y tenemos la suerte de disfrutarlo aquí.
      Un fuerte abrazo.
      Pablo.

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  5. Precioso Pablo. Una historia de amor y desamor llena de ternura. Me encantó!!!

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    1. Me alegra mucho que te encante. Quién sabe si el desamor puede romperse algún día en que uno de los dos dé el primer paso.
      Besos.
      Pablo.

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  6. Cuando la bailarina se mueve de una forma emparentada con lo divino, él, como tantos otros, se siente transportado, no puede ser indiferente. El movimiento termina, los sueños se vuelven imposibles, el amor torna a dolor y frustración. La realidad todo lo pone bajo un prisma racional, corta las alas, borra la escena deseada y cierra los ojos con un telar espeso, oscuro e impenetrable. Las historias de perdedores bien contadas, como es el caso, tienen un encanto propio, como ese corazón que danza sobre la esquina de su boca, hasta que los sueños funambulistas (qué hermosa palabra) pierden el equilibrio y caen de bruces. Aunque nada tiene que ver, me ha recordado un poco una canción de Víctor Manuel que, como este relato, me gusta mucho.
    Un abrazo fuerte, Pablo

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    1. Baila, baila, baila, bailarina. Él siempre espiando tras de una cortina.... Una genialidad esa canción.
      Ya comentaré y os iré agradeciendo a todos.
      Grandes palabras las que me dedicas, amigo Ángel.
      Un abrazo.
      Pablo.

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  7. ¿Y no es así el mundo real? Aunque esté fuera de su alcance, puede ser un amor muy tierno, en el que él será feliz esmerándose para que el escenario esté impecable para ella, que, seguro, seguro, de algo se habrá dado cuenta.
    Preciosísimo y con toques chaplinianos, además de bellamente escrito.
    Pal podio.

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    1. Estoy de acuerdo contigo, Patricia. El amor que siente el tramoyista lo puede demostrar esmerándose para que ella luzca aún más.
      Es obvio que ella se ha dado cuenta. De hecho sale corriendo del escenario y se encierra en su camerino porque está hasta el gorro de los admiradores pegajosos y sus pensamientos van hacia ese tramoyista, el único que la trata como una persona normal, respetuoso y amable, y por el que ella siente algo más que cariño. Pero su timidez le hace no acercarse a él. Quizá algún día en la calle, fuera del trabajo, puedan entablar una conversación de cortesía que termine en un café y en algo más. Así es como me gustaría que siguiera la historia de estos personajes. Aunque aquí están a disposición de los que leéis el relato para construirles el futuro que más os guste.
      Un beso grande y gracias por esa mención al podio. Es una alegría que te haya gustado tanto.
      Un besote fuerte.
      Pablo.

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  8. Para que un encuentro lírico halla lugar, deben darse razones poderosas que lo convoquen. Una es el tema, y este se presta; otra, el lenguaje, preciso, sostenido, poético, y se da; una tercera que pongo, es la sensibilidad del escribiente, el escritor que conduce el clima emocional del relato, y ahí, hilas fino, delicado. ¡Qué acierto! Enhorabuena, Pablo.

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    1. Manuel, con tu comentario me has hecho engordar varios kilos, y te aseguro que me sobran unos cuantos. Yo haciendo bici e intentando comer menos, con sudor y lágrimas intentando bajar de peso, bajando muy poco a poco, y de repente tu comentario me deja de nuevo en el peso con el que empecé.
      Muchísimas gracias por esas palabras que motivan y responsabilizan para seguir intentando sacar micros que os sigan gustando. Ese es el mejor premio.
      Por cierto, no sé si a alguno de vosotros cuando ha tenido éxito os han preguntado: «¿Y qué te han dado por ganar?». Odio esa pregunta, la verdad. Yo siempre digo lo mismo: una gran satisfacción. Pues eso es lo que me dais con vuestros comentarios.
      Un abrazo, Manuel.
      Pablo.

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  9. Inalcanzable como una estrella. Los amores en silencio son los más duros de llevar. Seguro te provoco una carcajada, pero a mí lo primero que me ha traído a la cabeza es la historia de King Kong, enamorado de lo que nunca podrá tener.
    Buenísimo, Pablo.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Vicente, me parece un ejemplo genial el que pones. Además, la chica llega a tener cariño por la bestia. Como ya he dicho antes, ¿quién sabe lo que pasa por la mente de esa bailarina que huye de las garras de la fama?
      Un abrazo y gracias por pararte a decirme lo que te ha parecido el micro. Es un placer leerte siempre.
      Pablo.

