Profesora

Y ella hablaba sin importarle quién la escuchara. Era asqueroso ver cómo se le escapaba la saliva por entre los labios, mientras su voz llenaba toda la sala.

Chillaba, escupía cada palabra y ni se inmutó cuando el chico empezó a sangrar... Pero se enfadó cuando salimos de la clase.
Escrito por JM

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