Realidad líquida

Ni hielo ni tierra. Nada sólido en rededor. Solo ácidas aguas y bruma impenetrable a la vista durante días y días. Al despejar un instante, he cerciorado mi error. No me hallo solo. Millones de seres navegamos a la deriva, cada cual aislado en su témpano virtual tras la desconexión.
Escrito por Manuel Bocanegra

47 comentarios :

  1. Aquí, Trinity. Sólo nos salvamos los que nos resistimos a la alienación. Sufrimos persecución, acoso y encarcelamiento. Pero ahora somos los únicos preparados para sobrevivir. No nos da pena veros a la deriva, pues ya lo estábais.
    Pirata Bocanegra, vire a estribor, que le esperan para entregarle una corona de laurel y una botella de orujo.

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    1. Estabais sin acento. Hasta aquí llega la manipulación.

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    2. Capitana Richmond esta deriva sin ron no está siendo nada agradable, necesitamos un trago bravo y con coraje para sortear el Cabo de los Vientos.Si pudiera enviarnos esa botella...si no, aunque sea, lance al mar una botella vacía con algunas de sus luminosas palabras que nos den vigor.
      Suyo, Pirata Bocanegra Virtual. A sus pies.

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    3. El cuento es excelente, y los comentarios generosos y geniales.

      Lu



      (Hey: ¿Si digo que "solo" no se acentúa -ni siquiera es optativo, como lo fue durante décadas, porque hace siete años que se considera error gramatical- me echarán del témpano?)

      Qué placer leerlos (o leeros, para escribirlo en correcto español)

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    4. Queda admitida tu anotación. Tome nota la capitana, que con tanto orujo se lo coló la tilde. No te vayas del témpano, Lu, que necesitamos tu ojo ortográfico para navegar mejor. Jejej

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  2. Manuel, nos muestras una realidad que tal vez llegue en el futuro o que tal vez ya está aquí. Si se produce esa desconexión todos quedaremos aislados o a lo mejor ya lo estamos, cada uno viviendo en nuestra realidad virtual, centrados en ese mundo no real y en donde muchos quedan aislados pensando que su vida es esa.
    Me gusta mucho tu frase final, ese témpano virtual es una imagen impresionante.
    Un relato que tal vez parezca como de ciencia ficción pero que como he dicho me parece lleno de una gran realidad y muy actual.
    Muy buen relato, Manuel, me ha gustado mucho.
    Un abrazo enorme.

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    1. Mis últimas lecturas, apasionantes pero un tanto demoledoras sobre nuestro inminente futuro, me han inspirado esta deriva virtual apoyado en esa imagen que precisamente tú destacas. Seres que privados de su individualidad conectada, viven un naufragio colectivo después del fin del mundo conocido.
      Como bien dices, nado en aguas cercanas a la ciencia ficción y en la corriente de la libre imaginación. A veces, intento dar rienda suelta a las asociaciones ocasionales y llevarlas al papel a ver si fluyen.
      Me alegra que te haya gustado. Te agradezco tu acertado comentario. Un abrazo grande, Javier.

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  3. Manuel, una realidad líquida que nos está dejando los ojos "licuados" y la mente casi en blanco. En la deriva estamos, al menos nos vemos a lo lejos en el navegar...
    Me ha gustado mucho.
    Besicos

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    1. Fuerza tiene esa corriente que nos arrastra. Una deriva que nos lleva idefectiblemente hacia la tecnoevolución como nueva etapa de nuestro desarrollo como especie.
      Mientras tanto, a navegar.Un beso, Carmen.

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  4. Manuel, todo el relato me parece una metáfora. Interpreto que nos hablas de la incomunicación que existe en las relaciones personales, las personas solo se interrelacionan de forma virtual, son como islas, que viven desconectadas de la realidad. Es muy triste, pero es real, nada de ciencia ficción.
    Muy buen relato, escrito de forma excelente.
    Besos apretados, Manuel.

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    1. Tu visión del relato me parece muy interesante. Si le quitamos los timbales apocalípticos, el relato habla de la individualidad exhacerbada de nuestro tiempo que acaba creando infinitas islas incomunicadas a lo largo del planeta. Casi tantas islas como personas que lo habitan. Vivimos ya un tiempo nuevo, pero tal vez, sea solo antesala del nuevo tipo de civilización que se aproxima. Por primera vez en la historia, nuestros pies se asientan sobre una enorme falla virtual que recorre el planeta de parte a parte.
      Gracias por tus palabras y tu consideración hacia las mías. Sabes cuánto me gusta que te pases por aquí. Un beso grande, Pilar.