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  10. Me dejas sin palabras, Pablo. Después de leer los magníficos comentarios de los compañeros, prefiero no decir nada más que... ¡Qué poderío tienes, primo! Enhorabuena por esta exquisitez. Un beso tan grande como tú.

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    1. Prima, y después de lo que me dices ¿qué puedo decir yo? Que nunca pensé que el escribir me diera tantas alegrías como me las dais con vuestros comentarios.
      Cierto que soy grande. Me sobran kilos y me he empeñado en perderlos poco a poco, pero con las cosas que me decís engordo y engordo.
      Un beso muy fuerte.
      Pablo.

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  11. José Ramón SV23/9/16, 19:05

    De funambulistas llenito está el mundo, que se le va a hacer. Bello y poético a partes iguales. Saludos.

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    1. Estoy de acuerdo, José Ramón. Creo que el mundo está lleno de funambulistas y alguna vez en la vida, al menos yo, lo he sido. Gracias por tus palabras. hablando de belleza y poesía tú vas sobrado.
      Un abrazo.
      Pablo.

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  12. Ese equilibrio se puede perder casi a diario en la orilla de muchas bocas. Asegúrotelo.
    Abrazos y enhorabuena.

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    1. Como he dicho antes, Javier, ese equilibrio lo hemos perdido bastantes veces. Es una sensación que creo que hemos vivido alguna vez.
      Gracias por pasearte por aquí.
      Un abrazo.
      Pablo.

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  13. Bello relato, Pablo, me recuerda ficciones y realidades fundidas en sueños inalcanzables, como la de Remedios la bella, del genial Gabo, o la de la bailarina que se fugó con el sargento dejando la seguridad de un hogar, o la de Bella y la Bestia. Buen retrato del mundo de la farándula, el espectáculo debe continuar.

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    1. ¡Vaya, Pepe! Si te he recordado a todo eso mi relato ha cumoplido más de lo que yo pretendía. Me encantan esas obras que nombras y me siento más que halagado con tus palabras.
      Como bien dices, pase lo que pase, el espectáculo debe continuar.
      Un abrazo.
      Pablo.

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  14. Se podría decir que a través de esa exquisita descripción de la bailarina y su actuación dejas plasmada también la enorme pureza de ese amor en principio no correspondido. Todo un ejemplo de la gran importancia que tiene para el relato el modo en que es contado. Me han cautivado tanto la historia como sus personajes. Otro genuino Núñez, con D.O., para añadir a la colección.
    Un abrazo, amigo Pablo

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    1. Amigo Enrique, los genuinos Nuñez con D.O.(me encanta que los nombres así) beben de grandes autores que residen en este blog y de unos micros denominados Micromochones. De esos me quedan mucho que aprender.
      Que bien has desgrana do el micro, amigo.
      Un fuerte abrazo y gracias por todo, como siempre, padrino.
      Pablo.

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  15. Aparte de la preciosa canción de Víctor Manuel que cita Ángel, la bailarina en cuestión me ha recordado, entre muchos otros fotogramas borrosos, uno de la película de Sergio Leone, Érase una vez en América, en la que la actriz Elizabeth McGovern practicaba unos pasos de baile en soledad, quizá mientras la espiaba su enamorado, pero esto ya no lo recuerdo bien y tendría que volver a ver la película, lo cual no sería un mal plan para una tarde lluviosa.
    En cuanto al microcuento, parece estar escrito al ritmo armónico y poético con que la bailarina se mueve por el escenario; y también, al ritmo, sin duda, acelerado del corazón del tramoyista que la contempla, debido al latigazo de los celos por todos esos pretendientes que han copado las primeras filas, y por las propias hogueras que el amor provocará en él una noche tras otra mientras realiza su trabajo y ve al objeto de su devoción, seguramente, como un bien inalcanzable.
    Gran historia, Pablo, en el que has fundido un poema en prosa con un pequeño relato que no sé si, como en la canción de Serrat, deja en los labios gusto a mistela y a natillas con canela, aunque en su canción, Serrat, hablaba de la amistad. Pero deje el sabor que deje, después de leído, se quiere ‘paladear’ otra vez.
    Mi enhorabuena y un abrazo.

