Enemigo empedernido

La lluvia caía a torrentes, el cielo estaba cubierto de relámpagos. Una mujer vagaba por la noche ofreciendo su sexo al solitario. Encantadoramente bella, no parecía una criatura terrestre. La denunció por conducta inapropiada el hombre que la amaba tras verla fornicar desnuda en el balcón con su insoslayable enemigo.
Escrito por Lucía Folino - Web

19 comentarios :

  1. Aunque ella estuviese trabajando, el no pudo reprimir sus celos, pero sobre todo que fuese con su "enemigo empedernido".
    Creo que la final la única que va a pagar las consecuencias de esta rivalidad va a ser ella.
    Buen relato, Lucia.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como bien sabes, cada lector con su interpretación. Me gusta entrar a leer comentarios porque muchas veces son distantes de lo que he imaginado.
      ¿Y si su más insoslayable enemigo, el más empedernido de todos fuera él mismo que no tolera la "profesión" de su mujer?
      ¿Y si fuera justamente otro a quien odia y puede pagar lo que él no costea?
      ¿Y si ella fuera lo que parecía: una criatura NO TERRESTRE?
      ¿Y si el hombre que la amaba no fuera sino un el hombre que ella soñaba en su propia imaginación confusa por la lluvia y los relámpagos?
      Has visto violencia ("al final la única que va a pagar las consecuencias") donde no la hay explicita. Es un síntoma que debería preocuparte. ¿O serías capaz de matarla?

      Eliminar
    2. Mira, Lu, no sé si me debería preocupar, mis elucubraciones mentales no son tan fluidas a lo mejor como las tuyas, simplemente quise indicar que entre esos dos hombres, sean quienes sean, al final la única que sufriría las consecuencias sería ella, ya que había sido denunciada, como indicas en tu texto.. Nunca he visto violencia, ni mataría a nadie, ni menos indicaría a alguien que me hace un comentario amable a un escrito mío que se preocupe por algo como si estuviera enfermo, como tu dices es u a interpretación del lector, pero aquí la única que ha hablado de violencia o de matar has sido tú, a lo mejor quien se lo tiene que hacer mirar eres tú.
      De lo que sí que estoy seguro es que nunca más volveré a comentar un texto tuyo, creo que no merecía una respuesta como la que me has hecho, sobre todo en tus frases finales.
      Y ahora contéstame lo que te de la gana, para mí esto es el final, nunca más interpretarás mis palabras, no las habrá jamás, como he dicho ni a este, ni a ningún otro texto tuyo.
      Un saludo y sin acritud, slo libertad de expresión y opinión..

      Eliminar
    3. Leí con atención los reclamos de las cuentistas que han comentado y podrás leer debajo, si no te enfadas, las respuestas que di a los demás comentarios.
      Te pido mil perdones si ha sonado como una acusación. La pregunta final era abierta, amistosa, con un poco de humor, porque sé que serías incapaz.
      Me he explayado demasiado en el juego de perplejidad que intenté hacer con este micro. No olvides que son solo 50 palabras, que hay miles de cuentos maravillosos que recordar y que esto fue solo un "experimento" si quieres llamarlo así, para no ser tan formal en las devoluciones.
      Me equivoqué.
      Tienes todo el derecho del mundo en comentar o no comentar lo que se te antoje. Y yo tengo todo el derecho del mundo de agradecer y cerrar mi boca cuando no se comprenda que no nos estamos jugando la vida en esto. Es bello un pasatiempo y por demás interesante por lo que se puede aprender de los demás.
      Sin acritud te pido nuevamente disculpas.

      Eliminar
  2. Una extraña situación y una conducta, igualmente, singular la que nos propone tu protagonista. Desde luego, fornicar en el balcón bajo los relámpagos ya supone un riesgo considerable. Más si es con el enemigo del amante que te vigila.
    Ese balcón, está que arde a pesar de la lluvia. Saludos, Lu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Manuel: siempre que hay pasión, hay celos, narcisismos, reminiscencias, virtualidades que están en el mundo mágico de la mente. Me remito a la respuesta que le he dado a Puchades.

      Muchas gracias por tu respuesta.

      Eliminar
  3. Los celos son incontrolables y ciegan el amor.
    Lo has contado de una forma muy sensorial. A todos nos está mojando la lluvia.
    Suerte, y un besito virtual, Lucia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María Jesús: donde tú has visto celos incontrolables, Javier sospechó violencia futura y Manuel vio claramente a dos hombres compartiendo una mujer. ¿Seria una mujer esa prostituta y extrañamente bella criatura que NO LO PARECÍA? ¿Y si no hubiera un otro y denunciante y denunciado fueran la misma persona?
      Besos

      Eliminar
  4. Has logrado un relato muy visual. Le daré vueltas a ese enemigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias María. Espero que también hayas escuchado el ruido de los truenos que siguen a los relámpagos, olido la humedad de la noche, tocado la piel del/la/los/las amante/s y te hayas podido colgar del balcón.