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  5. Gran forma de describir la incomunicación en la que podemos acabar si seguimos avanzando a nivel tecnológico más que en valores y en humanidad. Como le ocurre a tu protagonista que ni siquiera había alcanzado a levantar la mirada para ver al resto de personas. La situación me recuerda, en parte, por aquel tema "Llamando a la Tierra" de Mclan:

    "...No hay señal, no hay señal de vida humana
    y yo, perdido en el tiempo,
    perdido en otra dimensión.
    Quisiera volver,
    no termina nunca esta misión,
    me acuerdo de ti
    como un cuento de ciencia-ficción
    se pasan los días
    no hay noticias desde la estación..."

    Felicidades y un abrazo. Enrique

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    1. ¡Qué gran canción, Enrique! Hace mucho que no la escucho, pero me encanta.Mañana me pongo con los Mclan. El tema liga perfecto con mi historia. La incomunicación como amenaza a la individualidad suprema, que pasa de la soledad enriquecida al aislamiento enajenado.
      Gracia por tus palabras y por traerme de nuevo viejos temas que escuchar. Un abrazo, Enrique.

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  6. "Desconexión", una palabra terrible con la que concluyes, que podemos asimilar, sin miedo a exagerar, con otra no menos implacable, por el vacío que causa y el no saber qué ocurrirá después, si es que sucede algo: "Muerte". Tanto nos vamos habituando a la conectividad, redes sociales, mensajes de todo tipo e Internet, que si todo nos fuese suprimido de un plumazo sentiríamos que lo que parecía sólido ha dejado de serlo y hemos quedado descabezados sin remedio, aislados en un magma indefinido de incomunicación, una especie con la evolución cortada al ver suprimida la única posible vía evolutiva a la que parece aferrarse. Un toque de atención para advertir de que el progreso técnico debe ir parejo con el humano a nivel integral, que el desarrollo ha de ser homogéneo, que todo no puede echarse a una sola carta, pues el humano es un ser complejo con muchas vertientes.
    Ya se nota que sabes bien que la ciencia ficción es un campo inagotable para crear historias, en este caso, apocalíptica y con unas descripciones meritorias que, aunque sobrecogedoras, no están lejos de lo poético.
    Un abrazo, Manuel

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  7. Es un tema apasionante este que comentas, Ángel. Probablemente estemos atravesando un punto de inflexión en la evolución humana. La especie parece que en un futuro próximo pueda desligarse de sus vínculos más primarios y entroncar con las máquinas, compartiendo con ellas tareas, espacios e incluso sexo y sentimientos. Máquinas sensibles, humanos robotizados. De hecho, existen ya experiencias reales con organismos cibernéticos, personas a las que se han hecho implantes para superar carencias o potenciar facultades concretas. El inmenso reto está en que seamos o no capaces seguir evolucionando humanamente, tal como apuntas. Está en juego nuestra esencia originaria, pero también la especie, y con ella, el resto de la biodiversidad existente.
    Seguir evolucionando o sucumbir como especie, morir de éxito. He ahí el otro gran riesgo. La madre de las bombas, tan cacareada, no es sino una ratificación del poder destructivo de la tecnología punta, usada poco más o menos que con el mismo instinto violento y primitivo con el que las más remotas tribus se lanzaban palos y piedras entre sí. ¿Evolución tecnológica, involución racional?
    Este estado de zozobra es increíblemente rico para explorar, para elucubrar, para escribir y crear fantasías posibles, distopías, ensueños. Estamos en el eje de la peonza, por ello no hay otra posibilidad que girar con ella y mientras podamos, contarlo.
    Aquí, en cincuenta, es una gozada, pues comentarios como este tuyo estimulan el intercambio, la reflexión, las ganas de volver con otro relato al mes siguiente.
    Gracias y un abrazo, Ángel.

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  8. Los humanos actuales nos encontramos en el comienzo de una nueva era marcada por una tecnología que nos intercomunica virtualmente y nos aísla como individuos sociales que somos. En esa "realidad líquida" navegamos a la deriva hacia un futuro incierto, quizá semejante a una distopía, si no somos capaces de salvaguardar y transmitir los valores de nuestras mejores etapas culturales y sociales. El mayor peligro al que estamos expuestos, amén de las armas, es el de la alienación. Ya estamos avisados desde Orwell, Huxley y alguna mente preclara. Gracias, Manuel, por volver a recordárnoslo con tan bellas imágenes.
    Un placer leerte. Besos.

