Tiempos austeros

Los dispuso en fila india, sin importarle sexo ni edad, hasta conformar una de siete, arbitrariamente elegidos entre los presentes. Disparó al primero, penetrando la bala hasta el quinto. A los demás, rostro demudado, les ordenó:

—¡¡De cinco en cinco!!

La escasez de munición, decía, le había hecho un economicista.
Escrito por José Antonio Barrionuevo - Twitter

27 comentarios :

  1. José Antonio, impresionante relato. Como narras esa forma de ver que cantidad de gente hay que poner en fila para economizar las balas. Tiempos austeros y sin piedad, Hasta para matar se lleva un proceso.
    Esa orden ¡¡De cinco en cinco!! estremece.
    Muy buen relato, me has hecho ver esas filas, esos rostros y sentir terror.
    Felicidades, José Antonio.
    Un abrazo enorme.

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    1. Gracias, Javier, por tu comentario. Si he conseguido estremecerte, misión cumplida, porque esa era mi idea: conseguir que el lector sintiera el terror de esos pobres que van a ser ejecutados y el de los que ya lo fueron antes o los que lo serán después.
      Lo de la austeridad en el consumo de balas, una llamada de atención sobre la maldad humana, que parece no tener límites.
      Muy agradecido y nos seguimos leyendo.
      Un abrazo.

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  2. El sentido de la impiedad va relacionado (es algo que me digo yo) con la banalización del mal. Cuando se desprecia el concepto de persona y el otro es solo una cosa, es fácil reducirlo a un número, hacer cuentas con él y llegar al extremo de ahorrar en el mismísimo exterminio de seres humanos.
    Una de las muchas virtudes de tu micro, aparte de su buena escritura, sus hallazgos expresivos y la situación delirante que propone, es que ejemplica cualquiera de los genocidios que pudiéramos elegir. Los hay de todos los colores y de todas las religiones. Es terrible, pero uno ya se acostumbra a pensar el horror como una característica inherente a la animalidad del género humano.
    Cobran por ello más valor los sentidos emanados de la razón y las ideas como justicia, democracia, derechos humanos que, en ardua lucha, van logrando espacios donde la dignidad individual y colectiva de las personas es sagrada.Y en esta batalla, las palabras han tenido, tienen y tendrán un papel primordial.
    Por eso y por todo lo demás, bienvenido tu micro con todo su despliegue de crudeza. No me extrañaría que te hayas inspirado en alguna situación real.
    Abrazos, José Antonio. Bestial.

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    1. ¡Gran comentario el tuyo, Manuel, como nos tienes acostumbrados! Que mi relato haya llamado tu atención, para mí es un grandísimo honor.
      Suscribo todo lo que comentas, desde la primera palabra y hasta la última (¡qué importancia tienen las palabras, aunque sirvan para narrar los crímenes del ser humano!).
      Y sí, me he inspirado -no sé si se puede considerar como situación real- en una escena, tremenda, de la película 'La lista de Schindler' (Steven Spielberg, 1993), en la que varios judíos son fusilados precisamente tras colocarlos en fila india contra una pared.
      Muchas gracias por tu comentario, excelente, y nos seguimos leyendo. Para mí un placer hacerlo contigo.
      Un fuerte abrazo.

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  3. Mordacidad a tope en tus tiempos austeros. No des ideas que te las pueden copiar para la tercera, y, encima, sin derechos de autor.
    Creo que con hacerlo de cuatro en cuatro sería suficiente.
    Buena elocubración mental, José Antonio
    Saludos cordiales y hasta la próxima.

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    1. No te preocupes, María Jesús, porque estoy seguro de que esta malvada idea, que no es mía, ya ha sido empleada y, en algunos casos, mejorada.
      Un saludo muy cordial y muchas gracias por tu amable comentario. Nos seguimos leyendo.