      Eliminar
  5. Un relato sujeto a muchas posibles interpretaciones. Un hombre ama de forma incondicional a una hermosa mujer. Al mismo tiempo odia sin remedio a un hombre. Que esas dos personas, situadas en sus dos extremos de apreciación entren en contacto es algo que no puede consentir, de ahí esa denuncia, que en verdad parece quedarse corta, pues con parecidos mimbres se han cometido muchos crímenes pasionales.
    Saludos, Lu

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Ángel.
      Sé que es una apuesta fuerte tratar de contar en cincuenta palabras varias historias distintas, dejando la interpretación librada al lector que encuentra la perplejidad en el texto.
      Si el hombre fuera su propio enemigo (no es algo extraño) no obstante acceder a la mujer que lo excita con su belleza podría llegar a denunciarla por su conducta ilícita. Sin embargo, la lluvia, los relámpagos intentan crear una atmósfera de reminiscencia. ¿El hombre es un hombre real o es la idea que tenemos de hombre-que no tolera compartir a su hembra? Aunque claro ¿y si fuera musulmán, le importaría tanto, dado el carácter poligámico de esas relaciones? ¿La mujer es mujer o es la representación de una criatura que parecía no terrestre?
      Me ha dicho Javier que él vislumbró un crimen en la escena. Podría ser. O no. La vio fornicar desnuda con su enemigo (¿el mismo real o en su afán onanista, quizás)

      Lo que sabemos con certeza es que era de noche, llovía a cántaros, y en la escena narrativa vemos a dos (¿o tres' ¿o una o ninguna?) personas con una denuncia.
      Tampoco nos consta que la denuncia fuera judicial, policial o ante un confesor o un amigo. Solo "la denunció". ¿Cuál sería aquí la conducta inapropiada? ¿Vagar por la noche? ¿Ofrecer sexo?- no dice que haya dinero de por medio - Solo dice que lo ofrecía al "solitario". ¿Por qué hemos asumido que hay comercio carnal en esa entrega?
      En otras explicaciones he comentado que el enemigo más feroz que tenemos somos nosotros mismos. Si logramos superar esas pasiones nos volveremos dioses. ¿Y si la mujer fuera Dios que se presenta tras relámpagos y lluvias torrenciales?

      Las hipótesis no se terminan. Traté de elegir cada palabra y colocarla como la capa de una cebolla para proteger el centro del cuento: la relación de amor-odio es según la miremos parte de nuestra propia divinidad humana.

      Eliminar
  6. Lucía, entro aquí no para comentar tu relato -no deseo que me analices como si fuera un personaje de ficción o una paciente en el diván del psicoanalista-, sino para explicarte que en esta familia que formamos los cincuentistas valoramos el respeto mutuo y lo primero que hacemos ante quien se molesta en leernos y dedicarnos unas palabras amables es dar las gracias.
    Atentamente, Carmen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco mucho por decirme algo que es fundamental. La buena convivencia. Siempre, siempre he dado y doy las gracias por los comentarios. Me pareció -perdón por la irreverencia- que abrir el juego no era una falta de respeto. Por lo menos, no me lo parecía. Lejos de intentar psicoanalizar a nadie (no soy quien para hacerlo), me atreví a jugar con sus interpretaciones abriendo un abanico.
      Pido disculpas si alguno se ofendió con mis comentarios.

      Eliminar
  7. Hola, Lu. Yo no te había comentado nada porque no entendía tu relato. En lo de la incomprensión soy la número 1 de esta página, como es bien sabido. Y, porque no se me entienda, sólo me he molestado una única vez con un comentario que me hizo daño porque en ese momento estaba mal por motivos personales. Más tarde lo volví a leer y reconocí que no era para tanto.
    Por más veces que he leído el comentario de Javier, yo no encuentro motivos para tu respuesta, ni veo asomo alguno de violencia en lo que dice. Y pienso que, tal vez, haya habido algún malentendido, que, aunque compartimos la misma lengua, algunos giros idiomáticos a veces son diferentes. Me cuesta creer que una mujer de tu sensibilidad haya querido ofender, a idea, a nadie. Y escribir en este formato tan breve se presta mucho a abrir las interpretaciones a abanicos de posibilidades extraordinarias. A mí me han enseñado mucho los comentarios de los demás y es por eso que me siento tan unida a esta gran familia. Como dice Carmen, sin el respeto, no hay enseñanza posible.
    Javier es una de las pocas personas que comentan todos los relatos, incluso a personas que nunca dan ni las gracias, y no se merecía una respuesta tan agria. Si no era tu intención, no dudes en aclararlo. Te aseguro que él es una buena persona. Y aquí, cabemos todos, o eso me gusta pensar.
    Perdón a los dos por meterme, pero aprecio vuestras letras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón, Patricia. En medios donde una es generosamente recibida, algunas cosas se pueden malinterpretar.
      La calidad de los relatos de cincuentapalabras (tú bien lo sabes porque eres de las mejores cuentistas) es extraordinaria. Entonces, se me ocurrió hacer un relato con la suficiente perplejidad como para "alborotar el gallinero", que diríamos aquí en Argentina. No tuvo la menor mala fe. Y viendo algunas reacciones, le pido disculpas a Javier o a quien se haya sentido agredido. Sobre todo porque Javier es de una extrema generosidad al leer a todos, darles la bienvenida y tal.
      He comprendido las respuestas y no tuve animosidad. Se trató de un truco. Por favor, no os toméis la literatura tan en serio. Disfrutarla es lo mejor que nos puede pasar.

      ¿Te hice algún comentario que te hizo daño? Lo siento mucho.

      Eliminar
    2. No, no, no me refería a ti. Lo he mencionado como ejemplo de que se pueden malinterpretar los comentarios.
      Muchas gracias, Lu.
      Un abrazo.

      Eliminar
    3. Seguí el sabio consejo de quienes se conocen desde hace años y le he escrito a Javier.


      Otro abrazo para ti, Patricia.

      Eliminar
  8. Siempre he pensado que si se ama a alguien se acepta todo lo que haga, incluso que no le gustemos. Claro que hacerlo en público…
    Saludos, Lucía

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!