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  9. En el decurso de la historia, avisos no han faltado al ser humano para rectificar ciertos aspectos de nuestra evolución como sociedad que parecen derivar de forma alarmante hacia polos extremos donde perderíamos valores humanos esenciales convirtiéndonos en una civilización enajenada y alienada, en virtud de una individualidad potenciada por el poder para atomizar la sociedad y desposeerla de la fuerza descomunal que poseen las masas sociales unidad en torno a una ideología, un proyecto o una idea común y compartida.
    Lo paradójico, sería tal vez que el mismo sistema que nos permite interconectarnos globalmente y nos permite comunicarnos directamente en tiempo real con millones de seres, sea, a la vez, el mecanismo que potencia esa individualidad autosuficiente y virtual que parece ser característica de los humanos de la nueva época.
    Un tiempo con sus luces y sus sombras, como todo tiempo anterior. Solo que este camina a velocidad de vértigo y nos exige, a cada momento, ir más deprisa para no perder el tren. En ese camino acelerado, creo como tú, que corremos el riesgo de perdernos.
    No hay duda que la Humanidad vive hoy al borde de un umbral de incertidumbre. De un agujero negro o de una nueva dimensión.
    Gracias, Carmen. Tu visita me enriquece con tu punto de vista y tu serenidad. Igual te digo. Leerte no es solo placer, sino manera de seguir aprendiendo. Un beso. Hasta el próximo,

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  10. Temática de ciencia ficción que da miedito, de tan cercana que se ve, Manuel. Me ha encantado (pero es que a mí me gusta todo lo que escribes, no soy imparcial, jajaja).
    Un beso.

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  11. ¡Qué salada eres, Mª José! Tu comentario es un chute de simpatía y de energía positiva. Tenerte de incondicional, además de tenerte como referencia narrativa, es para mí todo un lujo. Un beso.

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  12. Tu ciencia ficción tiene sus pies firmemente posados en el presente. La realidad desoladora que describes en forma impecable, se está instalando entre nosotros en forma silenciosa. Tenemos sólido en rededor, pero muchas veces lo ignoramos, preferimos la realidad y las relaciones virtuales, que tienen mucdho más de virtual que de realidad y relación, y cuando por un problema técnico, nos vemos desconectaos nos sentimos perdidos y a la deriva.
    Genial relato, Manuel.
    Un cordial saludo.

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    1. Así es. Será tal vez ese veneno líquido que nos crea adicción el que pone nuestros sentidos en una órbita distinta. Este salto tecnoevolutivo ¿nos aleja de nuestra esencia o crea una nueva especie mejorada? ¿perdemos o ganamos?
      De todas, yo me he dejado llevar por ciertos cantos apocalípticos y ciertas distopías pesimistas (creo que casi todas lo son) y he querido plasmar las reflexiones que he hecho al hilo de las últimas lecturas, preparando un escenario donde lo virtual sucumbe al mismo tiempo que lo físico y la humanidad navega a la deriva en un sueño, de momento sin arribo.
      Gracias por tus palabras, Georges. Saludos.