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  5. Mi querido J.A., me preocupas. Tú nunca has sido chapucero, al contrario, emanas poesía en cada resoplido. Es cierto que la crisis no respeta oficios ni categorías, pero que vayas rateando balas, no es tu estilo. Qué tristeza verte así de resignado; me gustaría saber qué tienes en la cabeza para no pedir ayuda, que estamos ente amigos. Por favor, Sres. cincuentistas, rásquense el bolsillo y donen lo que puedan para financiar al gran Gene Hackman de La Estepa.

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    1. ¡Ja, ja, ja, ja! Me han llamado muchas cosas, seguro que sí (algunas a mi espaldas, lo tengo claro, y sin que me haya enterado cómo me llamaban), pero lo de «Gene Hackman de La Estepa» me ha llegado hondo, mi querida Patricia. No sé si aceptarlo y ponerlo en mis tarjetas de visita...
      Lo de ratear balas no es lo mío. Es más, no es ni tan siquiera usar armas de fuego. Y matar, ni una mosca (bueno, la que se ponga pesada...).
      Muchas gracias por tu comentario y por tus textos, magníficos, que espero seguir leyendo mucho tiempo más. Por aquí o por donde sea.
      Ya sabes, nos seguimos leyendo... En mi caso, con absoluta devoción.
      Un beso desde el sur (desde -la- Estepa, sin artículo, que no es rusa y mucho menos soviética).

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  6. Muy bueno. Un poco de humor negro no viene mal. Me ha gustado mucho, José Antonio. Saludos.

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    1. Muchísimas gracias, María José, por tu comentario. Humor siempre, pero mejor que no sea tan negro...
      Saludos.

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  7. Economizará balas, pero en crueldad anda muy derrochador este salvaje. Terrible la escena que nos dibujas con tus cincuenta palabras, José Antonio. Un abrazo.

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  8. Genial micro en el que percibo cierto humor negro.
    Además este tipo de comportamientos generalmente se inscriben dentro de dictaduras las que además de sanguinarias suelen ser patéticas y risibles.
    Un abrazo, José Antonio. Nos seguimos leyendo.

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  9. José Antonio, la escena que nos describes pone el vello de punta. Tanta falta de humanidad y de respeto por el ser humano sobrecoge el corazón.
    Excelente micro.
    Besos.

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  10. Ingenio no le falta al cruel personaje que nos pintas, José Antonio, aunque le falten balas. Es una escena tan atroz, que si no fuera por el humor -negro, muy negro- que esconde, sería difícil de asimilar, como cuando cerramos los ojos en el cine para no ver las imágenes que nos hieren.
    Uf. Magnífico y terrible micro. Un fuerte abrazo.

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  11. Acabo de leer mi comentario de hace un ratito y quiero aclarar que para nada estoy de acuerdo (como es lógico) con la situación planteada en el micro. Me refería a que está bien construído, desde el punto de vista técnico, literario. La escena descrita es, por supuesto, escalofriante.

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  12. Relato que alberga tu inevitable sentido del humor, José Antonio, sino fuera por la carga dramática y sin concesiones del psicópata que protagoniza la historia.
    Buena idea, muy bien desarrollada. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  13. El oficial encargado de dirigir estos fusilamientos tiene una mentalidad práctica, es un ejecutor sin espacio para los sentimientos, el guerrero perfecto, una máquina engrasada. Tiene que llevar a cabo un trabajo y lo hace, con orden, disciplina, eficacia y la mayor economía de medios. Las víctimas no son personas a sus ojos, sino el obstáculo a eliminar, parte de su rutina diaria. En su cabeza lleva bien aprendido aquello de que el mejor enemigo es el enemigo muerto, ellos o nosotros, una guerra es una guerra. No cabe duda de que se está ganando un ascenso.
    Todo ello subyace en tu relato, a lo que se une el mérito de recubrirlo todo de un fino humor negro, por no hablar de la riqueza de vocabulario y buena sintaxis a la que nos tienes acostumbrados.
    Cincuenta palabras llenas de calidad.
    Un abrazo grande, José Antonio

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  14. Economicista y con prisa, aparentemente. Aunque prefiero no citarlos, ¿no serían menos onerosos, económicamente hablando, otros métodos de erradicación humana? Dejando aparte las bromas, me ha gustado, José Antonio. Saludos y suerte.

