Dos por uno
Por más que el académico Fernández Fernández perteneciera de número a la RAE, un mal día tiene cualquiera. Subió al estrado y dijo:
—Hoy es hoy. Sí o sí. Erre que erre. No es no. Nada de nada... Punto y final.
Recibió no un aplauso, sino dos y el eco.
—Hoy es hoy. Sí o sí. Erre que erre. No es no. Nada de nada... Punto y final.
Recibió no un aplauso, sino dos y el eco.
Pues a mí me parece un discurso estupendo. Sin irse por las ramas y cada uno que lo interprete como pueda��
ResponderEliminarAurora, el tal Fernández Fernández ¿no será tu cuñado o así? Digo, porque es raro, pero que muy rrrrrrrrrrraro, que te haya parecido estupendo su discurso. En cuestión de gustos, ya se sabe. De todas formas, gracias a ti y tb. a tu pariente político.
ResponderEliminarYa en serio, gracias de verdad, Aurora, por pasarte y el tono de tu comentario.
Y un beso!
Fernández Fernández se repite, como su propio nombre. Por muy académico que sea, solo dice obviedades. ¿Quién puede disentir o argumentar en contra de su discurso?
ResponderEliminarRelato crítico e irónico, Carmelo. Un fuerte abrazo.
Han cambiado las cosas. En otros tiempos los académicos apuntaban al conocimiento. Ahora, al menos a nuestro ínclito Fernández Fernández, la banalidad se le ha pegado y con ella la carretada de obviedades de moda que soltó el pobre. Pero F.F. y C.C. (que aunque sea obvio, diré que en su día trabajamos juntos en una empresa de ferrocarriles) somos así (antes, ansí). En fin.
EliminarCarmen, gracias por tu comentario, como siempre tan cercano, tan amable. Yo hoy (hoy es hoy) - y esto va en serio - te envío un abrazo. Muy fuerte.
Hasta lo señores académicos pueden transmitir tan sólo humo en una sociedad donde lo superficial se ha acomodado.
ResponderEliminarMe gusta ese punto de acidez, Carmelo.
Un abrazo.
Antonio, me encanta la conclusión que extraes del micro.
ResponderEliminarEl vocablo "acidez" está muy bien traído, me parece atinado.
Por lo demás, ¿cuántas veces sí es no? o nos fuerzan a "elegir" entre no y no; etcétera-etcétera. ¿Acidez?
Un abrazo!