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  13. No sé si esa realidad líquida que nos presentas en tu microcuento está emparentada con la que Zygmunt Bauman reflejó en sus libros, por la forma siniestra en la que aparece creo que está en proceso de convertirse en gaseosa, y ese mundo de seres aislados que navegan a la deriva, en un ambiente de aguas ácidas y bruma, podría incluirse en alguno de los círculos infernales de Dante.
    Tu microcuento puede tener, al menos, dos lecturas: la metafórica y la literal. En la primera de esas lecturas, esa realidad en la que los seres insertos en ella van a la deriva, desconectados de todos los demás, podría ser un reflejo de nuestras sociedades del bienestar, tan autocomplacientes y tan ajenas a los graves problemas que tiene el mundo, muchos de ellos generados por nuestra ceguera y nuestras vidas de consumo inconsecuente y de falta de solidaridad con todos los desheredados del planeta.
    La literal sería mucho más siniestra, pues supondría que esa ceguera y ese pasotismo han causado males enormes y han convertido la tierra en un lugar diatópico y de pesadilla.
    Sea como fuere, ambas visiones, que se complementan, suponen una crítica a nuestra incomprensible inconsecuencia, en la que la razón parece naufragar, en la que poco a poco, nos vamos hundiendo en el fango, y retrocedemos en tantos derechos conseguidos, y ya no hay consenso mayoritario en muchas ideas que eran indiscutibles, mientras viejos fantasmas que llevaron al mundo a un colapso espantoso vuelven a aparecer.
    En la que intelectuales o pseudointelectuales que se dicen liberales y de izquierdas les parece estupendo que la gente gane sueldos de supervivencia -¿es mejor que estar en el paro?, dicen-, o que tengan que buscar trabajo en cualquier lugar del planeta desarraigándose de su familia y su tierra; y no sólo eso, el trabajo para toda la vida les parece una antigualla y algo irrisorio. O sea, que lo último de lo último es trabajos precarios en el quinto pino y por poco tiempo.
    Por otra parte, cómo entender que gran parte de la suerte del mundo esté ahora mismo en manos de dos personajes como Donald Trump y Kim Jong-un, dos bravucones descerebrados, con armas atómicas en las cartucheras amenazándose mutuamente. Y al lado de estas amenazas apocalípticas y del caos que te cae encima en cuanto le des un somero repaso al mundo en el que vivimos, uno lee noticias como las de que la inmortalidad está ya casi al alcance de la mano. No entiendo nada.
    Gran microcuento, Manuel, un abrazo.

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  14. Leemos para comprender. Si no fuera por los pensadores, sociólogos como Bauman y Donskis (cuyo libro Ceguera moral me inspiró muchas reflexiones del orden de las que tú traes a colación en tu comentario)que nos ayudan entender el cómo y el porqué de las situaciones que han conducido al mundo hasta el borde de un precipicio al que solo es posible llegar del modo que llega el burro a despeñarse siguiendo la zanahoria del poder y del dinero, uno no tardaría en desquiciarse y dejar de apreciar la primavera hermosa que se evidencia ahora por doquier, la sonrisa de los niños disfrutando de las vacaciones, el empeño y la fe de algunos que a pesar de los dislates pseudorreligiosos de estos días, consiguen mantener su espíritu en alerta y prender renovada una esperanza en un mundo capaz de redimirse. Gracias a ellos, uno al menos, comprende que una característica de la realidad presente es la de licuarse, probablemente porque es una manera que tiene la realidad, como la materia, de pasar de un estado a otro. ¿Mejor?. La realidad que nos envuelve está cambiando, lo sólido (estado, relaciones, ideologías, seguridades, valores, derechos...)se transforma. Adviene una nueva época.
    Así que al menos, uno dice "esto es" y se vuelve a la contemplación de las pequeñas cosas, conviniendo (de manera pesimista, muy pesimista) que no hay solución global al alcance de la mano que no pase por la eliminación de un sistema exponencial basado en la explotación de recursos, seres, valores, culturas, pueblos, pensamientos, ideologías...
    Has leído, Enrique, el micro en las únicas dos posibilidades que había. Las dos son, más que pesimistas, realistas y, claro, un poco fantásticas, pues también he tratado de "crear" un escenario donde expresar mi desazón. Temo haberte contagiado un tanto, puesto que tu lectura sensible hace que atravieses las capas del texto como un escalpelo que sabe llegar a las fuentes que manan bajo la piel de las palabras.
    Tal vez, debemos aceptar que nuestro paso en la inmensidad del cosmos no es sino un nanosegundo en los trece mil millones de años del universo, y que nuestra nicho ecológico, en su momento, será ocupado, esperemos, por otra especie, o por una versión humana mejorada de la nuestra, con más sentido común, menos invasiva y destructiva para consigo misma.
    Esperaba tu punto de vista y tu comentario. Sabía que encontrarías la lectura inspiradora, aunque también está detrás del texto La posibilidad de una isla y su controvertida distopía, así como algunas películas que ya especulan con un mundo sin conexión.
    Mi agradecimiento por la profundidad de tu comentario, el alcance de tus reflexiones y la consideración por mi relato.
    Recibe un abrazo.

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  15. Pues sí, señor Bocanegra, estamos abocados a una realidad líquida insoportable.
    "Vamos a nuestra bola", vivimos en nuestra isla particular, en nuestro témpano virtual, a la deriva y esto no hay quien lo remedie. Así de triste...
    Y qué bien lo has contado, fantástico, Manuel, enhorabuena.
    Un beso grande.
    Malu.

