Miedo
En aquella mansión abandonada habita un terrible fantasma, dice la gente. Nadie se atreve a entrar en ella, ni mucho menos a comprarla, por el miedo que le tienen.
Observándoles por la ventana, el fantasma permanece en la casa y no se deja ver por el miedo que les tiene.
Observándoles por la ventana, el fantasma permanece en la casa y no se deja ver por el miedo que les tiene.
Luis, da más miedo el mundo del más acá que el del más allá. Me ha encantado esa doble visión desde uno y otro lado. Creo que muchos pensamos como el fantasma.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un abrazo.
Pablo
En muchas ocasiones nuestros miedos son infundados, basados en ideas sin fundamento, y lo que consideramos nuestros enemigos no son sino posibles amigos a los que no conocemos o no queremos conocer.
EliminarMe alegro que te guste mi micro.
Un abrazo.
Una gran metáfora sobre la incomunicación: el miedo a lo diferente, que nos priva de conocer universos enriquecedores.
ResponderEliminarMi aplauso, Luis.
Muchos de nuestros problemas de comunicación, desde una simple discusión de bar o, incluso, una guerra, pueden tener su origen en una falta de mutuo conocimiento. Ya sabes que se suele decir que hablando se entiende la gente, pues eso.
EliminarMi agradecimiento, Patricia. Besos.
A veces proyectamos el propio miedo en los que nos rodea, viendo en ellos nuestra propia inseguridad por el puro desconocimiento.
ResponderEliminarUn saludo Luis
A veces tememos en los demás lo que en realidad tememos en nosostros mismos, por eso debemos conocernos bien antes de juzgar a los demás.
EliminarUn saludo.
Así nos va, no nos comunicamos ni aprendemos de los demás, a veces, la mayoría, es enriquecedor. Un beso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarResulta cuanto menos curioso que, muchas veces, no dirigimos la palabra a alguien porque no nos habla él y resulta que él no lo hace porque nosotros no le dirigimos la palabra.
EliminarUn beso.
Lo que no acabamos de comprender, lo desconocido, puede producir miedo. Una reacción que dicen que preserva la vida, pero también la limita, pues paraliza la actividad y los movimientos. Todos sabemos por experiencia que hay muchos más motivos reales para temer a los vivos que los muertos, de ahí el temor justificado de ese fantasma que, seguro, no era tan terrible.
ResponderEliminarUn relato con trasfondo psicológico, con un espectro que llega a caer simpático.
Un abrazo, Jesús
Puede que no tengamos miedo de los fantasmas, puede que temamos al fantasma que llevamos dentro, o puede que temamos la casa en la que vive el fantasma, en todo caso, quizá baste asomarse con respeto y amabilidad a la casa y conocer al fantasma para entablar amistad con él. Quizá.
EliminarUn abrazo, Àngel.
Ay, de cuántas cosas nos priva el miedo a lo desconocido... Me encanta cómo tu micro plantea este temor, ese miedo mutuo entre "dos mundos". Hasta le veo un halo de humor, una voluntad de desmitificar la figura de los fantasmas.
ResponderEliminarUn abrazo fantasmagórico ;)
Lo desconocido nos asusta, pero eso no implica rehuir del otro ni temerle (salvo que comprobemos que su comportamiento sea malvado, claro); sólo conociendolo podremos conseguir que nos conozca y viceversa. Quizá nos baste con empezar con una sonrisa.
EliminarUn abrazo.
Pues ahí va una ENORME SONRISA
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