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    1. Enrique, no me canso de leerte en formato de micro como en formato de comentario. Admiro el respeto que nos tienes y el esfuerzo por hacernos estos comentarios que son una bendición para el que los recibe, y también para el que los lee sin recibirlos.
      Tendré que buscar esa película de Sergio Leone, que seguro que me va a gustar.
      Me encanta que digas que el micro está escrito con ritmo armónico y poético, de hecho, es lo que pretendía. En tiempos, hace muuuuchos años, intentaba ponerle letras a música de algunos amigos, y en este caso he intentado hacer una letra sin música, esperando la melodía que la acompañe. Así nacieron esta bailarina y este tramoyista.
      Por otra parte, me encanta Serrat y esa canción que mencionas, es de mis favoritas.
      Un comentario rico y redondo el tuyo.
      Mil gracias por pararte para dejarme esta delicia.
      Un abrazo, Enrique.
      Pablo.

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  16. La bailarina pierde todo el protagonismo en este bello relato en el que el tramoyista, con sus piruetas sobre el alambre oxidado de un amor no correspondido, sale a escena y recibe los aplausos de los que estamos sentados en las primeras filas de esta página web.
    Para el guionista de la obra, mi querido Pablo, una mención especial y un beso. Grande.

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    1. Margarita, mi maga de las letras, cómo me gusta que te gusten mis relatos y que me dejes estos comentarios que siempre me dejan unas sonrisa en la boca.
      Comentarios que me llenan porque explican de una manera que solo tú sabes hacerlo, la sensación que te ha dejado mi micro y eso me pone muy, pero que muy contento.
      Un beso muy fuerte.
      Pablo.

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  17. Ay, tal y como lo cuentas, creo que si yo viera a esa bailarina también querría pasear o bailar o incluso chapotear en la orilla de su boca.
    Preciso relato, Pablo. Abrazo.

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    1. Gracias, Carles. Defines muy bien le imagen que yo quería dar de la bailarina. Yo también me pasaría por esa orilla.
      Un fuerte abrazo, amigo beodo.
      Pablo.

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  18. Pablo, pones a las palabras a hacer filigranas casi líricas en este micro tan lleno de acrobacias circenses que nos dejan a todos embelesados mirando el escenario.
    Fuertes aplausos.
    Carme.
    (y un beso)

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    1. Recibo esos aplausos con una reverencia y unas sonrisa, Marí Carme. Me encantan las palabras que decoran tu comentario. Cómo no me van a gustar, si además de ponerme por las nubes lo haces con esa elegancia que te caracteriza.
      Un gustazo verte por aquí.
      Un beso.
      Pablo.

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  19. Precioso micro el de este amor no correspondido. La historia conmueve, pero la belleza está en el tono lírico con que nos la cuentas, Pablo.
    Aplausos y un abrazo.

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    1. Carmen, cuanto me alegra que te haya gustado ese tono lírico que intenté poner en esta historia de desamor.
      Un gran halago tus palabras.
      Un beso fuerte, Carmen.
      Pablo.

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  20. Siempre fui de la idea de que no hay nada más romántico que las historias de amor, en las que, por lo menos uno de los protagonistas lo ve como un amor imposible. Es algo tan grande que yo, que estuve en esa situación, nunca logré traducirlo en palabras. Sólo algunos pocos privilegiados, como tú, poseen el don de hacerlo, como en este micro con el que nos deslumbras.

    Grande, Pablo.

    Un abrazo

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    1. Georges, lo primero agradecerte tan generoso comentario.
      Creo que, alguna vez en la vida, esa situación la hemos vivido antes o después. Yo estoy seguro que tú eres capaz de plasmar una situación parecida en palabras y todo lo que te propongas.
      Quizá, a mí me haya ayudado el escuchar y leer media vida las canciones de Bruce Springsteen, en las que suelen vivir los perdedores. Se me acaba de ocurrir, pero puede ser posible: siempre me gustaron mucho estas historias que cuenta y canta el Boss.
      Un fuerte abrazo.
      Pablo.