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  16. Si es que tenemos una marcha de más, Malu. Por fortuna nuestra isla de cincuenta será un refugio a salvo de la fusión global. Si nos desconectan, utilizaremos los relatos como salvavidas y leyéndonos unos a otros en voz alta, nos encontrarnos sobre las aguas y seremos origen de una nueva humanidad lectora. Puede que esté hasta bien este desenlace. Jajaj.
    Besazo, Malu.

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  17. En "desconexión" ya andamos... Cada vez vamos más a lo nuestro sin reparar en los que tenemos al lado, nuestros vecinos. El ser humano se está volviendo muy egoísta.
    Una "ciencia ficción" muy cercana. Es una pena.
    Me ha gustado tu forma de contarlo. Un beso.

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  18. Y que lo digas. No se trata de ciencia ficción, si no más bien de ciencia inmediata y de incomunicación, que a poco que nos descuidemos, se convierte en indiferencia banal.
    Gracias por pasarte. Un beso, Olga.

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  19. No nos salvamos nadie. Todos somos rehenes de la tecnología, que aparentemente nos comunica, pero que nos une en la soledad virtual.
    Fantástica y acertadísima la frase con la que cierras el micro.
    Un relato de máxima actualidad por el que apuesto.
    Saludos virtuales, como no podría ser de otra manera, Manuel

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    1. Estamos pillados, anda que no. Mírame contestándote después de llevar como tres horas en el ordenador navegando a la deriva por una razón u otra. Me desenchufan ahora y me hacen mártir de la causa. lloraría por un niño de impotencia. Si hasta me mosqueo cuando va lenta la conexión. Estamos, poco más o menos, que en estado virtual permanente.
      Virtualmente, pues, respondo a tu saludo y te agradezco el comentario. Tú si que te has marcado uno fuera de serie este mes. Un beso, Mª Jesús.

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  20. Siempre he creído que las redes sociales unen soledades y esto lo has reflejado de una forma absolutamente magistral, Manuel.
    Las pantallas como témpanos virtuales que resultan vacíos e inertes sin interconexión. Miradas sin nada a lo que aferrarse, con los ojos ciegos de par en par sobre un mundo tan pequeño como el témpano que va menguando a la deriva.
    Un relato magnífico. Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Me alegra mucho verte de nuevo por cincuenta, Antonio. Tus palabras, siempre acertadas y sensibles, son bienvenidas. Más ahora, en este especial momento que atraviesas. Un témpano es el alma cuando se enfría con una pérdida significativa, pero el calor de su recuerdo volverá a ella como un ave y hará nido en ti de nuevo. Sin darte cuenta, te habitará su presencia amada entonces, te acompañará y estará incluso más presente que antes, aunque de otra forma. Inasible, no sujeta a ley ni a materia.
      En algún momento de la vida hilamos ya nuestra historia a través de las pérdidas sufridas. Trata la vida de enseñarnos que perder es vivir, que perdemos para crecer, para aprender a partir también, porque la vida, tal vez, no es sino un punto de partida hacia la infinitud.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo grande, Antonio.

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  21. Tu estremecedor texto me recuerda a esos chavales japoneses que no salen de casa. Si ahora su vida no debe de ser gran cosa, ¿cómo sería, esta, sin esa conexión? Un saludo y suerte, Manuel.

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    1. Hay realidades extremas, como la que citas, que ponen los pelos de punta. La fábrica virtual a gran escala produce sus desechos.
      Gracias por tu comentario, Jesús. Saludos.

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  22. Como la vida misma: miles de náufragos que esperan ser salvados sin advertir que todos están igual.
    Saludos, Manuel

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    1. Exactamente, esa es la almendra de la incomunicación, cada cual a su bola, como se suele decir.
      Saludos, Plácido.

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  23. ¡Se produjo el «Gran Apagón»! ¡El apocalipsis ha llegado para todos!
    Manuel, nos presentas un panorama tan sombrío como real. ¿Qué sucedería si mañana no pudiésemos navegar como lo venimos haciendo, sin contactar con esos mismos «corazones solitarios» que van, vamos, a la deriva en un mundo que ya no controlan, controlamos, sino que nos controla y vigila? Pues yo no lo sé, seguramente me pondría a releer, entre otros, los tres libros que ya han sido editados con los magníficos relatos de cincuenta palabras que por aquí han ido apareciendo en estos años. Y este relato espero que sea uno más, muy a tener en cuenta, en el siguiente libro, porque habrá siguiente, de ello estoy tan seguro como que el mundo es mundo, sea o no virtual.
    Enhorabuena por tu propuesta cincuentista y, ¡cómo no!, nos seguimos leyendo...
    Un abrazo muy fuerte.