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  15. Tu micro, José Antonio, me ha recordado lo que hacían los de la SS durante la guerra: ponían en fila varios judíos y disparaban. Aunque en este caso no primaba la austeridad, sino el más absoluto desprecio: no creían que mereciera la pena gastar balas. Saludos

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  16. José Antonio, tu micro es del todo surrealista. Y digo esto por el tema de que escasee la munición: creo que antes falta un mendrugo de pan que una bala para matar bien...
    Un fuerte abrazo.

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  17. im-pre-sio-nan-te
    do-lo-ro-go
    muy muy bueno, uno de mis preferidos este mes, claramente, sí, una de los buenos

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  18. Ironía de la buena. Terrorífico, atroz.
    Me gusta como lo has contado. No me gusta nada, nada el tema.
    La economía y los recortes siempre son dolosos, siempre.
    ¡Suerte en el mes!
    Besicos, José Antonio.

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  19. Un micro muy duro, José Antonio. Has conseguido crear un personaje materialista, malvado e inhumano. Estremece pensar que el protagonista no sólo no valora la vida humana, sino que también busca matar y ahorrar a la vez. No se puede tener la cabeza tan fría para buscar, encima, sacar rédito de sus matanzas.

    Felicidades porque el micro no pasa desapercibido.
    Un abrazo. Enrique

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  20. Cualquier tarea tiene su técnica, por lo que su buena "ejecución" no solo depende de la pericia del que la lleva a cabo, sino también del método utilizado. Todos los aparatos de matar, además, son producto de una sofisticada ingeniería, y es bien sabido que el hombre es capaz de hacer un arte incluso de la guerra... Tu verdugo parece empeñado en hacer compatibles eficacia y economía, dados los tiempos que corren, e iniciativa desde luego no le falta. Bien podría ser condecorado con todos los honores, al igual que muchos héroes militares, y nadie se debería asustar por ello...
    Quiero decir con todo esto que tu relato deja patentes todos estos razonamientos, y el inmenso terror que esconden, mostrando solo una secuencia de ese eterno y cruel sinsentido de la conducta humana, que tanto dolor ha provocado a lo largo de la historia a base de "gloriosos" conflictos bélicos.
    Como en tu propuesta del mes pasado, este magnífico sentido el humor tuyo, y tu capacidad para plasmarlo con excelente literatura, me remite a muchos de los mejores ejemplos del humor gráfico.
    Fantástico, José Antonio (léase también sin coma).
    Un abrazo!!

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  21. Jose Antonio, esa forma de ahorrar munición es tan cruel que seguro que ya se ha practicado en más de una ocasión. El ser humano sorprende, su ingenio no tiene límites cuando se trata de dar rienda suelta a la crueldad. Un buen relato, a pesar del resultado.
    Un abrazo.

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  22. ¡Ay, José Antonio, qué tarde te visito este mes! Ya había leído tu micro el día que salió y por unas cuestiones o por otras no había podido entrar a comentar.
    Me parece brutal, eso para empezar. Duro, cruel, terrible, devastador... Pero eso sí, magníficamente contado, como bien sabes hacerlo y así nos tienes acostumbrados. Con una perfecta narración en el primer frase y con esa frase penúltima, demoledora, entre exclamaciones, que nos da un retrato crudo del autor de los disparos.
    Enhorabuena, señor Barrionuevo. Da gusto leer obras de arte como las suyas.
    Un beso bien grande y mis sinceras felicitaciones con toda mi admiración.
    Malu.

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