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    2. Pues no, Pablo. Muchas veces he tratado de poner en letras la vivencia más importante de mi vida y siempre ha sido un fracaso. Para lograrlo hubiese sido necesario tener el genio de Jacques Brel, o el tuyo.

      Otro abrazo.

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  21. Pablo, bello relato, donde nos cuentas de forma poética el amor del tramoyista por la bailarina, que cuando baja el telón le devuelve a la cruda realidad.
    Enhorabuena. Es una preciosidad.
    Besos

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado, Pilar. es muy importante para mí que una persona de tu sensibilidad me deje estas bellas palabras.
      Un besote.
      Pablo.

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  22. ¡Ay, Pablo! Es una preciosidad este amor que describes. Me he quedado embobada leyéndolo una y otra vez.
    El relato en sí es una joya y las dos frases que cierran los dos párrafos son espectaculares. La primera esperanzadora y la última, todo lo contrario, quizá ese contraste haga el micro mucho más potente si cabe.
    "Mi corazón danza sobre la orilla de su boca".
    "Mis sueños funambulistas van perdiendo el equilibrio".
    Es una belleza de principio a fin y después de todo lo que ya te han dicho los cincuentistas, poco más puedo añadir, te mando mi enhorabuena y te doy las gracias por haber escrito esta maravilla.
    Un beso enorme.
    Malu.

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    1. Mi querida Malu, y ahora qué digo yo. Pues que me quedo embobado leyendo tu pedazo de comentario y cuando me entren ganas de dejar de escribir porque creo que solo me salen chorradas, y me pasa de vez en cuando, echaré mano de dos de tus comentarios: de este y de uno que se me quedó en la memoria que le hiciste a mi primer relato en esta maravillosa comunidad.
      Siempre digo que Enrique Mochón es mi padrino porque me trajo hasta aquí. A ti te siento como mi madrina desde que apostaste por mí en aquel lejano relato llamado: "Alma de ida y vuelta". Me animaron tanto tus palabras que desde entonces, antes de publicar un relato, lo repaso y repaso para que, al menos, mi padrino y mi madrina no se avergüencen de su ahijado.
      Mil besos.
      Pablo.

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    2. Pues ahora sí que estoy que no quepo en mí. La verdad es que me acuerdo perfectamente de tu estreno, fue muy, pero que muy potente y sabía que eras de los buenos. A día de hoy me alegro de que se vayan confirmando mes a mes mis predicciones.
      Y soy una orgullosa madrina, por supuesto.
      Besos mil otra vez.

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  23. Puede que ella se canse y se aburra de esos pretendientes, que le resulten todos iguales. Puede que el contacto, el roce, el día a día, los ensayos le unan más a ese tramoyista. La pregunta es: ¿el corazón de ella se dará cuanta?
    En un micro muy bonito, pero eso ya te lo han dicho. ¿Verdad?
    Me gustó mucho

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    1. Muchas gracias, Luisa.
      Me encanta la reflexión que haces porque, aunque el relato, una vez publicado ya es del lector, o así lo veo yo, al escribirlo pensaba que la bailarina sentía algo, que por eso huía de sus pretendientes, que agazapada en su timidez, pasaba volando sin apenas mirar a ese tramoyista que la observa desde bambalinas y para el que ella baila cada noche.
      Sería muy bonito que algún día se acercaran y se despojasen de su pudor.
      Un beso.
      Pablo.

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  24. Al leer el micro, ha saltado a mi memoria la imagen del inolvidable Charlot, entre candilejas.
    Suerte, Pablo.

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    1. Maria Jesús, nada menos que "candilejas" y Chaplin, "casi ná".
      Vaya satisfacciones que me están dando la bailarina y el tramoyista gracias a vuestros inmensos comentarios.
      Nada, mañana me llevo a los dos y los invito a comer ;-)

      Un besote.
      Pablo.

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  25. Casi un poema es la historia que nos presentas, al leerla me vino a la memoria el clásico cuento de El soldadito de plomo con su amor por la bailarina. Sueños, que flotan en delicado equilibrio sobre el gran circo de la vida. Más que un cuento es una excelente alegoría.

    Sobra decir que me ha encantado. Un saludo, Pablo.

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    1. Gracias, Manoli, por este precioso comentario que me has dejado. Como siempre digo, así da gusto escribir aquí.
      Un beso.
      Pablo.

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