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    1. Te cito en mi comentario. Espero que no te moleste.

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    2. Tampoco yo sé que haría si se funden los plomos cualquier día de estos. Tu propuesta no es solo recurrente, sino sabia. Esos bosques de palabras son un refugio necesario y un estímulo seguro para la creación, así que tomo nota.
      Te agradezco la consideración hacia el relato. La verdad es que un gustazo pertenecer a estas antologías donde hay tanto escritor y escritora admirados. Historias diversas para todos los gustos, estilos, enfoques...cración literaria en formato reducido.
      Ni que decir tiene que yo a ti te veo también. No solo con uno, sino con varios, tal es tu acierto y tu inspiración, al menos desde que yo he conocido tus textos. A ver si es verdad que estamos en ese próximo y compartimos bosque en cincuenta.
      Muchas gracias, José Antonio. Un abrazo.

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  24. El terror de los navegantes ya no es el infierno de católicos y protestantes sino como ha dicho José Antonio. "El «Gran Apagón»! ¡El apocalipsis ha llegado para todos".

    Y la nave va.

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    1. Me gusta esa idea de identificar la oscuridad virtual con el infierno moderno. Millones de navegantes clamando salvación tras su pantalla, una conexión 4G que los lleve de nuevo al cielo de la interconexión global.
      Gracias Lu por tu perspectiva. Saludos.

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  25. ¿Y ahora qué te comento?
    Pues que es bueno, muy bueno.

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    1. Lo breve si es para decir bueno, es dos veces de agradecer, así que Maite, gracias, muchas gracias por pasarte y comentar. Saludos.

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  26. Manuel, me gusta el simbolismo que le has dado al micro, y que se puede llevar a puntos mas generales (desconexión entre nosotros, con los demás seres del mundo, del Universo, etc.) o bien en la identificación y dependencia con internet o incluso como almas a la deriva, desconectados del Padre Cósmico Común, buscando religarnos a ÉL... en fin, muchas lecturas, eso siempre se agradece en un micro.
    Felicitaciones y un gran abrazo.

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  27. Me parecen muy interesantes los distintos enfoques que aportas en el comentario, Jean; sin duda, enriquecen la propuesta del micro más allá del alcance de sus cincuenta palabras.
    Nuestra desconexión de algo a lo que estábamos unidos y formábamos parte, constituye, como dices, una deriva obligada que nos obliga a un reposicionamiento con respecto al punto inicial de origen.
    Gracias por comentar. Un abrazo.

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  28. Vaya tema que has tocado, Manuel, y de qué manera. Veo que además de estar escrito impecablemente, como es natural en ti, has generado un extenso debate con él en el que predominan los argumentos de recelo o preocupación hacia la realidad que vivimos. A mí lo que más me inquieta, y que tú también mencionas arriba, es la velocidad con que evoluciona todo. Seguramente las vidas de nuestro tatarabuelo y la de su padre no se diferenciaron demasiado en aspectos generales, pero estamos viendo que ahora existen importantes cambios, por ejemplo, en la de cada uno de nuestros hijos. Esperemos que el progreso no nos pase por encima.
    Enhorabuena por esta nueva gran propuesta y un abrazo.

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  29. Los tiempos se reducen al ritmo de los recursos naturales, mientras una exponencial multiplicación de atropellos repercuten globalmente sobre nosotros... a veces, uno tira de optimismo para no caer en balances catastrofistas y lo fía todo a que ningún tiempo pasado fue mejor. Solo que ahora, en nuestro presente, tenemos conciencia, perspectiva, conocimiento de causa/efecto y un ilimitado poder tecnológico que ya nos empuja irremediablemente. ¿Dar marcha atrás? La historia del hombre sigue su propia inercia. Podremos marcar con nuestras palabras, con nuestros actos ciertas orientaciones del rumbo humano, (soy de los que creen que otro mundo es posible si lo hacemos de forma diferente), pero el devenir de la humanidad está marcada por la fuerza que desde milenios nos impele a seguir adelante.
    Como tú, espero que un progreso razonable acune al hombre nuevo y se haga responsable de la sostenibilidad de sus propuestas.
    Gracias por tu rico comentario, Enrique. Tu generosidad queda siempre patente en ellos con la consideración hacia mis palabras. Un abrazo.

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